En el último año, al lado de esta situación, han ido creciendo los desencuentros entre la institucionalidad y las organizaciones campesinas. Estas tensiones crean una situación muy paradójica pues la misión de las unas y las otras coincide en impulsar el programa de reforma agraria, eliminar la pobreza rural, aumentar la producción y en concreto apoyar y desarrollar la estrategia del cambio social y económico propuesto por el gobierno del presidente Petro.
Llamamiento unitario a la movilización campesina
El 11 de junio apareció un comunicado de la Agenda Nacional Campesina en el que expresa inconformidad por el lento desarrollo del programa agrario y la falta de diálogo con las organizaciones campesinas. La Agenda Campesina convocó a una movilización para el mes de julio. A los pocos días la ANUC propuso que el comienzo de la movilización fuera el 7 de julio. Esta fecha coincide con el 54 aniversario del Primer Congreso de ANUC de 1970.
Las otras organizaciones integrantes de la Agenda han reiterado públicamente el llamamiento a la movilización, han puesto énfasis propios que reflejan distintas problemáticas. Se apuesta por un pliego unificado que recoja las principales reivindicaciones de una movilización que se hará sentir en Bogotá y en algunas regiones. Como ya ha sucedido antes, estos actos tendrán un condimento de protesta y otro de apoyo expreso al programa del cambio y al gobierno en persona de Gustavo Petro.
La Agenda Campesina
Bajo este nombre se agrupan en el momento las siguientes organizaciones:
– Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia ANUC;
– Baluarte Campesino representado por Cesar Jerez y Rosario;
– Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesinas ANZORC;
– Federación Nacional Sindical Agropecuaria FENSUAGRO;
– Juntanza Nacional Campesina;
– Asociación de Mujeres Rurales de Hobo Huila, ASOMURAL;
– Asociación Campesina de Monserrate y La Plata (Huila), ASOCAM;
– Asociación Campesina de Inzá, Tierradentro (Cauca), ACIT;
– Asociación de Trabajadores Campesinos del Huila ATCH;
– Plataforma de Incidencia Política de Mujeres Rurales Colombianas, Comisión Política;
– Asociación Campesina Cordillera (Montañita, Florencia, Paujil, Florencia, Doncello) ACOMFLOPAD;
– FEDEANUC CAUCA;
– Mesa de DD.HH. por la Defensa de la Vida y el Territorio, Suroccidente Colombiano;
– Asociación Campesina de Inzá, Tierradentro ACIT.
Representación campesina limitada
Para la mayoría de las organizaciones campesinas, el tema de una participación en el gobierno es completamente ajena no por falta de deseos sino porque, según parece, el gobierno no lo ha considerado conveniente. Dado que la participación de representantes de las organizaciones indígenas y de afrodescendientes en ministerios y agencias gubernamentales es muy notoria, el sector campesino organizado se siente en desventaja.
Ha habido un empoderamiento del campesinado apalancado por el gobierno, pero es muy inferior al de otros sectores populares.
Por fuera de la Agenda hay otro polo organizativo que se llama Coordinadora (o Convención) Campesina, cercana al Congreso de los Pueblos, que ha hecho movilizaciones por la reforma agraria incluyendo bloqueos de vías en el Cesar que luego se levantaron para asistir a un acto en el cual iba a estar el presidente. Este sector ha expresado que quisiera participar en la movilización si fuera posible destacar de su propio catálogo de peticiones. La Coordinadora está interesada en la conformación de la Comisión Mixta que enlazará a nivel nacional entidades públicas y organizaciones campesinas. Los criterios para la representación de las organizaciones campesinas en esa comisión es algo todavía no consensuado entre ellas.
Dilemas de una estrategia campesina
En general, para toda organización campesina que apoya el cambio y al gobierno es un desafío protestar por las demoras e incumplimientos sin hacerle un favor a la oposición de derecha.
Casi todas las organizaciones de la Agenda habían participado en la Convención Nacional Campesina de diciembre de 2022 convocada directamente por el presidente Petro. Unas semanas antes la ANUC había celebrado los cien días del gobierno de Petro con manifestaciones en Popayán y Sincelejo.
A lo largo de 18 meses de gobierno del cambio algunas cosas han cambiado en el escenario de las organizaciones. Se ha ido diferenciando el grado de acercamiento de unas y otras al gobierno y a las instituciones, pero también al bloque parlamentario progresista. La dispersión de las fuerzas políticas del progresismo se refleja en algunas organizaciones rurales. Lo que ha permanecido inalterado es el esfuerzo del presidente Petro por tener un acceso directo a las bases campesinas y esto ha tenido diversas repercusiones.
De las buenas intenciones a la tentación de cooptar a las organizaciones
Algunos funcionarios, como Gerardo Vega en la Agencia Nacional de Tierras, interpretaron la “presencia en el territorio” como un primer paso para crear una nueva organización nacional fiel al gobierno o que al menos se hiciera sentir dentro del Pacto Histórico. Así surgió Baluarte. Esa estrategia, sin embargo, no se mantuvo en la misma forma. Desde el lado de las instituciones finalmente se aterrizó en el apoyo a núcleos campesinos específicos mediante proyectos, titulaciones y en menor escala mediante entrega de tierras. En virtud de la discrecionalidad de algunos funcionarios, ciertas organizaciones pasan a ser de “primera clase” mientras que otras inevitablemente quedan “pordebajiadas”. Esto se traduce en tensiones y reagrupamientos.
Hace poco una organización relativamente nueva y cercana a Comunes llamada Somos Tierra sacó un comunicado público protestando contra la Agencia Nacional de Tierras, sin especificar a qué región se refería. Aquella era acusada de atribuirse la tarea de crear organización, en detrimento de la libertad de asociación.
Tensiones, pero también colaboración, aparecen en otros mecanismos de carácter institucional como son los Consejos Municipales y Departamentales de Reforma Agraria y los Consejos de Desarrollo Rural. Ambos incluyen representación de organizaciones campesinas. En estas corporaciones pueden influir los alcaldes y gobernadores que pocas veces son de la misma línea política de los funcionarios del sector agropecuario. La representación de organizaciones campesinas en estos Consejos, adquiere desde su misma selección, un significado especial y entra en el juego de alianzas y luchas locales. La creación de estos Consejos, sin embargo, es un proceso que apenas se ha iniciado. Algo que queda para el futuro es la organización de los Territorios Agroalimenticios Campesinos que agregará empoderamiento al campesinado y abrirá nuevos espacios y modalidades a la presencia institucional en el medio rural.
La inevitable interlocución con la ANUC
Mientras que la mayoría de las organizaciones se queja de la lenta ejecución de los programas de reforma agraria y desarrollo rural, la ANUC agrega el tema del incumplimiento de acuerdos con el Estado. Se refiere a que en 2017 se declaró oficialmente a la ANUC víctima colectiva del conflicto armado y en consecuencia se acordó un Plan de Acción para una reparación integral. Se plantearon tres líneas de acción: tierra, fortalecimiento organizativo y mercadeo. Las dos primeras líneas de reparación tienen que ver con la Agencia Nacional de Tierras, ANT y la última, mercadeo, está avanzando en un trabajo conjunto con la Agencia de Desarrollo Rural.
El Plan de Acción para 2022 tenía como meta adquirir 60 predios para ser repartidos entre campesinos afiliados a la ANUC. Vega, el primer director de la ANT intentó considerar ese plan como programa de otro gobierno y no del actual. Paralelamente Vega impulsaba la creación de Baluarte como organización dotada de una oficialidad especial llamada a reemplazar a la ANUC la cual se volvió objeto de un discurso descalificador muy agresivo. Esto ocasionó una movilización de la ANUC a la sede de la ANT en Bogotá. Hubo un arreglo en cuanto a la vigencia del Plan de Reparación, pero por solicitud de la ANT, la ANUC bajó la meta de 60 a 30 predios. La relación entre la Agencia y la ANUC no mejoró y en corto tiempo hubo una nueva toma del parqueadero de la ANT y del acceso a las oficinas. El nuevo arreglo incluyó un discurso de Vega gritando vivas a la ANUC, pero el Plan se bajó de 30 a 19 predios. El año 2023, según afirma la ANUC, culminó muy por debajo pues la ANT solo adquirió 2 predios más otro que provenía de la SAE. En lo que especta a 2024 el Plan de Reparación sigue con un nivel bajo.
Las estadísticas que acompañan la política agraria han sido objeto de discrepancia entre las instituciones. El ministerio de Agricultura contrató una entidad externa para que les ponga orden.
En algunas entregas de tierra ha habido problemas legales o no se había perfeccionado la compra. La finca Los Cachorros de 13.500 hectáreas fue entregada, como parte de la Reparación a la ANUC, a 120 familias campesinas afiliadas a esta organización. Meses después de la ceremonia de entrega hubo que reversar esa compra que según la misma ANT estaba cargada de irregularidades.
Fuera del Plan de Reparación de ANUC se desarrolla el programa general de reforma agraria que es la gran apuesta social de Petro pero que marcha con mucha lentitud. La complicada compra de fincas ofrecidas voluntariamente por los propietarios es lenta pero el dato mejora al agregar la trasferencia de predios de la mafia que están confiscados por la SAE. Esto suma 100.000 hectáreas ya repartidas en este gobierno. Por otra parte, las estadísticas saltan hacia arriba al tomar en cuenta la titulación de predios ya ocupados desde años atrás por campesinos. El área titulada pasa el millón de hectáreas y tiene un indudable impacto positivo en la vida rural colombiana.
Más allá de la movilización campesina
Enterada de la movilización anunciada por la Agenda Campesina, la ministra de Agricultura hizo una referencia irónica a las reuniones campesinas que se venían realizando apoyadas con transporte y refrigerio por entidades oficiales. Claro que esta vez sin ser la primera, las organizaciones se están apoyando en sus propios recursos. Esto le da un significado especial a la movilización. Las organizaciones que la impulsan se le han medido a una prueba de fuerza y aceptar este reto las fortalecerá.
En realidad, lo que se cierne en el panorama va más allá de la movilización campesina del 7 de julio. Estamos ante un reacomodo general de las fuerzas populares y progresistas que no quieren un regreso al pasado pero que exigen participar desde ya del futuro que se aproxima. No en condiciones de subordinación sino como actores dignos de ser escuchados y tomados en cuenta en el diseño de una estrategia de cambio democrático. Esto pasa por cambiar la normatividad que impide la reforma agraria. Pareciera que la protesta es la respuesta desde el campesinado a la invitación reiterada del presidente Petro a la movilización y el empoderamiento.
Miguel Gamboa
Foto tomada de: El Correo
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