Para que haya inclusión productiva se requiere: i) Modificar la estructura de las exportaciones, de tal forma que se revierta la tendencia hacia la reprimarización. ii) Atender de manera prioritaria a la pequeña y mediana producción urbana y rural.
La economía se ha reprimarizado a un ritmo acelerado. En el 2000 los minerales, el petróleo, y los productos agrícolas como el café, las flores y el banano, representaban el 68,2% de las exportaciones. Esta participación subió a 83,1% en el 2016. Actualmente, las principales exportaciones de Colombia son: café, petróleo, carbón, oro, flores y banano. El cambio en la composición de las exportaciones fue significativo, y llevó a que la economía terminara dependiendo del vaivén de los precios del petróleo y de los minerales.
Ingreso per cápita de lo hogares de los quintiles 1 y 2 (Q1, Q2), IPC total e IPC alimentos. Variaciones anuales 2011-2017
Es interesante observar que un país como Colombia, que cada vez depende más del sector primario, haya logrado la inclusión social. En los últimos años, tal y como se observa en el cuadro, el aumento en el ingreso de los quintiles 1 y 2 (los más pobres) supera el de la inflación (IPC total). Ello significa que la capacidad de compra de estos hogares mejoró en términos reales.
El año más difícil fue el 2015 porque el precio de los alimentos aumentó a un ritmo de 10,8%, mayor que el crecimiento del ingreso. El precio de los alimentos subió mucho porque durante los años de la bonanza petrolera y minera, el país acabó con la producción agropecuaria diferente al café, las flores y el banano. Hace 15 años Colombia importaba 1 millón de toneladas de alimentos. Hoy se importan 12 millones. Y con la devaluación del peso aumentó el costo de los alimentos importados.
El ingreso de los más pobres mejoró, a pesar de la reprimarización, porque, siguiendo la hipótesis de Salama[*], los niveles de educación aumentaron mientras que el mercado laboral demandaba mano de obra menos calificada. La “uberización” ha llevado a que personas bien formadas realicen actividades, sobre todo de servicios, que requieren menos nivel de educación. Esta asimetría se puede representar como una tijera: la demanda calificada disminuye y aumenta la oferta educada. La asimetría favorece el crecimiento de la productividad, que se refleja en un mayor salario. Este resultado, que es favorable en el corto plazo, no es sostenible. La reprimarización no es conveniente porque puede llevar a una situación crítica que termine acentuando la exclusión productiva y amenazando los logros que se han conseguido por el lado de la inclusión social.
Desde la perspectiva macro, el Plan insiste en la necesidad de modificar la matriz energética, y aumentar la participación de los productos manufacturados en la estructura de las exportaciones. Aunque es clara la tendencia hacia la reprimarización, y así lo reconoce el Plan, no se proponen instrumentos que puedan cambiar esta tendencia que va en contra de la industrialización. Sin un cambio radical en la producción, no es posible mantener el crecimiento del ingreso que se observa en el cuadro.
Los avances que se han conseguido en la distribución también son frágiles. El coeficiente de Gini de los ingresos laborales ha bajado y, por tanto, la concentración ha disminuido. En gran parte, porque el grupo de ingresos medios está tributando más. Pero el comportamiento de los ingresos laborales es muy distinto al de la riqueza. En este caso la desigualdad es profunda y no está disminuyendo. El Gini de concentración de la tierra es de 0,93. De acuerdo con el Censo Agropecuario del 2014, el 70,8% de los productores están vinculados a fincas menores de 5 hectáreas, que ocupan el 3,1% del área censada. En las fincas de más de 1.000 ha. se ubican el 0,2% de los productores, que están en el 59,5% del área. La situación es peor que en 1970, cuando se hizo el censo anterior. En aquel momento, la finca de más de 1.000 ha. ocupaban el 30,4% del área.
Si el gobierno efectivamente busca mejorar la inclusión productiva tiene tres tareas. Primero, reducir la dependencia de los hidrocarburos y los minerales. Segundo, modificar de manera radical las acciones de política pública dirigidas al campo. Y, tercero, mejorar la distribución de la riqueza con un sistema tributario que efectivamente sea progresivo, y que obligue a los ricos a pagar mucho más.
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Jorge Iván González
Foto obtenida de: sisben.gov.co
[*] SALAMA Pierre., 2019. Le Marché vers une Société plus Egalitaire?, Paris 13, Paris, mimeo.
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