Las denuncias de fraude al interior de la Convención Liberal no se hicieron esperar y son públicos los videos de delegados a los cuales se les impidió votar por alternativas distintas a Gaviria. Es claro que “el que escruta elige” y en la Convención liberal así fue, de conformidad con dichas afirmaciones, debidamente probadas. Chacón y Velasco quedaron arrasados por una maquinaria impuesta por las camarillas regionales que se oponen al cambio. Falta ver si las bases liberales apoyan ese cambio en 2026 o se pliegan a la contrarreforma de derecha que desde “Bienvenidos al futuro” nos vendió el acabose de la agricultura y el desmantelamiento del sistema social en contravía de lo aprobado en la Carta del 91, que habla de Estado Social de Derecho, no de para estado antisocial de derecha.
La reedición de Gaviria al frente del Partido Liberal, se parece un poco al triunfo de Trump, fichas de la vieja maquinaria, derechistas en trance de licenciarse y desconectados con las nuevas realidades mundiales, como el cambio climático, que demostró en Valencia la furia de la naturaleza como respuesta a la inacción humana. Gloria Gaitán, la hija del caudillo Jorge Eliécer Gaitán, planteó que conocía a Gaviria desde hacía muchos años como un individuo mañoso y tramposo y que no le era extraño mirar el resultado. El Consejo Nacional Electoral, organismo cuestionado, no hará nada que incomode a “Napoleón”, ni mucho menos tampoco el Comité de Ética del Partido Liberal integrado por personas genuflexas al régimen.
La presencia de “Fincho” Cepeda, Presidente del Senado, en la clausura del Congreso liberal en Cartagena, demuestra la unidad de la derecha más reaccionaria contra las reformas del cambio. Fueron ellos los que privatizaron la salud y generaron más de 2 millones de muertos por falta de atención básica sanitaria, como está documentado en los estudios de Gañán; fueron ellos los que les entregaron a sectores particulares los fondos de pensión, en clara copia de lo que Naomi Klein denominara “La doctrina del shock”, para referirse a la aplicación de las doctrinas de los Chicago Boys en la Dictadura chilena, luego de arrasar al Gobierno democrático de Allende. Fueron ellos los que entregaron las concesiones viales a Odebrecht y a los grandes sectores financieros, que inclusive manejan los peajes, sin que Petro haya podido intervenir, pues dejaron amarrados los contratos por muchos años. Fueron ellos los que desabastecieron de comida a la población colombiana y que generó la importación de más de 16 millones de toneladas de alimentos que perfectamente se podrían sembrar en Colombia; fueron ellos los que se opusieron y se oponen a la reforma agraria y a la posibilidad de que los campesinos y las víctimas de desplazamiento forzado puedan volver a sus tierras, cultivarlas y comercializar dignamente sus productos. Fueron ellos los que generaron la violencia que la Comisión de la Verdad ha documentado con cifras tremebundas que nos colocan como uno de los países más violentos del mundo, ante la falta de voluntad política para superar el hondo conflicto social y político que nos ha devastado. Las confesiones de los “falsos positivos” son un claro ejemplo. Fueron ellos los que colocaron a Colombia de la lista top de los países más desiguales, al servicio de los banqueros.
Por ello, porque no hay autoridad moral para señalar a Petro como el causante de la crisis, son ellos los que deben asumir la carga de responsabilidad de la crisis, no el Gobierno de izquierda que, si bien puede tener errores, por lo menos ha develado la grave corrupción que en diferentes estamentos estatales y privados ha hecho metástasis, como el descubrimiento del Pegasus y los negocios de las EPS, como empresas de la muerte.
El Informe de la Coordinadora Colombia-Europa-EEUU de Alberto Yepes y su equipo es un claro análisis de por qué las altas cortes se han equivocado al analizar determinados aspectos de la obra de Gobierno, como el tema tributario para los grandes potentados mineros. Son decisiones contrarias al espíritu de un nuevo derecho garantista de los derechos colectivos y que concentran la riqueza en pocas manos. No es gratuito que Vargas Lleras haya colocado a dos de sus alfiles como ternados por altas cortes para Procurador, así Petro le haya jugado al jaque con Eljach.
Frente al paro camionero y el paro de los “campesinos” de los páramos, hay que decir que estuvo aupado por la derecha y por los propietarios de grandes tracto mulas y medios de transporte, así como de los dueños de grandes extensiones en la zona paramuna, que explotan minería, ganadería y agricultura, afectando la fábrica de agua, que el Gobierno pretende preservar, como lo demostró en Cali en la COP16. La gente muere sin agua, pero no muere por no tener oro o carbón. La gente ya no es ingenua y observa que estos paros son liderados por personas ligadas a la derecha opositora. La respuesta del Gobierno, contrario a lo que hizo Duque, fue el diálogo y la concertación, no la represión.
Por ello, la vuelta de César Gaviria a la dirección del liberalismo es un paso atrás y la demostración de que el partido Liberal cayó en manos de una camarilla oligárquica y anacrónica, de espaldas al país y sus realidades, que frena los cambios a favor de las grandes mayorías, como lo ha demostrado en el Senado donde vota en contras las grandes reformas del Pacto Histórico. El pueblo debe identificar la traición de estos sujetos y en el 2026 asumir la conducción directa de sus ideas, las ideas de Gaitán y de Uribe Uribe, para derrotar las de la derecha que alimentan posiciones de privilegio en contra de las grandes mayorías desposeídas y marginadas. Gaviria, como miembro del establecimiento, va a encargarse de frenar el cambio y el pueblo debe identificar quién traicionó las ideas de Galán en el Nuevo Liberalismo y cómo su nefasta política de privatizaciones dio al traste con los deseos de los constituyentes progresistas del 91 que aspiraban a construir un Estado Social de Derecho. Gaviria no es el hombre del cambio, es la reedición der la reacción y va a buscar con Trump hacer una alianza para derrotar en el 26 las ideas progresistas en Colombia. De la inteligencia del pueblo colombiano dependerá que ello no ocurra.
Luis Bernardo Díaz, Decano Facultad de Derecho UPTC
Foto tomada de: La Silla Vacía
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