Su propuesta es un modelo «lo menos social posible» que recorte al máximo los gastos públicos.
Actitud de la población
La mayoría acepta la propuesta neoliberal porque ha oído tantas veces que es «ineficaz» que ha terminado creyéndoselo.
La única opción sustitutoria que le presentan los neoliberales es su destrucción. Nunca explicar con claridad en qué consiste el «modelo social» ni informar que, en los países en que se ha debilitado el Estado de bienestar —derivado del modelo social—, más han aumentado las desigualdades sociales.
Como veremos, la única solución aceptable es luchar por mantener o recuperar el modelo social.
Actitud de ricos y empresarios
Detestan el modelo social, porque les obliga a pagar impuestos que financian el Estado de bienestar de la mayoría, la cual sí que los paga…
Las excusas para no pagar son que financiar la asistencia social frena la creación de empresas y hace huir a los ricos a países con políticas fiscales más «benignas», que ayudar a los pobres los anima a no trabajar y vivir de subsidios y que las economías estatales que aceptan el modelo social no pueden competir en el mercado mundial.
Actitud de los gobiernos
Han cedido ante las amenazas de ricos y empresarios bajándoles las cargas y aplicando la austeridad a la mayoría de la población.
Pero, al reducir los impuestos a los ricos, disminuye la inversión destinada a crear empresas que demandarían más puestos de trabajo. Asimismo, el escaso dinero procedente de impuestos, los gobiernos lo destinan a rescatar a los accionistas, los cuales no invierten en sus empresas —lo cual aumentaría los puestos de trabajo— sino en la compra de acciones para que aumente su valor y se enriquezcan más.
Cuando los gobiernos justificaban la supresión de impuestos a las grandes fortunas diciendo que los ricos no se fugarían y su ahorro se invertiría creando puestos de trabajo, mintieron. En realidad, las fugas continúan siendo altas y los retornos muy bajos. Asimismo, no destinan su ahorro a invertir en empresas, sino a comprar más acciones para que suba su precio.
Con todo, la peor consecuencia para un país con escasos ingresos procedentes de los impuestos es el crecimiento de un déficit que anula el gasto social y el modelo social desaparece. Lo vemos en Estados Unidos, donde los gastos sanitarios pueden arruinar a una familia o las infraestructuras necesarias para la colectividad —transporte público, puentes, carreteras…— son desastrosas y peligrosas. Hemos podido constatar que un tornado tiene consecuencias más dañosas en Florida que en Cuba, por ejemplo.
El tándem «modelo social – crecimiento» van al unísono
Los impuestos no constituyen ningún «castigo», porque, gracias a ellos, se financian unos servicios públicos que potencian el aumento de puestos de trabajo y, por tanto, la economía del país.
El mejor ejemplo fue la instauración del modelo social tras la Segunda Guerra Mundial (1945). Occidente y otros países emergentes conocieron, hasta el inicio de la década de 1980, un crecimiento económico sin precedentes en la historia que se vio acompañado de un aumento de derechos sociales y el fortalecimiento del Estado social. En efecto, una gran cantidad de población tuvo acceso a un nivel de vida jamás antes conocido.
Otro ejemplo son países con gravámenes muy elevados, como Suecia, que aún tuvo un crecimiento económico mayor.
Ataques neoliberales a las conquistas sociales
Se inician a principios de los 1980, en Estados Unidos primero y Europa después, políticas fiscales muy «generosas» con los ricos con la excusa de que generarían empleo y enderezarían la economía tras las crisis de los 1970. Sin embargo, ni aumentó el número de puestos de trabajo ni se reactivó la economía, aunque sí que se agudizaron las desigualdades sociales y se incrementaron los déficits estatales. Mientras los ricos se hicían mucho más ricos.
Lucas Chancel, autor de Insoutenables inégalités3, afirma que, en los países de la OCDE4, las desigualdades en 2020 eran un 40% más elevadas que 40 años atrás. Se ha constatado lo mismo en países donde ha habido un mayor descenso de impuestos a los ricos. Como también se ha comprobado que las desigualdades son nefastas para el crecimiento de la economía a pesar de que la cantidad de riqueza en pocas manos haya seguido aumentando.
Con todo, hay que añadir que el Estado del bienestar no se ha mantenido inalterable desde 1945 y ha ido a peor para la población en general… Sobre todo, desde el inicio de la construcción europea, porque ha supuesto la privatización de las empresas estatales, la flexibilización del mercado laboral5, el desmantelamiento de los monopolios eficaces, la prohibición por parte de los tratados europeos de renovar y restablecer el servicio público mediante inversiones públicas, la imposición empresarial de reducir costos, la introducción de técnicas de gestión empresarial en servicios públicos (hospitales, escuelas, administración…), la conversión del beneficiario en cliente, la degradación de la cobertura social y la desregulación por la CE6 de la economía al no imponer una base social y fiscal común en los diferentes países de la Unión Europea, por lo que permitieron que se iniciara la competencia entre los 28 modelos sociales.
¿Cómo justifican acabar con el modelo social?
Argumentando que hay mucho fraude en las prestaciones sociales y que la redistribución es ineficaz porque explota a quienes trabajan y favorece a los oportunistas, que prefieren cobrar ayudas a trabajar.
Lo que no añaden es que ese fraude —en Francia, por ejemplo— fue en 2015 de 677 millones, mientras que el fraude fiscal fue de 21.000 millones…
¿Padece el neoliberalismo de «pobrefobia»?
Así parece, porque los defensores del neoliberalismo «perdonan» el fraude fiscal y el de las cotizaciones a la Seguridad Social que deben pagar los empresarios, mientras que exigen que se castigue severamente el fraude de las prestaciones sociales.
Incluso el vocabulario ha cambiado —factor peligroso— porque los gobiernos hablan ahora de «asistencialismo» para referirse a las prestaciones por desempleo, el reembolso de la asistencia sanitaria o las pensiones de jubilación en lugar de llamarlos «derechos adquiridos», como ocurría antes.
¿Se han «neoliberalizado» los usuarios?
Así parece. Los golpes que le ha asestado el neoliberalismo al modelo social —diciéndole, además, durante 40 años que lo público no funciona— han hecho creer al usuario que es mejor privatizar sus servicios. Pero no es cierto: lo que realmente no funciona es que los ricos no paguen impuestos para mantener los servicios sociales.
Los partidarios de las privatizaciones tampoco le dicen al usuario que pasar de usuario a consumidor le obligará a pagar con su propio dinero, ya que escaseará el procedente de los impuestos que cubrían sus necesidades, los servicios sociales se encarecerán mucho más y ya no tendrá acceso a servicios necesarios como la sanidad, la educación, la cultura, la seguridad, la justicia, las infraestructuras (transporte, puentes, carreteras, mejora de aguas y energía…). Además, al no destinar dinero a esos servicios, se crearán menos empleos, se perderán muchos y se deslocalizarán todavía más empresas.
¿Cuál es el auténtico objetivo de los neoliberales?
Cargarse el modelo social para reducir el papel del Estado y ofrecerle al sector privado sectores enteros de la economía de un país. A quienes tienen medios, no les importa pasar del sector público al privado, porque pueden pagárselo; de hecho, ya lo hacen. Pero la mayoría de la población no, y quedará excluida de lo imprescindible para sobrevivir.
Cuando llegue el caos
Solo quedarán dos opciones: endeudarse más o gravar las grandes rentas y los grandes patrimonios. Es decir, o endeudarse cada vez más o volver a un modelo social con una dignidad económica, social y legal aceptable.
El bien de la mayoría pasa por preservar un modelo social congruente y asegurarse de que funcione bien7.
________________________
- Entendemos por «modelo social» a aquel que representa al conjunto de instituciones y leyes y cuyo objetivo es proteger a los individuos de las inseguridades que se presentan en sus vidas: legislación laboral, salario mínimo, prestaciones por desempleo, ayudas sociales, acceso a la educación y atención médica. En conclusión: es fundamental para una vida cotidiana digna propia del Estado de bienestar2.
- El «Estado de bienestar» es un concepto político y económico con el que se designa una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social según el cual el Estado provee servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país (Wikipedia).
- «Desigualdades insostenibles».
- Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
- Se caracterizan por una contratación y un despido de trabajadores fáciles, una mano de obra ocupacional y geográficamente móvil, la no intervención del gobierno para no distorsionar el mercado, horarios flexibles adaptados a lo que exige la empresa, trabajo temporal y desde casa, autoempleo, mano de obra no sindicalizada…Como se puede comprobar, a favor de la empresa y en contra del trabajador…
- Comisión Europea.
- La información fundamental aparecida en este artículo procede del Tratado de economía herética de T. Porcher (Fondo de Cultura Económica, 2021).
Pepa Úbeda
Deja un comentario