Esto implicó una reacción de varios mandatarios de la región latinoamericana, Gustavo Petro, Claudia Sheinbaum y Lula Da Silva, por la vulneración de los derechos humanos de sus connacionales. En el caso colombiano, la firme y digna postura del mandatario colombiano, logró hacer retroceder a Trump del anuncio de medidas como el aumento de aranceles a productos colombianos de un 25 a un 50%, la cancelación de visas de funcionarios y personas afectas al gobierno colombiano, una respuesta estrepitosa de Trump, ante la negativa del presidente Petro de recibir en condiciones inhumanas a los connacionales repatriados.
Esta situación implicó un pronunciamiento de la ONU en defensa de los derechos de los migrantes y la convocatorita de la CELAC por parte de la presidenta de Honduras, reunión que fue cancelada posteriormente, seguramente porque no era necesaria, en tanto el impase y el exceso de Trump contra Colombia, tuvo un retroceso y fue reconsiderado, ante la firme y digna postura del mandatario colombiano de no transar la dignidad de la ciudadanía colombiana por las retaliaciones económicas del país del norte. Pero más allá de este problema, es necesario comprender que lo ocurrido con Trump en días pasados es apenas el primer round de un pulso que se extenderá por lo menos los próximos cuatro años de su mandato. Trump comienza su mandato haciendo una demostración de poderío en la vía de cumplir las promesas que hizo a su electorado. Lo que tendríamos que examinar es la viabilidad y las consecuencias del cumplimiento de estas promesas para el propio pueblo de EEUU.
La promesa de deportar a los inmigrantes indocumentados es por lo menos irreal, implicaría un colapso para la economía de los EEUU. El Departamento de Seguridad de EEUU dice que hay entre 10 y 12 millones de migrantes indocumentados, la afirmación de que los problemas económicos de una sociedad que tiene alrededor de 330 millones de ciudadanos, son causados por ese grupo de migrantes, no tiene ningún asidero. Los migrantes, por el contrario, son parte del soporte de algunas industrias de los EEUU como la agroindustria, la construcción, y los servicios como restaurantes, que inciden en el PIB y la economía de este país. La deportación de esos migrantes de los EEUU implicaría un costo de 88 mil millones de dólares, esto es lo que se calculó por la Agencia Nacional de Inmigración, esto es casi el doble del presupuesto de salud del país del Norte. ¿Podrá cumplir Trump esta promesa de campaña, en contra del propio pueblo estadounidense?, teniendo en cuenta que este tipo de trabajos no serían aceptados por los nativos norteamericanos por los ingresos que se les paga a los inmigrantes, todo esto repercutiría en el aumento de la inflación.
Ahora bien, el paquete de promesas de Trump incluye el aumento de aranceles a las importaciones, la disminución de impuestos a los ricos, las deportaciones de millones de ciudadanos y aumentar la producción de petróleo, lo que el premio nobel de economía Paul Krugman ha denominado “la economía vudú”. Es de anotar que el déficit fiscal y comercial de los EEUU es de 6,4% y 3%, mucho mejor que el que dejó el primer gobierno de Trump que fue de 15% del PIB y 5%, es decir, a los demócratas en cabeza de Biden les correspondió comenzar a corregir el desastre dejado por el propio Trump en su primer gobierno. La disminución de impuestos a los más ricos, sólo empeorará la situación porque esto se ha hecho y lo que ha pasado es que se aumenta el déficit fiscal, la deuda externa y se afecta la balanza comercial aumentando las importaciones y disminuyendo las exportaciones.
El aumento de aranceles a países como México, China, Canadá, lo que puede generar es una retaliación del mundo contra EEUU, además de que los sobre precios de esos bienes y productos los pagaría los propios ciudadanos de los EEUU. De nuevo nos preguntamos si podrá y cumplirá Donald Trump estas promesas en contra de sus propios connacionales.
Ahora bien, la elección de Donald Trump hace parte de un contexto de época que se caracteriza como una crisis de occidente, el tránsito de la unipolaridad a la multipolaridad, esto es, los EEUU hasta ahora han ejercido una dominación política, militar y financiera sobre diversos países del mundo. El crecimiento de las economías occidentales, se ha asociado al papel del protestantismo original, que es diferente al evangelismo contemporáneo. En este se instauró una doctrina disciplinada de educación, que era requerida para acceder a los textos sagrados sin intermediación de sacerdotes, esta situación generó un impulso importante en los países protestantes y el desarrollo de sus economías.
El declive de la ética protestante se relaciona con el debilitamiento de uno de los motores culturales del desarrollo y la economía occidental. Esta es la tesis de la obra de Emmanuel Tood, “La Derrota de Occidente”, en donde explica como el fin de una creencia religiosa marca el signo de una época, hemos llegado de un momento de “religión cero”, en donde ninguna creencia o proyecto político logra movilizar a la sociedad, entonces se instalan pulsiones nihilistas, un individuo desprovisto de valores que lo restrinjan, enfrentado al vértigo del vacío:
“Ante la complejidad de esta nueva condición humana, se observan fenómenos de conformismo social e intelectual, especialmente en las clases dirigentes, pero, sobre todo, veo como reacción más común una deificación del vacío y un peligroso rechazo de la realidad tal como una atracción por la violencia. Eso lo llama nihilismo”
Desde esta nueva condición cultural, Tood explica el EEUU contemporáneo, todo esto más allá de ser una discusión de indignación moral, se traduce en hechos que describen la situación de la sociedad norteamericana, como la duplicación de la tasa de suicidios, el aumento de la mortalidad prevenible, por accidentes de tránsito, hechos violentos, enfermedades prevenibles y curables, con una caída en la esperanza de vida que es inferior a la de los chinos, y un aumento de la mortalidad infantil.
La degradación moral de una dirigencia que, capturada por la codicia de un puñado de lobistas, ha sido incapaz de reformar su sistema de salud para evitar que sus ciudadanos mueran cuando los avances de la ciencia podría curarlos. Esto sumado a una política exterior signada por la muerte, apoyo al genocidio de Palestina, generación de guerras en el mundo entero, sin que esto represente ninguna ganancia política o económica para los EEUU, es el nihilismo y la muerte como política.
La crisis de occidente se ve reflejada en los EEUU como hegemón, en donde se ha identificado que ha habido un declive de su nivel educativo, esto sumado a la pérdida de personas especializadas en ingenierías, matemáticas y áreas afines a las economías industriales. Los EEUU han optado por privilegiar en su economía las actividades financieras por encima de las industriales, la destrucción de las fuerzas productivas, y la exaltación de la codicia, que se ve reflejada en la imagen de los multimillonarios de las tecnologías de la información, Bezos, Musk y Zuckerberg, en la posesión de Donald Trump, que no sólo han optado por acumular cientos de miles de millones de dólares en sus arcas, sino incidir en la política para favorecer sus intereses, lo que implica asegurarse subsidios con el erario, evitar regulaciones sociales, políticas, ambientales para el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. Lo que se busca es que todo esto lo puedan llevar a cabo sin ningún tipo de regulación en cuanto al empleo de agua y energía. Es la codicia desbordada. Esto es lo que Biden ha denominado a captura del país del Norte por una élite oligárquica.
La desindustrialización de los EEUU se refleja también en la derrota sufrida en Ucrania a manos de Rusia, lo que esto demuestra es la incapacidad de la industria de EEUU y la de sus aliados para confrontar con la OTAN los desarrollos militares y económicos rusos. Es decir, Trump es la expresión de esa crisis, pero también es la respuesta de la sociedad norteamericana frente la ausencia de alternativas de Estado y de sociedad por parte de las mayorías Demócratas que sucumbieron ante el wokismo, el globalismo, el apoyo a la guerra de Ucrania y el genocidio de Palestina. Trump significa para el mundo el retardo en la transición hacia la multipolaridad y hacia una concepción de otro tipo de orden mundial democrático y justo.
Ante este panorama, Colombia vive su propia transición hacia una sociedad justa y digna, eso pasa porque este momento sirva para diversificar las relaciones comerciales, culturales y económicas con otras latitudes del mundo, como lo dijo el presidente Petro. En la actualidad se exporta en un 25% a los EEUU, esto debería reducirse a un 12 o 10%, para evitar la dependencia de un socio impredecible y autoritario. La participación en los BRICS y la apertura comercial hacia la Ruta y la Franja es un camino promisorio en esa apertura de Colombia al mundo. La insistencia en la integración latinoamericana que tiene mayores posibilidades políticas ahora, para actuar de manera estratégica con los intereses de la región y sus naciones en los distintos organismos multilaterales.
Hemos ganado soberanía para relacionarnos en condiciones de igualdad con cualquier Estado y Nación del mundo, ese camino hay que profundizarlo. Es necesario estrechar los lazos con la colombianidad que habita en el exterior, la nación colombiana de la diáspora, con un despliegue de consulados que protejan sus derechos en cualquier parte del mundo, lo que implica un rediseño de la política exterior en este apartado.
En medio de lo ocurrido, me quedo con la imagen de una colombiana en una universidad de los EEUU que agitaba la bandera de Colombia, se cubría con ella como un manto protector e inspirador, con la imagen de las mariposas amarillas que han recorrido el planeta, que han sorteado las variables de tiempo, época, espacio y cultura, me quedo con el aroma del café, al textura del maíz, la manta wauyuu, con el sonido del bambuco, el porro, la cumbia, el vallenato, la salsa, resonando en nuestra Colombia y en el mundo entero. Y como dijo la canción “Quien no quiere a su patria, no quiere a su madre”.
Carolina Corcho Mejía, Exministra de salud, médica psiquiatra
Foto tomada de: RTVC
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