Sin embargo, desafortunadamente, el proyecto de plan no incluye una sola meta sobre la participación de los salarios y prestaciones en el producto interno bruto ni sobre su relación con el total del plusvalor extraído por los capitalistas; tampoco tiene una sola meta con relación al salario absoluto.
El mejoramiento salarial esta está claramente relacionado con la distribución del ingreso. Del total del valor agregado en la economía, según el DANE, una parte va los trabajadores asalariados, otra parte a los trabajadores por cuenta propia y otra parte a los capitalistas bajo la figura del excedente bruto de explotación. Una política de redistribución del ingreso de los asalariados debería establecer metas significativas de incremento en su participación. Adicionalmente, debería fijar metas concretas de incremento del salario real, es decir, de la capacidad efectiva de compra descontada la inflación. Como vimos en anterior artículo, el proyecto de plan tampoco incluye metas sobre distribución del ingreso en favor de los trabajadores asalariados.
El actual director del DNP se ha referido antes de llegar al cargo, e incluso ya posesionado, a la importancia de diagnosticar mejor la situación de desigualdad del ingreso y de incluir indicadores de concentración como el GINI, no solo de los ingresos sino también de la riqueza en distintas modalidades. Estos planteamientos posiblemente son un rezago de sus estudios de hace décadas de El Capital de Marx[1]. Pero una vez que tuvo la facultad de coordinar la elaboración de un plan de desarrollo se olvidó de esos buenos propósitos. No hay en todo el texto un diagnóstico (descripción y explicación) de la situación salarial en el país, a pesar de que existe amplia información sobre estos asuntos
Posiblemente la ausencia de metas es por prudencia. Quizá el gobierno es consciente de que la probabilidad real de lograr resultados en materia de distribución del ingreso y de aumento de la participación salarial en el total del PIB es muy baja. Y prefirió entonces, sabiamente, hacerse el tonto y esperar que no le reclamaran. La mitad del país, liderada por las ideas del Centro Democrático, no se va a quejar por la ausencia de diagnóstico, metas y acciones concretas para mejorar los ingresos de los trabajadores asalariados. Y la otra mitad, probablemente no leerá el proyecto. El director de Fedesarrollo si se pilló la ausencia del GINI en el plan y le recordó al DNP la necesidad de incluir algo en la materia.
En una entrevista en El País de España el economista Mauricio Cárdenas advierte que si los Gobiernos no resuelven los problemas difíciles, como el ingreso, el empleo y la educación, perderán su oportunidad en un momento que le favorece a la región[2]: “Gobernar eficazmente requiere resolver los problemas a la gente más directamente, no con discursos nacionalistas, ni con discursos anti mercado o de que la historia de nuestros países ha sido un fracaso. Se requiere resolver los problemas a la gente dándole ingreso, dándole empleo, dándole educación pero no lo están haciendo porque eso es difícil,”
Sin mencionar el gobierno de Petro, el economista Cárdenas le recuerda que debe resolver problemas como el ingreso, el empleo y la educación de la gente. Sin embargo, Cárdenas no dice en el artículo cómo se resuelve el problema del ingreso y del empleo de la gente, en particular en lo relativo al tema de este artículo, el problema del salario y del trabajo asalariado. Es posible que Cárdenas tenga la fórmula para resolver estos problemas y por tanto debería compartirla: ¡cómo no entregarle al gobierno la receta para resolver problemas tan profundos!
Pero es posible que la razón de fondo es que no sabe cómo resolverlos. Es conveniente recordar que Mauricio Cárdenas tiene una larga trayectoria burocrática en el gobierno nacional, en los cuales ha ocupado entre otros el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación, cargos desde los cuales no pudo resolver los problemas de salarios y empleos asalariados. También es bueno tener en cuenta que Cárdenas es un economista muy reconocido con estudios de doctorado en el exterior y autor de un libro de introducción a la economía muy utilizado en la academia colombiana. Igualmente, ha sido profesor la facultad de economía de la Universidad de los Andes, considerada por muchos la mejor facultad de economía del país. Es decir, se trata de un personaje con un gran conocimiento teórico y práctico de la economía. Es casi tan sabio como el sabio Jorge Iván González.
Pero a pesar de tanta sabiduría no se obtienen los resultados esperados. En el gobierno de Petro están el ministro José Antonio Ocampo, considerado uno de los mejores economistas del país, Cecilia López, también brillante economista, Alejandro Gaviria, economista, quien también fue decano de la facultad de economía de la Universidad de los Andes y rector de la misma institución, sin mencionar otros ilustres ministros. Estos ministros además de su conocimiento teórico han ocupado durante décadas altos cargos públicos desde los cuales resolver los problemas del país. En el gabinete de Petro se conjugan la sabiduría de la Universidad de los Andes, de la Universidad Nacional y del Externado de Colombia, de la cual es egresado el señor presidente Petro. Es de lo mejor que ha dado la tierrita.
Y sin embargo, entre todos ellos, no logran proponer una solución a los “problemas difíciles del ingreso y los empleos”. ¿Por qué será?
Falta de capacidad, voluntad política, límites estructurales
Voluntad política no falta. Capacidades, aparentemente tampoco. Volvemos entonces al tema de nuestro anterior artículo: los límites estructurales. En una sociedad dominada por el modo de producción capitalista las decisiones sobre empleo e ingresos son tomadas fundamentalmente por capitalistas cuyo objetivo es la obtención de ganancias. Los capitalistas solamente contratan trabajadores asalariados si sus cálculos les muestran que van a obtener la mayor ganancia posible. Los abnegados y patrióticos capitalistas no tienen como meta prioritaria generar empleos ni tampoco son hermanitas de la caridad que destinan sus recursos a mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas mediante un empleo y un ingreso.
Pero además, los capitalistas saben que los salarios son un costo. Los trabajadores asalariados desde la perspectiva de su negocio no son seres humanos, son simplemente un factor de producción que cuesta. Si una empresa generó, a partir del trabajo de sus asalariados, un valor agregado de 100 todo capitalista sabe que todo aquello que pague en salarios reducirá sus utilidades; por esto, hará todo lo que esté a su alcance para reducir la parte que le corresponde a los trabajadores. Los capitalistas son personas prácticas que tienen una misión en la vida: enriquecerse. Y no van a ser tan tontos de entregar demasiado a sus trabajadores, a pesar de que los salarios que estos reciban apenas alcancen para medio vivir. En otras palabras, en la sociedad capitalista hay un conflicto radical entre los capitalistas y los trabajadores asalariados.
Las decisiones sobre número de trabajadores y sobre salarios son tomadas principalmente por los capitalistas privados según las condiciones del mercado y sus expectativas de ganancia. No son decisiones tomadas por el Estado. Éste puede intervenir para tratar de evitar ciertos abusos, mediante diferentes normas laborales, incluyendo, entre otras, la fijación de un salario mínimo. Los capitalistas aceptan a regañadientes considerando que como ha dicho uno de sus voceros intelectuales, el ex ministro Carrasquilla, también decano y profesor en la Universidad de los Andes, los salarios en Colombia son ridículamente altos. Los capitalistas, considerando las condiciones del mercado, piensan como Carrasquilla que los trabajadores podrían vivir con mucho menos de $1.160.000 al mes.
El hecho concreto es que las decisiones de fondo no las puede tomar el Estado porque se trata de una sociedad capitalista en la cual la producción se realiza por miles de unidades productivas capitalistas en competencia en el mercado.
Por lo anterior, las posibilidades reales de lograr incrementos sustanciales en el empleo asalariado y en los salarios son muy bajas. Así funciona el capitalismo colombiano. Esperaría uno que un gobierno de izquierda le explicara esto a la gente. Los trabajadores tienen derecho a saber la verdad: no es posible en el marco del capitalismo resolver “estos problemas”, a lo sumo, se lograrán algunos mejoramientos marginales. Entiende uno que los capitalistas y sus voceros oficiales, los profesores de economía de los Andes (con raras excepciones) y de otras universidades, y los medios de comunicación, y los columnistas de opinión, y los organismos internacionales, no quieran decir la verdad. Su labor es defender el capitalismo. Pero, ¿debería ser esta la labor de un gobierno de izquierda?
De otra parte los bajos ingresos, el desempleo y la extraordinaria concentración de la riqueza y los ingresos no son, estrictamente hablando, “problemas”. En la sociedad capitalista la elevada concentración de la riqueza y el ingreso son indicadores de éxito, muestran que el sistema está funcionando adecuadamente, para los capitalistas. Igualmente, los bajos ingresos de la mayoría de trabajadores son un resultado exitoso para los capitalistas que ahorran en los costos laborales. Y la existencia del desempleo es un elemento beneficioso para los capitalistas que cuentan así con una mano de obra abundante y dócil y un mercado que favorece los reducidos niveles salariales.
Mauricio Cárdenas hace parte de las familias poderosas en Colombia. En Wikipedia se dice lo siguiente: “Mauricio Cárdenas Santamaría nació en Medellín el 9 de junio de 1962, en un hogar acomodado de la ciudad, producto de varios enlaces entre familias poderosas de su país, entre los que se incluye a los Ospina y a los Mosquera.[3]” Hace parte de la élite que se beneficia del capitalismo. Cárdenas sabe claramente para qué sirve el capitalismo y los límites reales de mejoramiento de las clases trabajadoras. Pero también sabe, perfectamente, que esto debe ocultarse. Basta con leer su libro.
__________________
[1] P. Además de Keynes, usted leyó mucho a Marx. En un seminario de tres años leyeron cada semana un capítulo de El Capital, ¿hay algo del pensamiento de Marx en el plan?
- Sí. Marx tiene mucho que enseñarnos. La gente a veces confunde a Marx con Lenin, con Stalin, incluso con el Che Guevara o con Hugo Chávez, pero el gran mensaje ético de Marx, que está en la crítica del Programa de Gotha, es que cada cual aporta a la sociedad según sus capacidades y recibe de ella según sus necesidades. Eso es una maravilla. Creo que Marx era un gran pensador. El manifiesto del partido comunista es una belleza, es un canto profético de lo que debería ser una sociedad: “proletarios del mundo entero no tenéis nada que perder, solo las cadenas”. https://elpais.com/america-colombia/2023-02-20/jorge-ivan-gonzalez-el-fracaso-de-la-planeacion-es-que-en-las-regiones-mas-ricas-de-colombia-aun-viva-tanta-gente-pobre.html
[2] https://elpais.com/economia/2023-02-19/de-no-resolver-los-problemas-de-la-gente-latinoamerica-sera-otra-vez-un-paciente.html
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Mauricio_C%C3%A1rdenas
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: https://blogs.iadb.org/
Deja un comentario