En este clima de agitación social, ampliamente pacifica, el gobierno ha hecho jugadas en relación al conflicto armado en el que se mantiene el ELN: designó como gestor de paz a Juan Carlos Cuellar, dirigente del ELN, quien esta privado de la libertad desde el año 2004 y ha jugado un destacado papel en procura de un acuerdo de paz, tanto en el proceso vivido en el gobierno del presidente Álvaro Uribe, entre 2005-2007 y el proceso con el presidente Juan Manuel Santos entre 2013-2018, en ambos procesos fue clave el trabajo discreto y perseverante de Juan Carlos Cuellar.
La designación de Juan Carlos Cuellar como gestor de paz es la posibilidad de seguir buscando condiciones para un proceso pendiente de diálogos y negociaciones con la última guerrilla que se mantiene en una acción organizada de violencia.
La segunda jugada fue hacer público unas gestiones que han sido discretas, donde por solicitud del Gobierno, la Iglesia Católica y las Naciones Unidas, sostuvieron cuatro reuniones con la delegación de dialogo del ELN, que permanece en Cuba, estas reuniones fueron en 2020 y 2021 y creo que desde el gobierno del presidente Duque, fue un paso en falso, hacer público lo que debió permanecer en la discreción, porque nada se gana mostrando como voluntad de negociación el usar los buenos oficios de la Iglesia y de la ONU, estando las partes tan distantes en sus lógicas: el gobierno se mantiene en su planteamiento de exigencias unilaterales y el ELN se mantiene en su planteamiento de bilateralidad, estando así las cosas, nada nuevo hay bajo el sol, siguen igual de distantes como el 7 de agosto de 2018 y todo hace presuponer que el 7 de agosto del 2022, se terminará este gobierno y tendremos un conflicto por resolver, espero estar equivocado de pe a pa.
Este año se cumplen tres décadas desde el inicio del primero proceso de diálogos y negociaciones entre un gobierno colombiano y el ELN, fue el proceso de Caracas, durante el gobierno del Presidente Cesar Gaviria, luego vendrían los procesos con los presidentes Samper, Pastrana, Uribe y Santos, cinco presidentes, cinco procesos y ahí sigue este conflicto, que solo tendrá solución en un proceso de diálogos y negociaciones.
Desde mi valoración, construida con evidencia de los procesos vividos, la carga de responsabilidad para resolver este viejo ejercicio de política con armas del que sigue participando el ELN, luego de 57 años, está en un gobierno que quiera resolverlo con una decisión de ejercicio de responsabilidad, liderándolo con propuestas de transformación sobre temas de sociedad y una adecuada estrategia que haga viable un proceso, superando los obstáculos que se han presentado en estas tres décadas.
Ya no hay otros que opaquen este proceso, ya no están las FARC, ya no están los paramilitares, ambas organizaciones de manera diferenciada fueron prioridad para procesos de paz, así fue durante el gobierno Pastrana y el gobierno Santos, donde toda la energía y prioridad fueron las FARC y el ELN quedó en un segundo plano y ya no existe un proceso paramilitar organizado que se oponga a una negociación con el ELN, como lo fue durante los años 2000-2001, cuando desplegaron una formidable oposición armada, con una ofensiva sobre el magdalena medio donde se encontraba la pequeña dirección del ELN y una acción social de oposición con el movimiento No al Despeje.
Si un futuro gobierno quiere resolver este conflicto armado, debe tener propuestas de transformación con un sentido de arraigo social, hay una sociedad buscando cambios y allí hay espacio para este proceso pendiente, de manera telegráfica desde mis valoraciones estos temas deben girar alrededor del territorio y una política que promueva ordenamientos democráticos, dándole fuerza a las comunidades campesinas, afros e indígenas y tramité los múltiples conflictos que se viven entre diversidad de actores sociales y económicos que tienen intereses en territorios donde hay comunidades que se sienten amenazadas en su permanencia y culturas, tema duro y de múltiples complejidades que por supuesto se pueden tratar en nuevos diseños de políticas, mecanismos, normatividad, este tema es el gran tema que puede darle rumbo a este proceso y que se debe aterrizar en las regiones donde el ELN ha permanecido: Arauca, Catatumbo, Magdalena Medio, el Pacifico, el nordeste y el bajo Cauca Antioqueño y los departamentos de Cauca y Nariño.
Otro tema que puede ayudar a llevar adelante esta negociación es un debate lo más amplio posible sobre iniciativas para superar la enorme desigualdad y las inequidades que caracterizan a la sociedad colombiana, entre territorio y equidad tenemos temas para construir un acuerdo de paz.
Por supuesto que esto va a requerir un gobierno que crea en la participación social y ciudadana, principio al cual el ELN no va a renunciar y que es plenamente viable en un marco constitucional que ha definido que esta es una democracia participativa, así el tema de un proceso de diálogos y negociaciones con participación social es plenamente viable.
Gobierno con propuesta de transformaciones, proceso participativo, negociaciones con un ambiente distensionado, allí están las coordenadas para este tema pendiente, ya veremos si los astros se alinean y logramos resolver este último alzamiento armado vigente.
Luis Eduardo Celis
Foto tomada de: https://verdadabierta.com/
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