“El experimento neoliberal ha sido un fracaso espectacular”, dice Stiglitz. Esta afirmación la fundamenta en el hecho de que el crecimiento económico ha sido bajo pero además en que se acumuló en la cima de la escala de ingresos. Pero, ¿no era esto lo que se quería con la política neoliberal? ¿Concentrar aún más los ingresos en los capitalistas? Desde esta perspectiva ha sido todo un éxito el neoliberalismo, tanto en los Estados Unidos, como en el mundo y en Colombia. Stiglitz lee la realidad desde un ideal o un deseo de justicia, lo que lo lleva a equivocarse de cabo a rabo en la interpretación. Y remata esta parte con un piadoso deseo: “el neoliberalismo debe decretarse muerto y enterrado”.
¿Cuáles son las alternativas al neoliberalismo según Stiglitz? a) el nacionalismo de extrema derecha; b) el reformismo de centro izquierda; y c) la izquierda progresista. Considera que solamente la izquierda progresista representa algo verdaderamente nuevo, las otras opciones están en deuda con la ideología neoliberal, que según Stiglitz ¡ha expirado! Pero inmediatamente corrige y afirma que debería haber expirado.
La opción viable, para Stiglitz es la izquierda progresista, que denomina también capitalismo progresista, que prescribe una agenda económica “radicalmente distinta”, basada en cuatro puntos: 1) Restablecer el equilibrio entre los mercados, el Estado y la sociedad civil; 2) Reconocer que la riqueza de las naciones es resultado de la investigación científica; 3) Abordar el creciente problema del poder del mercado concentrado; 4) Disociar el poder económico de la influencia política. Miremos cada uno de estos puntos.
Primer punto: “El crecimiento económico lento, la creciente desigualdad, la inestabilidad financiera y la degradación ambiental son problemas nacidos del mercado y, por lo tanto, no pueden ser resueltos, ni lo serán, sólo por el mercado. Los gobiernos tienen la obligación de limitar y delinear los mercados a través de regulaciones ambientales, de salud, de seguridad ocupacional y de otros tipos. También es tarea del gobierno hacer lo que el mercado no puede hacer o no hará, como invertir activamente en investigación básica, tecnología, educación y la salud de sus votantes”
Stiglitz señala que los “problemas” crecimiento económico lento, creciente desigualdad, inestabilidad financiera y degradación ambiental, son problemas que nacen del mercado y que por tanto no pueden ser resueltos obviamente, por el mercado. Aquí Stiglitz comienza a esconder la realidad; efectivamente se trata de una economía de mercado, en el sentido de que la producción se realiza por parte de unidades económicas privadas y autónomas que se relacionan por medio de la venta y compra de productos, a través del dinero; es una sociedad donde se produce para el mercado. Pero además, es un mercado capitalista, es decir, una sociedad donde la fuerza de trabajo se ha convertido también en una mercancía que se vende y compra en el mercado, y donde la relación de producción básica es entre capitalistas y trabajadores asalariados. Stiglitz omite este pequeño adjetivo calificativo, con lo cual se exime de criticar el rasgo fundamental de nuestras sociedades, origen de los “problemas”.
De otra parte, Stiglitz trata estos hechos como problemas desligados del contexto; evidentemente es un problema desde una perspectiva general que el producto sea escaso, que exista desigualdad o que haya degradación ambiental. Pero se trata de consecuencias inherentes y necesarias dentro del capitalismo que afectan además desigualmente a las clases; para los capitalistas y su representante el Estado, el problema no es el bajo crecimiento, el problema son las ganancias, su magnitud absoluta y su proporción con respecto al capital, es decir la rentabilidad; el crecimiento puede ser bajo pero a pesar de esto obtenerse enormes ganancias.
La desigualdad es un resultado beneficioso y maravilloso para quienes concentran la riqueza y el ingreso, bastaría preguntarle a los 26 billonarios que obtienen los mismos ingresos que 3.400 millones de personas[3]. Pero además, el capitalismo, movido por la búsqueda de ganancias, el desarrollo técnico y la competencia tiende irremediablemente a la concentración. La degradación ambiental es un problema serio, incluso para los capitalistas como seres humanos, pero como capitalistas ha sido beneficioso en la medida en que les ha generado utilidades
De otra parte, dice Stiglitz que los gobiernos tienen la obligación de limitar y delinear los mercados (no dice los capitalistas) por medio de diversas regulaciones y de hacer lo que el mercado no puede hacer o no hará, como invertir en tecnología, educación y salud. Aquí también hay que precisar cosas. ¿Quiénes son los gobiernos? ¿Quién les fija la obligación? Los gobiernos son instituciones que responden al funcionamiento del sistema capitalista y a los intereses de los capitalistas? Su papel general es sostener y promover el sistema capitalista, para lo cual realiza diversas funciones, algunas de las cuales parecen en principio contrarias a los intereses de algunos capitalistas, pero en general al servicio del capitalismo. Además, el cumplimiento de muchas de estas tareas depende de la relación de fuerzas políticas, si los trabajadores no se organizan, presionan y protestan, el Estado no se ocupará mucho de su salud y de su educación, sus pensiones, etc. Volveremos sobre el papel del Estado.
Segundo punto: “La segunda prioridad es reconocer que la “riqueza de las naciones” es el resultado de la investigación científica —aprender sobre el mundo que nos rodea— y de la organización social que permite que grandes grupos de personas trabajen juntos para el bien común. Los mercados siguen teniendo un rol crucial que desempeñar a la hora de facilitar la cooperación social, pero sólo cumplen este propósito si están subordinados al régimen de derecho y son objeto de controles democráticos. De lo contrario, los individuos pueden enriquecerse explotando a otros, generando riqueza a través de la búsqueda de renta en lugar de creando riqueza a través de una creatividad genuina. Muchos de los ricos de hoy tomaron la ruta de la explotación para llegar adonde están. Se han visto muy favorecidos por las políticas de Trump, que han alentado la búsqueda de renta destruyendo al mismo tiempo las fuentes subyacentes de creación de riqueza. El capitalismo progresista busca hacer precisamente lo contrario.”
El segundo punto de su programa es “reconocer que la riqueza de las naciones es el resultado de la investigación científica y de la organización social que permite que grandes grupos de personas trabajen juntos para el bien común.” ¿Reconocer por parte de quién? Es un reconocimiento teórico o político? Esto no queda claro. Pero nuevamente Stiglitz oculta. ¿Qué es la riqueza de las naciones? El producto total? El producto interno bruto? Esto es resultado de la investigación científica? Es una afirmación engañosa. El producto es elaborado por empresas capitalistas que buscan obtener ganancias contratando trabajadores asalariados; en su competencia con los demás deben realizar innovaciones técnicas y organizativas, utilizar máquinas y mejores herramientas, etc. En esto ayuda la investigación científica, pero el motor se encuentra en las acciones capitalistas buscando ganancias. Y ¿a qué organización social se refiere? A las empresas privadas? Efectivamente en las empresas privadas se juntan trabajadores, en algunos casos en números muy grandes, para elaborar mercancías. El objetivo es producir mercancías cuyo valor deje una ganancia, de lo contrario el capitalista no produciría, por tanto, a cuál bien común se refiere Stiglitz, aquí lo que hay es un interés privado, particular. O será que se estaba refiriendo al Estado y diversas organizaciones públicas, esto no es claro.
Tercer punto: “Esto nos lleva a la tercera prioridad: abordar el creciente problema del poder de mercado concentrado. Al explotar las ventajas de la información, comprar a potenciales competidores y crear barreras de entrada, las empresas dominantes pueden comprometerse en una búsqueda de renta de gran escala en detrimento de todos los demás. El incremento del poder del mercado corporativo, junto con la caída del poder de negociación de los trabajadores, ayuda a explicar por qué la desigualdad es tan alta y el crecimiento tan débil. A menos que el gobierno asuma un papel más activo de lo que prescribe el neoliberalismo, estos problemas probablemente se volverán mucho peores, debido a los avances en el campo de la robótica y la inteligencia artificial.”
Con respecto a este punto Stiglitz crítica algunos rasgos inherentes del capitalismo, pero no el capitalismo mismo. La tendencia a la concentración y centralización del capital se encuentra formulada ya en El Capital en el tomo I en 1867, y los estudios posteriores sobre el desarrollo de la economía mundial y el imperialismo han mostrado la magnitud de esta tendencia. Los monopolios y oligopolios son un fenómeno común de la economía capitalista que se deriva de la propia competencia que mediante el desarrollo tecnológico y otras prácticas conduce a que la producción se concentre en pocos productores y la quiebra y salida del mercado de productores medianos y pequeños; además, a crear barreras de entrada de nuevos competidores debido a que la magnitud de las inversiones para entrar a la producción de determinadas mercancías es enorme; baste con ver en Colombia la producción de gaseosas, de cervezas, de cemento, de servicios de telefonía celular, de pañales, cuadernos, etc., etc.
Este fenómeno se da en todos los países y en la economía mundial. El capitalismo competitivo va quedando relegado a sectores específicos de menor productividad. El poder económico concentrado permite evidentemente que estos monopolios y oligopolios se apoderen de una parte importante del excedente de la sociedad, en detrimento no solo de los trabajadores asalariados, sino también de otros empresarios capitalistas. De aquí la competencia entre ellos y los esfuerzos para tratar de regular por parte del Estado los monopolios.
Cuarto punto: “El cuarto punto clave en la agenda progresista es disociar el poder económico de la influencia política. El poder económico y la influencia política se refuerzan mutuamente y se perpetúan a sí mismos, especialmente donde los individuos ricos y las corporaciones pueden gastar sin límite en las elecciones, como sucede en Estados Unidos. En la medida que Estados Unidos se acerque cada vez más a un sistema esencialmente antidemocrático de “un dólar, un voto”, el sistema de controles tan necesario para la democracia quizá no pueda resistir: nada podrá restringir el poder de los ricos. No se trata simplemente de un problema moral y político: a las economías con menos desigualdad en verdad les va mejor. Las reformas progresistas-capitalistas, por ende, tienen que empezar por recortar la influencia del dinero en la política y reducir la desigualdad de la riqueza.”
En este último punto, aunque también se menciona en los anteriores, se llega al tema de la intervención del Estado en contraposición con la política neoliberal de desregular y liberalizar en beneficio de las grandes empresas y capitalistas. Aquí es donde llega a su punto máximo el enfoque utópico de Stiglitz y las debilidades de su programa. ¿Cómo desligar el poder económico del político? No hay en el artículo una propuesta concreta sino simplemente el deseo de que las cosas fueran distintas, para lo cual apela incluso a argumentos engañosos: a las economías con menos desigualdad en verdad les va mejor? ¿A toda la economía? La receta se limita al objetivo pero no a los medios, Stiglitz nos dice simplemente que las reformas progresistas-capitalistas tienen que empezar por recortar la influencia del dinero en la política y reducir la desigualdad de la riqueza. Pero quién va a hacer esto? ¿El Estado controlado y financiado por los propios capitalistas?
La izquierda progresista, pero izquierda capitalista progresista de Stiglitz está fundamentada en buenos deseos y además no es novedosa. Es la vieja política de intentar resolver las consecuencias del capitalismo sin suprimir el capitalismo, razón por la cual están condenadas al fracaso. En Colombia la izquierda casi en su totalidad está organizada a partir de esta concepción, basta ver los estatutos políticos y programas de movimientos como Colombia Humana o el Polo Democrático Alternativo, pero también permea a la Alianza Verde, el partido liberal (que se declara de izquierda capitalista en su manifiesto ideológico[4]), pero incluso los partidos de derecha como Cambio Radical, el Conservador y el Centro Democrático, proponen solucionar un conjunto de “problemas” que son efectos del capitalismo, al tiempo que abrazan la defensa a ultranza del sistema. Posiblemente estas posiciones son sinceras en los partidos de izquierda, en los partidos de derecha es simplemente un engaño, pero tanto unos como otros cumplen con un papel de ocultamiento de la realidad.
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Alberto Maldonado Copello
Foto obtenida de: https://www.weforum.org/
[1] https://www.sur.org.co/del-socialismo-utopico-al-capitalismo-progresista-de-stiglitz-alberto-maldonado-copello/
[2] https://www.elespectador.com/opinion/despues-del-neoliberalismo-columna-864915
[3] https://www.abc.es/sociedad/abci-26-personas-mas-ricas-mundo-tienen-misma-riqueza-3800-millones-personas-mas-pobres-201901211010_noticia.html
[4] “El partido liberal es el partido del pueblo, tiene carácter pluralista y constituye una coalición de matices de izquierda democrática, cuya misión consiste en trabajar por resolver los problemas estructurales económicos, sociales, culturales y políticos, nacionales y regionales, mediante la intervención del Estado”, Resolución 2895 de 2011, Consejo Nacional Electoral, https://www.partidoliberal.org.co/assets/files/20171120144131189-1511556867.pdf
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