En este contexto resulta muy interesante que un grupo de personas haga reflexiones sobre el socialismo y la social democracia e intente explicar y criticar los fundamentos de las posiciones reformistas. La Revista Líneas de Fuga dedica su número 5 a “Lecturas críticas del socialismo y la socialdemocracia[1]” y contiene cuatro artículos sobre el tema que quiero reseñar brevemente.
Víctor Valdivieso, “Perry Anderson sobre la socialdemocracia y el socialismo”, se pregunta sobre el espacio para hablar de socialismo o si debemos resignarnos solamente a la adecuación y humanización del capitalismo. Se remite a dos textos de Perry Anderson[2] para exponer algunas ideas sobre este debate. Recuerda que el socialismo es algo más amplio que las ideas de Marx pero destaca que sin su teoría se carece de potencia transformadora dado que se caracteriza por su vocación revolucionaria y su lucha frontal contra el capitalismo. Anderson considera que lo fundamental es el conflicto económico de clase y el derrumbe del capitalismo y le da importancia secundaria a otros asuntos como el feminismo, el pacifismo, la depredación del ambiente, lo cual es criticado por Valdivieso.
Con base en el texto “Teoría, política e historia”, donde Anderson critica a Edward Thompson, quien examina elogiosamente los aportes teóricos y políticos de William Morris, un activista inglés del siglo XIX, deriva algunas conclusiones centrales: a) No es posible pensar en una transición del capitalismo al socialismo por la vía electoral y parlamentaria, mediante la aplicación de un programa de medidas progresivas, dado que el poder de los capitalistas no lo permitirá, dice Morris; esto fue planteado 100 años antes del golpe militar a Allende; b) La unidad estructural del capitalismo no permite una sucesión de reformas parciales, acota Anderson; c) El reformismo es esencial al sistema dado que hace que la misma oposición contribuya a administrar las catástrofes sociales que se derivan del modo de producción; d) Es necesario construir formas de soberanía popular que eduquen a las masas. Menciona la crítica de Anderson al Partido Comunista de Gran Bretaña que renegó abiertamente de la vocación revolucionaria, sustituyéndola por el avance pacífico y democrático hacia el socialismo.
Finalmente, basándose también en Anderson, examina Valdivieso otros temas relevantes. La naturalización de la democracia liberal por los social demócratas, que no ven que es un producto histórico y por tanto consideran que no puede modificarse. El hecho de que la democracia es apenas una forma de gobierno del Estado capitalista, que puede tomar otras formas, incluyendo la dictadura; por tanto, lo fundamental es el tipo de Estado (feudal, capitalista, socialista). El peligro de la democracia para las clases trabajadoras dado que mediante la representación las convierte en sujetos pasivos al tiempo que envía el mensaje ficticio de la participación popular en la toma de decisiones; por tanto, la democracia liberal representativa es la forma de gobierno que mejor se ajusta a los propósitos del capitalismo contemporáneo. Finalmente hace unas reflexiones interesantes sobre la democracia en el socialismo y el modelo económico de las experiencias socialistas del siglo XXI y sobre los medios culturales para avanzar en la supresión de las clases.
Yebrail Ramírez Chaves “Entre la caridad y la evasión. Lectura crítica de la socialdemocracia desde Gerald Allan Cohen”. En este texto, basándose en buena medida en planteamientos de Cohen[3] hace un análisis crítico de las características y fundamentos del pensamiento socialdemócrata. Comienza por señalar como hay dos grandes corrientes, aquella que considera al capitalismo un sistema fundamentalmente injusto pero que no existen posibilidades de eliminarlo, razón por la cual la política debe dirigirse a otros propósitos, como el asistencialismo económico; con esto se tendría una sociedad menos repugnante, la injusticia permanecería pero en límites permisibles. La otra posición no critica siquiera la esencia de la relación social capitalista y evade la confrontación con el sistema, enfocándose en la caridad buscando modificaciones económicas para mejorar la calidad de vida sin cambiar la estructura básica.
Posteriormente hace unos planteamientos sobre la forma social capitalista y las opciones de cambio de proceso productivo, para mostrar como la socialdemocracia se mueve dentro de cambios, con mayor o menor intensidad, sin pretender afectar los fundamentos de la forma social capitalista, que es básicamente una relación de explotación. Es interesante la distinción entre la forma especial y otras formas, no especiales, que pueden ser formas de transición o combinadas, pero que no afectan la relación dominante capitalista.
La posición social demócrata se plantea a favor de las mayorías populares y de las ciudadanías libres, justifica la forma social capitalista pero propone algunos ajustes de la estructura que repercuten en beneficios sociales y económicos para los más afectados con esta forma. Esto contribuye a debilitar el momento político de los subordinados que se limitan al asistencialismo institucional o a la caridad partidaria, y se restringen a pequeños espacios de participación.
La social democracia se enfoca en la distribución del ingreso y no aborda la distribución de las condiciones de producción, se queda en censurar las consecuencias predecibles y normales de determinada causa que no fue sometida a crítica, pero no indaga por la causa. Ignora la totalidad del proceso, no aborda el debate a profundidad. Señala Ramírez que entre otros factores esto tiene un fundamento epistemológico que consiste en que los social demócratas naturalizan el capitalismo, lo consideran una forma natural eterna de la producción humana, lo mismo que le pasa a los economistas burgueses; por tanto, tratan a la distribución del ingreso como algo independiente del modo de producción y confinan al socialismo a girar en torno a la distribución. Adicionalmente, los social demócratas parecen sensibles a los efectos de la explotación sobre las personas, pero no al fenómeno de la explotación en sí, quieren socorrer a los explotados pero eluden la confrontación.
Giovanni Libreros “Crítica aristocrática del liberalismo y la democracia”, presenta algunas críticas de Nietzsche a la modernidad, a las ideas modernas, a la objetividad del sentido histórico, a la cientificidad y al positivismo, dentro de lo cual incluye críticas al modelo democrático del liberalismo y de la social democracia europea. Con respecto a este último punto explora además la proximidad con el pensamiento de Marx. Comienza haciendo tres aclaraciones: la carencia de información sobre si Nietzsche tuvo contacto con los escritos de Marx y si comentó algo en sus obras; las referencias de Nietzsche al socialismo se dirigen principalmente a Eugen Duhring; y que Marx fue también crítico de las corrientes socialistas, para lo cual menciona específicamente el Manifiesto del Partido Comunista.
Con base en lo anterior señala que Nietzsche en su crítica al socialismo no se refirió a Marx sino al reformismo de la socialdemocracia alemana. La exposición de Libreros se basa en el fragmento póstumo 23 donde presenta su crítica:
- El socialismo hace caso omiso de la desigualdad efectivamente existente entre los hombres, es decir, según Libreros, de las desigualdades materiales que sustentan la desigualdad de intereses y de las voluntades en pugna.
- El socialismo decide tratar a todos los hombres como iguales, de propugnar una relación de justicia entre ellos basada en el supuesto de que todos son iguales de poderosos y de valiosos.
En la parte final Libreros plantea dos ideas en la perspectiva de la apertura de un diálogo sobre la actualidad de Nietzsche y su cercanía con quienes reivindican un legado revolucionario de las ideas de Marx.
La crítica radical. Sobre esto dice textualmente: “La primera es que, tanto Nietzsche como Marx consideran que solo a través de una crítica radical a la modernidad burguesa es posible concebir nuevos horizontes emancipatorios.” (p. 15). Señala que el joven Marx considera que la crítica es un arma y que el objeto de la crítica es un enemigo al que no quiere refutar sino destruir. La perspectiva de Nietzsche es similar, asumió la metáfora del martillo para imprimir un carácter demoledor a su crítica al pensamiento europeo y la moral cristiana.
El modelo de democracia. Tanto el liberalismo como la social democracia comparten en lo esencial el mismo modelo de democracia, una democracia constitucional que relaja el conflicto con las ilusiones jurídicas y la vaga promesa del progresivo reconocimiento de los derechos.
Alejandra Ortiz Cruz, “Socialdemocracia y conveniencia política” presenta una crítica a la posición social demócrata adoptada con relación al proceso de paz y el debate político en Colombia[4]. Plantea que en la discusión sobre la guerra y la paz en Colombia y sobre el Acuerdo de Paz firmado entre el gobierno Nacional y las FARC, se deja de lado que en lo fundamental se trata de propuestas de reforma que buscan resolver un conjunto de problemas derivados del capitalismo pero sin afectar las estructuras esenciales del capitalismo. El Acuerdo de Paz consiste en un conjunto de reformas graduales a algunos aspectos de la estructura económica, social y política que generan la apariencia de grandes cambios a favor de las clases trabajadoras pero que realmente terminan creando falsas expectativas y generando ilusiones sobre resultados imposibles de lograr. En este sentido el texto apunta acertadamente a un debate necesario.
Esta edición de Líneas de Fuga presenta elementos y materiales relevantes para el debate sobre las transformaciones de nuestra sociedad y las características y límites de la política actual.
_________________________________________
[1] Líneas de Fuga No 5, Bogotá, Julio de 2019. Es una Revista de Teoría y filosofía política editada por el grupo de estudio de filosofía y teoría política “Espectros” y la Fundación Walter Benjamin.
[2] Teoría, política e historia. Un debate con E.P. Thompson, Madrid, Siglo XXI, 1985; y Tras las huellas del materialismo histórico, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005.
[3] La teoría de la historia de Karl Marx. Una defensa. Siglo XXI de España, 1986; Libertad, justicia y capitalismo, en Gerald A. Cohen, Por una vuelta al socialismo o cómo el capitalismo nos hace menos libres, Siglo XXI Editores, Argentina, 2014.
[4] Fundamentada en el texto de Rosa Luxemburgo, La crisis de la socialdemocracia, Madrid 2006, Fundación de estudios socialistas Federico Engels.
Alberto Maldonado Copello
Deja un comentario