Si, la misma derecha que tenía en Carrasquilla a su más devoto apóstol, y que empujó al país por la senda de la desestabilización social al impulsar una reforma que le iba cobrar (entre otros productos) IVA hasta a los huevos, se convirtió ahora por arte de magia en el ejemplo de lo que NO se debe hacer en materia del tributo, asi se demuestra nuevamente que “mal paga el diablo a quien bien le sirve” y que en la derecha colombiana falta muchísimo aun para que puedan ponerse a la altura de un movimiento serio, y civilizador que para comenzar les permita hablarle con la verdad al país.
Comparar Ocampo con Carrasquilla, Petro con Duque, 2021 con 2022, IVA a los huevos con impuesto al Patrimonio a los que tienen mas de 3.000 millones en sus balances no solo es un despropósito: es una total estupidez. Estupidez que solo es posible decirla cuando no se tiene nada que perder, cuando no se tiene un mínimo sentido de la vergüenza política y mucho menos de la grandeza para reconocer que el país que dejaron es uno plagado de injusticias (especialmente de injusticias tributarias) y de violencias, una emparentada con la otra.
La reforma Petro en lo único que se parece a la de Carrasquilla es en el monto que aspira a recaudar: algo mas de 25 billones. Y ello es resultado de un ejercicio de prudencia del ministro Ocampo y su equipo económico, que sabedor de quienes son los que están en el Congreso, presenta una reforma de mínimos: quien no esté de acuerdo con ella tendría que explicar con incomodidad porque no quiere aportar a la construcción de una mejor sociedad.
Los más ricos en Colombia, ese 2% de contribuyentes que ganan mas de $10 millones al mes parece que aun no son conscientes de su riqueza y por ende de la inmensa pobreza de la mayoría de colombianas y colombianos, y claro dentro de ese “club de los 10 millones” pues hay unos que apenas coronamos esa cifra y otros que pueden decir sin temor que 10 millones es lo que ganan en una tarde.
Aquí es donde el problema sobrepasa lo económico y trasciende a lo ético y lo moral: hace unas semanas vimos con un poco de desconcierto y hasta de asco moral, como el considerado hombre más rico del país y uno de los 40 más ricos en el mundo decía con tranquilidad que una “casita de descanso en las Bahamas, un avión normal y una casa en Bogotá” no eran “nada del otro mundo”, apenas lo que tiene alguien de la clase media supongo.
En redes sociales pululan hoy los comentarios del tipo “10 millones de pesos de ingreso no son nada” “una pensión de 20 millones es básica” o la muy obtusa posición del ya ex senador Jorge Robledo (que aparentemente se acostumbró a hacerle oposición hasta a su propia sombra) que dice que “le preocupa que llamen ricos a quienes tienen ingresos de mas de $10 millones” ¿Quién será entonces rico para el ex senador? ¿Elon Musk y Bill Gates?
La triste realidad es otra: Según el DANE la clase media en Colombia comienza con ingresos de $670 mil pesos y llega hasta los $3,7 millones, de ahí para arriba todos somos “ricos”. Colombia es un país de gente TAN pobre, y con su riqueza TAN mal distribuida que su clase media en realidad tiene ingresos paupérrimos, y por ello escuchar a quienes ganan 10, 20 o 100 millones diciendo que ellos en realidad son gente pobre, humilde, no deja de ser un mal chíste, en una sociedad profundamente desigual y donde una tercera parte de su población tiene ingresos inferiores a $320 mil pesos mensuales.
La propuesta del gobierno entrante apunta a corregir muchos de los males que se enquistaron en el sistema tributario, lleno de beneficios a grupos sociales privilegiados, que a cambio no producen el desarrollo ni el progreso esperado para el pais, y completamente enredado para el contribuyente, un sistema que, en lugar de jugar a Robin Hood, juega al Sheriff de Nottingham, un sistema tributario basado en la noción de que el más rico pague pocos o ningún impuesto si se puede.
Y por eso es que esos mismos ricos, quizás no los de $10 millones sino los de $1.000 millones al mes, que son dueños de noticieros, dueños de las universidades de la élite, dueños de congresistas, dueños de los gremios, dueños de la tierra, dueños del patrimonio, se sienten profundamente ofendidos porque el gobierno Petro (al que hace unas semanas atacaban con todo tipo de argumentos que rayaban en la locura) pretenda decirles a estos señores y señoras feudales que la era de sus privilegios exagerados ha llegado a su fin.
Algunos han entendido que sin tributación no hay sociedad civilizada y ya han ofrecido las banderas de la negociación, otros, los mas reaccionarios (del Centro Democrático) se han dedicado a intentar levantar a las “masas populares” que ya no están con ellos, con argumentos tan éntraños como simpáticos: la defensa de la dieta básica del obrero nacional (salchichón, pan y gaseosa), dieta que apenas conocieron ayer, ellos que ignoran siquiera que come y como come el colombiano de abajo.
Estos mismos que vieron como hace dos años 8 de cada 10 muertos por covid tenían antecedentes de obesidad, hipertensión y diabetes, y de estos, el 65% provenían de sectores de ingresos bajos: los colombianos no solo morimos porque no hay alimento, también morimos porque no comemos alimentos de calidad.
La reforma tributaria que propone el gobierno Petro NO es la solución a TODOS los problemas sociales, pero SI que es un buen inicio, es hora de que los “pobres viejecitos” dejen de aparentar ser pobres y asuman lo que no han hecho por décadas: su responsabilidad de contribuir.
Jairo A. Bautista, Asesor Senatorial
Foto tomada de: W Radio
Diana Cruz says
Considero que los medios tienen mucho que ver, y a veces confunden con las noticias que dan. Es inaudito que ahora se le de más importancia y se discuta como si fuera parte de la canasta familiar, que aumente el valor de un paquete de papas, que de una libra de papa.
Martha Cecilia Garcia says
Excelente artículo, para que lo lean los desinformado por rcn, revista semana, caracol entre otros. Hoy se llaman los abanderado de los pobres, pero no dijeron nada cuando Duque y Carrasquilla grababan la canasta básica sin sonrojarse.
LUZ DARY BENÍTEZ FLÓREZ says
Si que contribuyan esos sinvergüenzas ricos que piensan que cuando mueran se van a llevar sus riquezas al más allá que dejen de ser mezquinos y empiecen a contribuir.