Propone La Base que el Estado debe intervenir para controlar los precios de los alimentos. También propone, más radicalmente, que se cree un servicio público de supermercados y/o se apoyen redes de supermercados cooperativos sin ánimo de lucro.
Argumentos de La Base
En gran medida el encarecimiento de los precios es resultado de aumentos exagerados de los precios de los alimentos en detrimento de los consumidores y los productores. Por ejemplo, compran a 11 céntimos a los productores y venden a 1 euro con 30 a los consumidores.
Los supermercados están obteniendo ganancias enormes y enriqueciendo más a sus dueños como Juan Roig, el dueño de Mercadona, quien le dedican otro programa de La Base[2].
El elemento que más pesa en la inflación es la ganancia.
La alimentación es un derecho humano fundamental. Si el Estado presta servicios públicos de salud y educación y otros por qué no prestar el servicio de alimentación.
Con la misma lógica cabría pensar que los grandes productores de alimentos (no los pequeños y los campesinos) obtienen ganancias enormes y perjudican a los consumidores y a otros productores. En el mismo programa citan información de OXFAM sobre las grandes ganancias de las empresas productoras de alimentos y el surgimiento de 62 nuevos multimillonarios en ese sector. En este contexto, con base en el esquema de argumentación de La Base, también debería el Estado producir los alimentos.
Pero lo mismo aplicaría a la ropa, los zapatos, la vivienda, los libros, los medicamentos para mencionar otros rubros que ya son derechos o deberían serlo.
Por este camino nos aproximamos al comunismo. ¿Es esta la propuesta de fondo de La Base? Si es así, ¿por qué no lo dice claramente?
Pero, no parece.
La Base enfoca el asunto desde una perspectiva ligera y superficial. Se concentra en el consumo y en la comercialización, no en la fase de la producción, en la cual se encuentra una relación esencial del capitalismo.
Calificar a los dueños de supermercados y a los dueños de empresas de alimentos de ladrones puede ser muy útil para generar indignación pero inocuo para ayudar a la comprensión. Más aún, en lugar de revelar, oculta la forma efectiva de funcionamiento del capitalismo.
A La Base no le preocupa que haya ganancia, le preocupa que sea exagerada, que no sea justa. A la Base no le preocupa que haya millones de asalariados subordinados y dominados por un puñado de capitalistas, le preocupa que no les paguen un salario justo.
Desde la perspectiva superficial de La Base se podría decir también que el problema no es que los precios de los alimentos estén muy altos, sino que el precio de la fuerza de trabajo es muy bajo.
Siguiendo la lógica de La Base habría que proponer que el Estado interviniera para subir los salarios al nivel en que se puedan garantizar todos los derechos escritos en la Constitución. Para qué ponerse con rodeos. A nivel agregado consistiría es determinar por la ley que del total del valor agregado los trabajadores que son, por ejemplo, el 96% en Colombia se queden con el 96% de la torta anual. ¿Sencillo no?
Soñar no cuesta nada: engañar a los trabajadores tampoco
Todo lo anterior no pasa de buenas intenciones de socialdemocratillos cómo el propio Pablo Iglesias se autodefine en otro programa.
Es innegable que se pueden lograr muchos mejoramientos en el marco de las relaciones sociales existentes, mejoramientos de aspirina, eficaces pero menores y sin garantía de duración. Es claro que es posible obtener algunos aumentos de salarios, o incrementos en el recaudo de impuestos a los capitalistas, que se destinen a financiar diversos servicios públicos para compensar el ingreso de los trabajadores más pobres. Es claro que con una mejor gestión y menos corrupción se lograría que en muchos municipios de Colombia hubiera mejores servicios de acueducto y de alcantarillado o de alimentación escolar. Pero esto no cambia el fundamento del capitalismo ni tampoco tiene garantía de sostenimiento.
De otra parte, La Base apela al Estado como responsable de dichas políticas, pero es evidente que un Estado capitalista no se va a hacer la harakiri. Podrá ceder un poco aquí, algo más allá, pero su razón de ser consiste en garantizar el objetivo esencial del sistema: la obtención de ganancias.
La Base investiga, estudia, analiza. Hace programas serios sobre muy diversos temas. No se queda en la opinión. Pero entonces, ¿por qué trata tan superficialmente estos temas? Con seguridad Iglesias, Serrano, Afinogenova y Levin han estudiado El Capital, así sea parcialmente. O por lo menos, saben que existe. Con seguridad tienen conocimiento de la larga historia de utopías que tratan de lograr que el capitalismo siga funcionando sin sus consecuencias inevitables. Con seguridad conocen los precarios resultados de las distintas experiencias cooperativas y los límites del Estado capitalista. Además, con un poco de investigación podrían tener mucho más sustento teórico y evidencia empírica sobre este tipo de iniciativas de reforma del capitalismo.
Con este tipo de programas La Base en lugar de contribuir a mejorar el conocimiento sobre el capitalismo y sus límites termina compartiendo fundamentos teóricos e ideológicos de la extrema derecha, la derecha, los liberales, el PSOE y sus representantes mediáticos.
A pesar de lo cual seguirán siendo tachados de comunistas, chavistas, castristas, etc., un calificativo que debería ser motivo de orgullo pero que no merecen.
_________
[1] https://www.youtube.com/watch?v=ckMBhsPJzWs&t=81s
[2] (https://www.youtube.com/watch?v=_Y_f7zEVnC4&t=418s).
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: El Nacional
Deja un comentario