El tema de la desigualdad económica es uno de esos temas comunes que se repiten insistentemente por parte de políticos, economistas, analistas, candidatos y funcionarios públicos. No falta artículo de análisis de la economía o columna de opinión que no señale que Colombia es uno de los países más desiguales del mundo en materia de riqueza e ingresos y se indigne ante tal situación; incluso el propio presidente Santos se coló en un conversatorio con Piketty[2] para hacer un show y aparentar su preocupación por el tema, aunque no tuviera intención alguna de tomar alguna medida para reducirla. Para muchos, la desigualdad económica es uno de los principales problemas del país.
Sin embargo, la palabra desigualdad no aparece ni en el programa de gobierno de Iván Duque ni en el de Germán Vargas Lleras. Sergio Fajardo, por su parte, la incluye en el título de su programa de gobierno, y conjuntamente con Gustavo Petro y Humberto de la Calle, lo mencionan en algunas oportunidades: 9, 10 y 3 veces respectivamente. En términos generales no se dedica un gran espacio al tema y tampoco se observan metas concretas de reducción de la desigualdad ni medidas concretas para disminuirla.
Diagnóstico
Los programas de gobierno revisados no dedican mucho espacio a los diagnósticos, lo cual es algo común en la práctica de elaboración de estos documentos en Colombia, pero hay diferencias entre los candidatos. De la Calle, Fajardo y Petro dedican algunos párrafos precarios al tema mientras que Duque y Vargas Lleras no reconocen explícitamente la existencia de desigualdad en la medida en que no mencionan siquiera la palabra dentro de sus programas, razón por la cual no se encuentra nada sobre el diagnóstico en sus textos. Los otros tres dicen lo siguiente:
- De la Calle: “en materia de igualdad, la situación no es más favorable. El gasto público no contribuye lo suficiente a una mejor distribución del ingreso entre los colombianos y es por eso que Colombia sigue siendo uno de los países más inequitativos del mundo. Hay rubros del gasto con impacto altamente regresivo, como es el caso del gasto en pensiones.” (p. 5). “Nuestro objetivo es obtener tasas de crecimiento altas, pero nuestra meta ulterior es lograr una óptima distribución de la riqueza para borrar las brechas sociales que hoy existen.”
- Fajardo plantea que: “Todas las acciones de nuestro gobierno deben redundar en menor pobreza, mayor igualdad de oportunidades e inclusión social y productiva.”
- Petro afirma: “Este programa de gobierno convoca a todas las personas a reconocer que superar la desigualdad es una tarea común y que lograrlo nos hará mejores como sociedad. Por lo tanto, en lugar de ser asumido como un problema de enfrentamiento de clases, tiene que serlo como una tarea común ineludible para confluir en proyectos y sueños compartidos. Somos uno de los países más desiguales del planeta; por eso, la superación de las desigualdades debe sobreponerse a las políticas que apenas apuntan a la reducción de la pobreza.”
Sin embargo, no hay datos sobre la situación ni explicaciones pero tampoco metas concretas. No se especifica si se refieren solamente a la desigualdad en materia de ingresos (que subestima la situación efectiva de la desigualdad) o la desigualdad de la riqueza financiera y no financiera[3]. En ninguno de los programas se realiza un mínimo análisis sobre las causas de la desigualdad. Observando las acciones que se proponen, orientadas a una mayor progresividad tributaria o a un gasto social más alto y mejor focalizado hacia los pobres, se deduce que los candidatos y sus equipos programáticos consideran que la causa principal es una deficiente actuación del Estado que no corrige las “fallas del mercado”. Ninguno de ellos señala que la fuente estructural de la desigualdad es la relación social capitalista.
Líneas de acción
Se observa bastante coincidencia en las propuestas, incluyendo a Duque y Vargas que aunque no reconocen el problema plantean algunas acciones que apuntarían a afectar algunos aspectos de la desigualdad. La tendencia general es dar prioridad a medidas redistributivas por la vía de la acción estatal, con mayor énfasis en el gasto público que en los impuestos. Desde esta perspectiva se pretende entonces mantener la estructura social básica y la distribución primaria del ingreso tratando de efectuar una compensación mediante subsidios y transferencias a los sectores de más bajos ingresos. Hay menos medidas de redistribución por la vía de impuestos más progresivos o de facilitar acceso a activos a la población, con la notoria excepción de algunas propuestas de Gustavo Petro. En ninguno de los programas se hacen propuestas explícitas para mejorar la distribución en la propiedad de las acciones, en la participación de los trabajadores asalariados en el valor agregado de las empresas, en el acceso a la propiedad de medios de comunicación. Las únicas menciones, muy poco concretas, se refieren al acceso a tierras de la población campesina en el caso del programa de Gustavo Petro: “La Colombia Humana NO expropiará a nadie, pero sí se recuperarán quince millones de hectáreas improductivas para destinarlas a agricultura campesina.”
Se encuentra en todos los programas propuestas de apoyo al emprendimiento, aunque en ninguno de ellos hay un balance sobre los resultados alcanzados por décadas de programas orientados en este sentido. Tampoco se incluyen metas concretas sobre el impacto de este tipo de programas en la distribución del ingreso.
La desigualdad seguirá igual
Todos los candidatos coinciden en la defensa y mantenimiento del modelo capitalista. Algunos en forma más abierta e incondicional, defendiendo la economía de mercado y promoviendo diversas medidas directas para favorecer mucho más a los capitalistas. Vargas Lleras, por ejemplo, incluye medidas concretas a favor de sus socios, por ejemplo, reducción de impuestos a las empresas, limitación de las consultas populares en temas mineros, sanción en recorte de regalías a municipios que restrinjan actividades económicas en sus territorios. Los candidatos de centro y de izquierda buscan una mayor participación de las clases trabajadoras en el producto interno bruto, pero sin metas concretas. Coinciden con los primeros en que quieren mantener la relación social capitalista y por tanto la subordinación de la mayoría de la población al dominio de los propietarios, pero se diferencian en que consideran que la desigualdad en la producción (la carencia de medios de producción y la obligación de vender su fuerza de trabajo) se puede corregir mediante una redistribución por la vía de impuestos y gastos públicos. La gran mayoría de los trabajadores directos continuará recibiendo un ingreso insuficiente para adquirir la canasta básica de bienes, razón por la cual continuará dependiendo de la caridad pública, es decir de los subsidios y transferencias estatales.
Ningún candidato habla de cambios de fondo; cuando se refieren como Petro a cambios en el modelo se refiere a aspectos o dimensiones específicas como la explotación petrolera y minera, o a los impactos ambientales, temas relevantes e importantes, pero que no configuran un cambio real de modelo. De otra parte, ante la preocupación por la reacción adversa de buena parte de electorado y especialmente de los más poderosos, el propio Petro ha comenzado a hacer pronunciamientos “tranquilizadores” para los dueños del país: “yo no busco empobrecer ricos sino enriquecer pobres. La base de la riqueza es el trabajo, y las condiciones para trabajar son: el saber, el crédito, la tierra, la energía, física y tecnológica. Propongo democratizar esas condiciones, así superamos la pobreza y la desigualdad.”
El origen fundamental de la pobreza y la desigualdad se encuentra en la desposesión de la gran mayoría de colombianos de medios de producción. Sin resolver esta situación todas las medidas que se adopten servirán simplemente para paliar las consecuencias pero nunca para resolver el problema de raíz. Cualquiera que sea el ganador de las elecciones los niveles de desigualdad continuarán iguales. Ni siquiera en el marco de las relaciones capitalistas se vislumbra un mejoramiento significativo.
ALBERTO MALDONADO COPELLO
5 de abril de 2018
NOTAS
[1] De la Calle, Humberto, “La paz en marcha. Con la economía y los tributos”; Duque, Iván, Construyendo País, Propuestas para el futuro de Colombia”; Fajardo, Sergio, “Desarrollo económico para enfrentar las desigualdades y abrir la puerta de las oportunidades. Propuesta de política económica”; Petro, Gustavo, “Colombia Humana. Hacia una era de paz”; y Vargas Lleras, Germán, “Nuestra política económica y tributaria.” Las afirmaciones sobre el número de menciones del término desigualdad se basan en la revisión de estos textos.
[2] http://wp.presidencia.gov.co/Noticias/2014/Diciembre/Paginas/20141216_06-Palabras-Presidente-Santos-conversatorio-Departamento-Nacional-Planeacion-DNP.aspx
[3] En Colombia no se cuenta con estadísticas oficiales sobre la situación y desigualdad en la riqueza financiera y no financiera. La información sobre distribución del ingreso utilizada comúnmente se basa en las encuestas de hogares donde se subestima en buena medida el ingreso de los más ricos.
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