En los dos últimos años se observa un aumento de la inflación, tanto en Colombia como a nivel mundial. En el 2021 la inflación anual fue de 3,4% en el mundo y 5,62% en Colombia. Estos porcentajes son altos comparados con los niveles bajos que se presentaron en los 8 últimos años. Pero, como se observa en la figura, que corresponden a un período de 40 años, la inflación actual es más baja que la de las décadas de los 80s y 90s. El crecimiento observado desde el 2020 hasta ahora es importante, pero no es excepcional.
2. La inflación de hoy tiene características específicas
Aunque la inflación no sea la más alta, sí tiene características específicas que vale la pena considerar. Esta inflación es completamente diferente a la de los años 80s y 90s, cuando estuvieron en boga las ideas friedmanianas. Por aquellos días se insistía en que la principal causa de la inflación era el aumento de la masa monetaria. Si ésta crece más que el producto, el exceso de dinero se refleja en mayores precios. Para controlar la situación, Friedman proponía que los bancos centrales, independientes de los caprichos de los gobiernos, regularan la cantidad de dinero, de tal forma que la masa monetaria guarde una relación estable con la evolución del producto. Esta sincronía evitaría aumentos de los precios. De acuerdo con este diagnóstico, la función de la autoridad monetaria es relativamente clara. Y los banqueros centrales se aprendieron la lección, que la siguen repitiendo, y todavía hoy adoptan medidas similares a las de hace 40 años, como si la situación fuera la misma. De manera terca se niegan a aceptar que la inflación vigente no se parece a la diagnosticada en su momento por Friedman.
La inflación de ahora es de costos, muy diferente a la de los 80s. Los precios del petróleo subieron en los 70s, pero comenzaron a bajar en los 80s. En 1980 el barril costaba 35 dólares. Y a finales de la década estaba a menos de 10 dólares. Parte de la aceptación de las teorías fridmanianas se explican porque se buscaron explicaciones a la inflación en factores monetarias diferentes a las estructuras de costos.
La situación actual es muy diferente. Y, claramente, la inflación tiene mucho que ver con el aumento de los costos, y muy poco con los aspectos monetarios. El aumento de precios que está viviendo el mundo tiene varias explicaciones, que van más allá de las causas coyunturales. Entre los factores que están incidiendo en la inflación se destacan los siguientes.
Primero, los vasos comunicantes de la globalización financiera. Es una inflación que se ha generalizado y está permeando a todos los países. La interdependencia entre los países se está haciendo cada vez más evidente. Las declaraciones de Glasgow sobre el cambio climático, la crisis generada por la pandemia y la guerra en Ucrania, han mostrado que las relaciones entre los países son inevitables. Y los diferentes procesos se retroalimentan de manera endógena. La globalización ha sido especialmente notoria en los aspectos financieros. A raíz de la guerra de Ucrania, los ataques al rublo ruso tendrán repercusiones sobre el yuán, el dólar y el euro. Los intentos que hace cada país por defender su divisa tienen implicaciones en los movimientos de la tasa de interés. Los Estados Unidos están subiendo el interés que se le paga a los tenedores de sus bonos, y esta apreciación del dólar perjudica a otras monedas, como al peso colombiano. La devaluación del peso ha encarecido los bienes importados, sobre todo los alimentos.
Segundo, el debilitamiento de las anclas reales y la pérdida de autonomía de las autoridades monetarias locales. Las monedas que se han convertido en divisa internacional (dólar, euro, yuán, yen, Derechos Especiales de Giro (DEG)), no tienen un respaldo real en oro. Desde 1971 están des-ancladas, y ello ha favorecido la especulación y la creación de burbujas financieras. Estos movimientos erráticos de los capitales internacionales le restan margen de acción a las autoridades monetarias nacionales. El Banco de la República de Colombia tiene muy poca maniobra frente a un encarecimiento del dólar. Y en estos momentos, la autoridad monetaria que trata de controlar la inflación, no tiene los instrumentos necesarios para hacerlo. Se ha mostrado impotente frente a dinámicas internacionales que no puede controlar.
Tercero, el incremento acelerado de las deudas públicas. El aumento de la deuda pública es una tendencia internacional. Las necesidades de financiación de los gobiernos se han incrementado porque el gasto público aumenta, y los impuestos no suben al mismo ritmo. La competencia por los recursos encarece el costo de los créditos, halando hacia arriba el conjunto de las tasas de interés.
Cuarto, el Covid y la guerra de Ucrania. El Covid afectó la oferta de productos. Y una de las manifestaciones de estas restricciones fue la crisis de los contenedores. Antes de que se pudieran compensar los daños causados por la pandemia explotó la guerra en Ucrania, y ello tiene un impacto significativo en el aumento de los precios de la energía.
Las tres primeras causas ya existían antes del Covid y de la guerra de Ucrania. En el caso colombiano, el deterioro de la producción doméstica de alimentos ha obligado a importar, cada año, 15 millones de toneladas de alimentos básicos, y la devaluación del peso ha incrementado su precio. En el último año, la inflación de alimentos fue de 13,25%.
3. Política equivocada del Banco de la República
Se equivocan los bancos centrales al pretender reducir la inflación mediante aumentos en la tasa de interés. Este mecanismo se consideró pertinente en los años 80s, pero en las actuales circunstancias no es pertinente, ya que la naturaleza de la inflación es muy distinta a la que se presentó hace 40 años.
Jorge Iván González
Foto tomada de: banrep.gov.co
Fernando Echeverri Murgueitio says
Completamente de acuerdo con el análisis, me parece interesante lo relativo a los costos. Me hubiera gustado que comentaran sobre el aumento en los costos de la energía, de la mano de obra calificada, de los fletes, de los combustibles que son muy variables e incrementan la demanda de productos y hacen escasear los inventarios.