La política del control de la inflación: apagando el fuego con gasolina

Pocas cosas hay mas peligrosas que un fanático, ante cambios en la realidad que lo rodea, el fanático insiste en mantener su visión del mundo, su enfoque ideológico no se altera por más que la realidad le demuestre que se equivoca, y está dispuesto a cometer la misma equivocación las veces que sea necesario.

El Banco de la República es lo mas cercano al fanatismo económico del monetarismo liberal, sus miembros pasados y presentes han militado generalmente en una corriente de pensamiento que, impulsada además por un mandato Constitucional estricto, ha llevado a centralizar TODA acción de la institución en el objetivo de controlar la inflación.

Y no es que controlar la inflación sea un objetivo menor, el problema consiste es en abordar el problema siempre con el mismo diagnóstico: todo problema inflacionario consiste en un exceso de liquidez, el cual debe controlarse a través de un aumento en las tasas de interés, y ese, a mi juicio es el problema principal que tenemos hoy.

Así, que no voy a hablar sobre la bondad o no de un banco Central independiente -nada independiente de los intereses del sector financiero (https://agendapublica.elpais.com/noticia/14189/independencia-bancos-centrales-entredicho), o de lo adecuado o torpe que resulta en tiempos actuales mantener una política a rajatabla de control inflacionario, sino del peligro de controlar la inflación a través de un aumento de la tasa de interés.

El argumento es mas bien simple y retomo lo dicho unos párrafos atrás: la inflación es diagnosticada por la Junta Directiva del BANREP como el resultado del efecto de un aumento de la liquidez, por encima del potencial del PIB del país, lo cual produce un incremento de la demanda y por tanto un aumento del nivel de precios, sin embargo, el fenómeno inflacionario que tenemos en ciernes tiene orígenes muy diferentes.

1. La pandemia COVID 19 tuvo como un primer efecto económico el entorpecimiento de la cadena de suministros y la crisis de los contenedores que ralentizaron un comercio mundial altamente interdependiente, esto dificulta el traslado de insumos desde diferentes partes del planeta a los centros de producción, y de los productos a los lugares de consumo. La escasez de insumos y productos se traslada a los precios finales al consumidor y en un aumento de costos para los productores.
2. La guerra Ruso-ucraniana ya de todos conocida, tiene profundos efectos en la provisión de insumos claves para el funcionamiento de los mercados agrícolas (https://www.bbc.com/mundo/noticias-60642862) incrementando de manera exagerada el costo de los insumos básicos para la producción de agroinsumos, al mismo tiempo que millones de toneladas de cereales dejan de producirse en los países en conflicto, poniendo menos oferta en los mercados internacionales, y afectando principalmente a los países de Oriente Medio y África (que dependen del trigo Ruso-Ucraniano) y presionando al alza en otros mercados, como el colombiano.
3. Otro efecto del conflicto, es que los precios de la energía (especialmente de los hidrocarburos) de los cuales Rusia es gran productor van en aumento (15,8% entre enero 2021 y enero 2022)
4. La torpe política de manejo del gobierno colombiano sobre activos estratégicos como MONOMEROS S.A. Una de las principales empresas de producción de insumos agrícolas en Colombia, y qué pasó (por disposición del gobierno de Iván Duque) a ser administrada por el gobierno interino (usurpador) de Juan Guaidó, quienes la llevaron a una crisis financiera y operativa de la cual hasta el momento no ha podido recuperarse. No contar con MONOMEROS operando de manera normal, amplifica el efecto de costo de los agroinsumos a nivel global y presiona un incremento de los precios en los bienes agrícolas que el país produce.

Esto explica porque la principal fuente de presión inflacionaria son los alimentos (en enero de 2022 se calcula que la variación interanual del costo de alimentos llegó al 19,3%), seguido de los bienes industriales (principalmente tecnología) afectados por la escasez de conductores y procesadores elementales.  A marzo de 2022 la inflación interanual superaba el 8,45%, una cifra que no se veía en Colombia hace décadas.

Y bien, ¿si estas son las causas, en las cuales hay acuerdos importantes entre diferentes fuentes y diagnósticos? ¿qué efecto puede tener un aumento de la tasa de interés de referencia que tiene el BANREP en esta situación? A mi juicio no solamente ninguna, sino algo peor: contribuirá a aumentarla.

Y esto es bastante sencillo de entender: una inflación de costos como la que estamos viviendo, por cuenta de la escasez no se soluciona como una inflación de demanda, aumentar la tasa de interés solamente incrementará el costo de financiación para los productores locales, quienes además de tener que lidiar con un incremento de los costos de los insumos, ahora también tendrán que lidiar con un incremento en el costo del capital con el que apalancan sus operaciones.

También se espera que el incremento de tasas castigue el consumo de los hogares (especialmente en bienes semidurables y en servicios no esenciales) pero esto tiene la obvia desventaja de reducir el impacto de la tan cacareada “reactivación económica”.  Si la gente ve que aumenta el costo de usar el crédito, simplemente no comprará o reducirá el consumo, sin que ello por otra parte tenga ningún impacto en la estructura de costos.

Solo el tiempo dirá si fue sabio o no el aumento de tasas desde al 1,45% a finales de 2021 a 5% hoy, pero desde ya los anuncios de instituciones como la OCDE llamaban a ser prudentes con esta medida (https://www.valoraanalitik.com/2021/10/13/aumento-de-tasas-en-colombia-debe-ser-gradual/) y cuando se revisan las posiciones generales de los bancos centrales en el bloque OCDE parecen haber sido mucho más cautos que el BANREP.

Al final queda la pregunta de siempre: ¿ante el aumento del costo de insumos y de precios, especialmente de los insumos y bienes agrícolas, cuales son las acciones rurales del gobierno y el banco para proteger la capacidad de consumo de alimentos de los hogares mas pobres?   Hasta el momento anuncios tímidos sobre reducción de aranceles, pero nada que sea efectivo para detener el avance de una crisis alimentaria que puede tener profundas consecuencias y que puede ir más allá de un simple fin fenómeno de inflación temporal.

Jairo Bautista

Foto tomada de: Eltiempo.com