“Perdimos, reconozco la derrota con humildad. La lucha por la democracia no tiene fin.” Álvaro Uribe, Centro Democrático.
Está claro que hubo novedades en Colombia. Triunfos como los de Palmira, Buenaventura, Cúcuta y Bucaramanga lo prueban; y no son los únicos casos. La experiencia de los resultados de Bogotá, con una alcaldesa al frente, con todo y las polémicas que despierta, tiene antes una trayectoria de firmeza contra la parapolítica, y una vocación investigativa que empezó con una valerosa actividad periodística que la llevó a rastrear los llamados resultados atípicos en lo electoral, cuando Uribe Vélez, el hoy derrotado, se pavoneaba con soberbia, dando lecciones de falsa moral y amor de dios.
Hubo, a no dudarlo, un avance en términos de cultura política, una sacudida frontal a una sociedad machista y “acostumbrada” al matoneo, “por encima de consideraciones de género, de clase y de preferencias sexuales”, como bien lo señaló Fernando Quiroz en su columna que cito arriba. Junto con Claudia es ejemplar el triunfo de la martirizada población del Cauca, donde con todo, y la violencia que no para, Mercedes Tumbalá Velasco fue electa alcalde en Silvia, “hilando gobierno para la vida”, con 4.226 votos.
Es más que diciente el fenómeno de las coaliciones que seguirá constante, porque la gran mayoría de los que aquí llamamos partidos, no tienen suficientes seguidores para ganar elecciones como antaño, reducidos a sus propias fuerzas. En las alcaldías esta realidad es incuestionable, 15 de 31 así se eligieron el domingo 27 de agosto. Recordemos algunas, empezando por Bogotá, que tuvo dos socios principales. Pero están también Cali, Popayán, Tunja, Pasto, Neiva, Riohacha, Pereira, Montería, Villavicencio.
Por supuesto, hay quienes como Álvaro Uribe, o César Gaviria, quieren atesorar victorias a como de lugar. El primero, a manera de ejemplo, insiste, en materia de gobernaciones y como premio de “consolación”, en aumentarle a las gobernaciones ganadas por el Centro Democrático, las de Casanare y Vaupés, las de Vichada. Salomón Sanabria, y Amazonas con Jesús Galdino Cedeño, que en verdad fueron inscritas como coaliciones. No es novedad en los conocidos “retozos” democráticos del señor de las sombras.
De alianzas y coaliciones, lecciones con futuro
“Hay un deseo nacional de cambio, de la política tradicional, de que los temas principales sean otra cosa. Eso seguramente se va a expresar en el 2022”. Antonio Navarro, ET, 29/10/19, 1.3.
“Queremos que esto que ocurrió en Medellín, una campaña honesta, transparente e independiente, se tome el país en general.” Daniel Quintero, ET, 29/10/19, 1.4.
En materia electoral es un hecho notorio el avance de la Alianza Verde enfrentada a todas las demás coaliciones, las que no son partidos en el sentido clásico y manido del término. Entre éstas, a mayor distancia, aparece la Colombia Humana, CH, vistos los guarismos de las elecciones territoriales; porque en las presidenciales, los más de 8 millones sumados por la CH en favor de Gustavo Petro no tienen precedentes en el bloque de las fuerzas que reciben votos de la democracia, el centro, la izquierda y el progresismo.
Sin embargo, nadie puede perder de vista que Sergio Fajardo, el candidato cantado para la presidencia por la hoy alcaldesa. Él fijó residencia en Bogotá, luego del monumental quemón en Antioquia y Medellín, donde tampoco obtuvo la principal votación en la elección de 2018. El mejor resultado, pensando en 2022, lo volvió a cosechar por interpuesta persona en Bogotá, donde venció a su principal rival, Gustavo Petro y a su representante, Hollman Morris.
La Alianza Verde, AV, no es partido y tampoco movimiento; no es ni se llama un Frente, es una forma política abigarrada para recordar una expresión tomada para otros fenómenos por el sociólogo boliviano René Zavaleta. Con esta concurrencia de fuerzas y formas partidistas en ella, la Alianza de los verdes, que alude en últimas a la causa de la ecología y la biodiversidad; y que en verdad, para efectos electorales, tiene asidero en el partido Verde, que es el único con registro, eligió su candidato en Cúcuta con Jairo Tomás Yáñez (110.462), Manizales con Carlos Mario Marón (75.697), y en Florencia, a Luis Antonio Ruiz (23.319).
A lo conseguido con sus candidatos únicos, la AV engastó dos esmeraldas en la diadema de su exitosa representación, Bogotá y Cali, elegidos dos de sus militantes. A esta sumatoria se añadieron cuatro alcaldes con coavales de la “amenaza” verde. Con estos resultados, y la tripleta de la que hacen parte Antanas Mockus, Lucho Garzón, y Antonio Navarro, y 19 congresistas en funciones, con un candidato presidencial en ciernes, no hay duda que este agrupamiento político sui géneris, ya picó en punta para la elección mayor.
Los verdes tienen dos divisas, además de la lucha contra la corrupción. Ellas son la defensa de la naturaleza que ¡con educación todo se puede! Claro está, blandiendo este lema, la Alianza se identifica con el liberalismo clásico que piensa en la educación como la herramienta ilusoria de la igualdad de oportunidad, que es la aureola que ilumina la más importante avanzada de la clase media.
La otra estructura menos consolidada, pero con el extraordinario resultado de 2018, la orientan los dos Gustavos, Petro y Bolívar con la tercería de Hollman Morris en Bogotá. El candidato volvió a tener su tribuna en el senado, en razón del estatuto de la oposición que se viene implementando por partes, para los segundos a nivel de las elecciones de presidente, gobernadores y alcaldes, a partir de 2018.
La referencia es a la Colombia Humana, CH, que no logró reconocimiento del Consejo nacional electoral, ni como partido tampoco como movimiento. Sin embargo, Bogotá Humana, enarbolando la candidatura de Hollman, enfrentó el descrédito por líos familiares, y señalamientos de machismo por compañeras de su misma divisa como Ángela María Robledo, y obtuvo más de 400.000 votos propios, mucho menos que los conseguidos por Petro en la presidencial en Bogotá, eso sí. Pero, la CH aumentó a 3 los concejales en Bogotá, y perdió una cuarta, Susana Mohamad, al ser incluido Carlos Fernando Galán, por ser segundo en la elección de la alcaldía, a la lista de 45 concejales por Bogotá.
¿Quiénes son los Independientes?
“Lo importante cuando ocurre una crisis no es señalar quién es el culpable sino qué se aprende de esa crisis, que son oportunidades para mejorar.” Daniel Quintero, alcalde electo de Medellín. ET, 29/10/19, 1.4.
Hay en la Colombia postelecciones, la presencia audaz de una tercera fuerza, más indefinida que las dos anteriores, Alianza Verde y Colombia Humana. Se autodenomina los Independientes por su principal vocero, Daniel Quintero, electo alcalde de Medellín.
Allí se impuso sobre todas las maquinarias, a voto limpio; y, en particular, al partido de la reacción, cabeza del bloque de la guerra, el Centro Democrático, derrotando al delfín de Alfredo Ramos, acusado por la hoy alcaldesa de Bogotá, por sus relaciones con la parapolítica, sostén del régimen parapresidencial que sigue resistiendo a morir.
Quintero ganó la alcaldía con el 38,56% de la votación, que suma más de 300.000 votos, y consiguió aventajar en más de 100.000 al segundo contrincante, Alfredo Ramos, con el poderoso respaldo del Centro Democrático, y su capitán derrotado en franca lid, Don Álvaro. A la vista, Quintero, quien recuerda que nació “en un barrio popular, que se hizo a pulso y que fue hasta vendedor ambulante” tiene el chicharrón de EPM, una poderosa empresa pública, que hizo agua con Hidroituango; pero que para recuperarla dice, que aquella pueda entrar en el negocio de la tunelación con buenos resultados, es decir, del “ahogado el sombrero, pues”.
En cualquier caso, el triunfante campeón de los Independientes, en Colombia, tiene a partir de enero de 2020, un presupuesto de $5,6 billones a la vista, y, claro, tendrá que conseguir que le aprueben el presupuesto. Entonces tendrá la prueba de cuánta independencia lo acompaña, y qué tan distante puede estar de las camarillas conocidas, la corrupción rampante y el bipartidismo. Todas al acecho.
En cualquier caso, Daniel en entrevista con Alejandro Mercado, anticipó que tuvo ya “una conversación con el presidente Iván Duque para el presupuesto del metro ligero de la 80”, porque espera el 70 por ciento por parte de la nación. A lo anterior le suma los “encantos” de la economía naranja, apoyándose en su experticia como ingeniero electrónico, y se pega al evangelio liberal de la educación, como los verdes.
Al respecto, él recuerda que Medellín requiere 15.000 developers de software, y mira hacia el Polo como su paisano Marco Fidel Suárez, sentenciando que en Estados Unidos hacen falta 10 millones más. Luego, en materia económica está claro con quién es la sintonía de este joven. Magíster en administración de la Universidad de Boston. No se despega de la teta envenenada del neoliberalismo; pero, eso sí, tiene en cuenta agitar la fantasía de la clase media desempleada que ronda a Medellín, y sus alrededores.
Entre lo viejo y lo nuevo
“…le grandi masse si sono stacatte dalle ideologie tradizionali, non credono più a ciò in cui prima credevano (…). La crisi consiste appunto nel fatto che il vecchio muore e il nuovo non può nascere: in questo interregnosi verificano i fenomeni morbosi più svariato.” Antonio Gramsci, en Gramsci. Fenomeni morbosi. Garzanti, 2019, p. 12.
“No sabíamos que había menores de edad…no fue una operación contra menores de edad, sino contra un cabecilla de los Gaor.” Gral Luis Fernando Navarro, cdte de las FF.AA de Colombia.
Las elecciones del 27 de octubre no llegaron solas. Vinieron acompañadas después por la denuncia de los resultados luctuosos, inexcusables, de un bombardeo realizado contra un campamento de la disidencia de las Farc, bajo el mando de Gildardo Cucho en San Vicente del Caguán, Caquetá, el 29 de agosto.
En esa acción de guerra quedó establecido que por lo menos murieron 8 menores, cuyos cuerpos quedaron destrozados y esparcidos en medio de un total de 17 muertos, de acuerdo con lo reportado por Medicina legal y la Fiscalía.
De otra parte, el no saber de la presencia de menores, alegado por el mindefensa como por el General Navarro se contrasta con lo informado por Herner Carreño, personero de Puerto Rico (Caquetá), quien denunció tres casos de “niños reclutados contra su voluntad mes y medio antes del bombardeo.” (ET, 7/11/19, 1.2)
José Miguel Vivanco de HRW, consultado, reiteró que el DIH no distingue cuando se trata de reclutamiento de menores, sea éste forzado o voluntario. Para estas operaciones, el ejército tiene que contar con la información requerida. No hay excusa. El precandidato del CD, Nieto Loaiza, en cambio, hizo una interpretación contraria, que menores sí pueden ser responsables cuando participan de acciones armadas; y aventuró la hipótesis, no para este caso, que los menores sean utilizados como escudos, porque de lo contrario su “tesis” resultaría contraevidente.
El mindefensa, los generales Navarro, y Nicasio Martínez Espinel, y el propio presidente alegaron que no supieron de la existencia de menores en el campamento, sino hasta después de las muertes. Más aún, el comandante de las FF.AA, afirmó que apenas se enteró el día del debate, cuando lo mencionó el senador Roy Barreras. Eso sí, aprovechó para decir que supo, antes de estos bombardeos, de la reunión de las disidencias en el Retorno (Guaviare) para realizar acciones de reclutamiento.
Después se conoció el testimonio de la madre de una de las víctimas, una niña de 12 años. Dijo que su hija fue obligada a irse con el Viejo y una joven, Lorena, quienes hacían reclutamientos en Caquetá. Denunció, igualmente, que no le dejaron ver su cadáver, y que la identificación de los restos se hizo por huellas.
Entonces, antes de producirse la votación de la moción de censura, hecha la aritmética de votos por la bancada gobiernista, tenían claro que ya había 53 votos, Alianza, Polo, Farc, Decencia, Colombia Humana, Indígena, con Cambio Radical (16), más 14 del Liberalismo, a lo que se sumó la lista de 14 senadores del partido de la U, para un total de 67 votos. Así las cosas, Guillermo Botero comunicó su renuncia el pasado 6 de noviembre.
Se ahondó la crisis poselectoral, pues se sumó la renuncia de mindefensa, que abre una crisis ministerial que aún no se desata. Como si fuera poco, luego, el canciller Carlos Holmes Trujillo, en la asamblea general de la ONU, se abstuvo en nombre de Colombia, el pasado 7 de noviembre, modificando la tradición del voto en favor de Cuba. Pretextó el gobierno Duque, sin fundamento en el DIH, “una actitud hostil de Cuba”, porque el nuevo presidente Díaz Canel se negaba a extraditar a los guerrilleros del ELN, cumpliendo con los protocolos acordados previamente entre gobierno y guerrilla, que son ley para las partes.
Con estos antecedentes en cascada, se entiende por qué la desaprobación de Duque llegó al 69 %, según lo informó Invamer, superando las cotas más altas de sus 15 meses como presidente. Sólo el 26% aprueba su desempeño, acercándose al número de simpatizantes y militantes del CD, y los partidos de la coalición gobernante. La cifra más desfavorable la marca el hacer frente al desempleo, 88%, lo sigue la inseguridad, 85%, luego la economía, 77%, y el cumplimiento del posacuerdo de paz, 70%.
A todas estas, la cabeza del frente reaccionario, que comparte con el máximo dirigente del partido de la guerra, Álvaro Uribe, responde a las que denomina “falacias” de quienes están convocando al paro nacional del 21 de noviembre, a cuya cabeza están las centrales obreras y Fecode. Hablando en el Congreso Nacional de cajas de compensación, dijo que no habrá masacre laboral, tampoco golpeará las pensiones, ni acabará Colpensiones; no se pauperizará el empleo de jóvenes, y tampoco se reducirá el salario mínimo. Cerró diciendo en tono airado, “no vamos a dejar que las falacias sean las que motiven el odio y la confrontación.” (ET, 9/11/19, 1.5)
El mismo día viajó a pagar el “incendio social” del Cauca, en compañía de dos altos prelados de la Iglesia católica, Darío de Jesús Monsalve, y Luis José Rueda. El baño de sangre en esta región, en 14 de 15 meses de gobierno de Iván Duque registró 127 personas asesinadas. Al término del consejo de seguridad prometió acelerar, por fin, el plan social, que las minorías indígenas y campesinas no ven llegar; y que el comisionado de paz, Miguel Ceballos tasa en casi el billón de pesos.
Entre las cuentas hechas aparece el apoyo a 207.000 personas de Familias en acción; 3.437 de familias en su tierra, que corresponde a población desplazada; 41 proyectos en infraestructura con 80.000 beneficiarios; 160 proyectos aprobados de Regalías con beneficio para el 90% de los municipios caucanos. Para aumentar las cuentas, se totaliza para la vigencia de 2018, 94 proyectos realizados, y de éstos 58 son obras PDET concluidas; y la de 2019, suma 181 proyectos PDET. En pocas palabras, Cauca, de un momento a otro, se transformó en el país de Jauja de las cifras.
Pero, de la paz, siquiera mentarla el presidente, ni por equivocación. Sin embargo, el gobernador del Cauca, Oscar Rodrigo Campo Hurtado le aguó la fiesta. Mencionó la necesidad de implementar los acuerdos de paz, que abarcan 6 puntos principales, que, por lo demás, está consignados en un documento de 376 páginas, que, probablemente, el primer mandatario no tuvo tiempo, ni ganas de leer.
Al memorial de agravios caucanos se unió la voz del alcalde de Toribío, Alcibíades Escué, quien denunció: “Alguien muy poderoso (…) nos está matando, pero nosotros, bajo la sabiduría de nuestros ancestros y de la vida misma, nos defenderemos.” Claro, el bestial antecedente fue el asesinato de cuatro indígenas, y la gobernadora del resguardo de Tacueyó, Cristina Taquinás, el mismo día de elecciones. El carrusel de la muerte contabiliza para el norte del Cauca, según el registro del CRIC, 54 indígenas asesinados, sin causas penales efectivas contra sus perpetradores.
La promesa de 2.500 uniformados más para el Cauca, cuando los crímenes se producen en las barbas de las fuerzas militares ya existentes, y los esfuerzos valerosos de Rossi Jair Muñoz, defensor del pueblo del Cauca, que intenta hacer una especie de fudra de la paz desarmada, llamada “la carpa blanca”, que integre a gobierno y autoridades indígenas, es manchado antes de implementarse por el sacrificio de un indígena.
A pesar de las intimidaciones, las amenazas de las guardias blancas, urbanas y rurales, los chantajes ejercidos sobre las direcciones sindicales, los partidos políticos de centro, izquierda, los movimientos democráticos, las protestas estudiantiles y magisteriales, la minga anunciada se juntan decididos en la convocatoria al paro nacional del 21 de noviembre. Hasta recordar la experiencia del paro cívico nacional de septiembre de 1977. Para precaver, claro está, como protesta pacífica que es, cualquier hecho de sangre, como los padecidos en aquellas jornadas de lucha, en Bogotá y otras ciudades, cuando se sacaron a la calle las fuerzas armadas para reprimir y disparar a mansalva contra los protestantes.
¿El partido de la reacción en caída libre?
“Es prácticamente imposible encontrar departamentos o ciudades importantes en el país donde un solo partido haya conseguido el triunfo…La política nacional se fragmentó. Rafael Nieto L, ET 5/11/19, 1.4.
Algunos analistas ante los resultados en las ciudades y gobernaciones hacen cuentas alegres sobre el derrumbe electoral del Centro Democrático, CD, pero esas cuentas tienen que relativizarse, por el anclaje principal, desde los tiempos del segundo mandato de la seguridad “democrática”, que el CD estableció sus reales y mojones en los municipios, veredas y corregimientos que iban pasando a control de los ejércitos paramilitares, quienes obtenían el beneplácito y daban los votos para elegir a los parapolíticos, a quienes embadurnaban de “mermelada”, fruto del tráfico de la cocaína, la heroína y la mariguana, según los lugares de sus enclaves.
A este fenómeno, nosotros los nombramos en el libro colectivo El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción, la pararepública, la manera de parasitar la sociedad civil rural y semirural, dándole nacimiento progresivo y express, cuando las resistencias eran menores, o las masacres eficaces, al régimen parapresidencial desde la base, que se fue extendiendo a punta de fusil, metralla, machete y terror.
Para ir desmontando la promesa del estado social, y sembrar con sangre y dolor, en su lugar, el llamado estado comunitario, con la legitimación vergonzante y descarada del publicitado “estado de opinión”; por medios de comunicación proclives y encuestadores bien pagos. Todos haciéndose por los primeros años de la seguridad los de la vista gorda, y los menos intimidados por el sacrificio de periodistas y comunicadores que actuaron a contra corriente.
En los parajes del parapresidencialismo, pero no solo allí, el CD volvió a elegir una considerable cantidad de concejales y diputados. Estas resultan ser las células de la reacción, en alianza con políticos tradicionales que aún se visten de liberales y conservadores. Ellas fagocitan en esta aterradora alianza, las resistencias y el tejido democrático municipal; obliga a los tibios a comer callados, y a los venales a repartirse la corrupción en la tranza con el neoclientelismo armado que se expandió en círculos concéntricos desde uno de sus laboratorios principales, Santafé de Ralito.
Esta componenda de terror y corrupción política la denunciaron bien, primero, Claudia López en Y refundaron la patria; luego Iván Cepeda con sus relatos sobre el Ubérrimo, y Olga Behar, en su trabajo periodístico testimonial, el Clan de los 12 apóstoles. Hasta superponerse con Antioquia, la fábrica de las Convivir desde cuando Ernesto Samper era presidente.
No en vano Antioquia es el botón de muestra de la “resiliencia” del partido CD. Es, hoy por hoy, ejemplo de cómo trabaja este topo reaccionario permeando, horadando la ciudad y el campo. Este año eligió en Medellín a 7 concejales, que son la mayoría, y ganó en las JAL de 15 comunas, y en 2 corregimientos; además tiene 7/8 diputados para la asamblea, siendo también la bancada mayoritaria. Dicho lo cual, Daniel Quintero, el alcalde independiente, pronto sentirá cómo lo presionan para que rectifique el rumbo.
La política como fórmula criminal
“Es claro que no se cumplen los presupuestos probatorios ni los requisitos de necesidad para proferir medida de aseguramiento contra el expresidente Álvaro Uribe”. Jaime Granados, su apoderado, en alegato de 339 folios.
No es cosa menor, que Álvaro Uribe, al fin, haya rendido indagatoria, y también parte de su corte de los milagros, sus peones, Álvaro Hernán Prada, y el exitoso abogado de narcotraficantes Diego Cadena, quien se ha inculpado, mientras va y viene en su avión entre Bogotá y Miami.
Tampoco lo es que haya tenido también su turno ante la justicia, el hermano del expresidente, Santiago. La Fiscalía 10 pidió compulsar copias por falsedad testimonial de 7 testigos; mientras que Procuraduría pide condenarlo, pero por conformar grupo paramilitar, distinto al homicidio de Camilo Barrientos Guzmán, aunque las ejecuciones eran la fórmula más socorrida, dicen los testigos, del modus operandi de la mafia política de Los 12 apóstoles.
En todo caso, la boconería del exvice Rafael Nieto Loaiza, quien suele posar de especialista en derecho internacional, y DIH, con poca fortuna, a la sombra de su padre que en efecto fue tratadista en esas materias, es relevante para inventariar con la vocería de uno de los suyos al partido de la reacción, y al bloque que dirige la guerra interna y defiende a capa y espada la paz reaccionaria, esto es, la propia de los sepulcros y las rendiciones incondicionales.
La voz “disidente” pide pista y despista
“Este ha sido siempre un partido de opinión. Ha hecho política sin puestos, sin contratos, sin presupuesto, y no fue distinto ahora”. Rafael Nieto Loaiza, ET 5/11/19, 1.4.
Entrevistado por una furibista solapada, María Isabel Rueda, Rafael Nieto ofrece un balance del resultado electoral, y hasta cuentas alegres hace. Recuerda que en 2015 tenían una gobernación, Casanare, y le añadieron a la cosecha otra, Amazonas; porque las otras dos son compartidas en la pasada elección. De modo general, sin atreverse a dar cifras dice que “el partido crece en el número de concejales, de diputados y alcaldías”. Y es cierto, comparado con cuatro años atrás, pero, no se equivoca al reclamar como punto de comparación el año 2018, cuando tuvieron excelentes resultados en congreso y presidente.
Al respecto, conviene recordar la acusación de fraude que levantó Petro sobre las elecciones de 2018, sin pruebas a la vista, pero que nos dan otra perspectiva sobre los resultados actuales. Porque Nieto reconoce que perdieron en todas las capitales, excepto en la coalición hecha en Barranquilla. Tampoco pudieron ganar en ciudades intermedias, excepto Soledad y Bello. Pero, en parte, contrasta, diciendo que el Centro Democrático no puede “quedar confinado a ser uno mayoritario en los pequeños municipios y en las áreas rurales”.(ET,5/11/19, 1.4)
Es precisamente de estos lugares, con la excepción de Antioquia, Córdoba y Sucre, bancos de prueba del régimen parapresidencial, de donde partió la “cruzada” del Estado comunitario, de la mano asesina de los cabecillas paramilitares, confederados luego en las AUC; y extraditados después por el socio mayor de la “degeneración democrática”.
Luego, Nieto posa su interés analítico en los demás partidos “tradicionales,” mezclas bizarras de bipartidismo herederos del país político relanzado con los acuerdos del Frente Nacional. Señala también la caída de Cambio Radical que tenía el 40% del gobierno regional; otro tanto le pasó a liberales, conservadores, y peor al partido de la U. Y remata con esta afirmación: “El único que puede sacar cara y decir que ha sido ganador en este proceso es Alianza Verde”, que por supuesto no es un partido.
El analista del Centro Democrático traza una diferencia entre las elecciones para Congreso y Presidente, y las territoriales, no solo acudiendo a referencias históricas, sino también a la conveniencia para las aspiraciones de su propio partido en el año 2022. Para sustentar esta diferencia trae a cuento, cómo Cambio Radical fue la segunda fuerza en el Congreso, y su candidato Vargas Lleras no pasó de 1.400.000 votos; y el Liberalismo fue la primera fuerza para el mismo año 2018, en Cámara, pero su candidato, Humberto de la Calle no superó los 400.000 votantes. Igualmente sentencia, que donde se dividen centro y derecha, como fue el caso de Medellín, es electa otra persona, en este caso Daniel Quintero que se autocalifica de independiente.
Por fin le toca el turno a la izquierda. Dice Nieto que al petrismo le fue bastante mal, excepto en Magdalena, en alcaldía y gobernación, y en la participación marginal en Cali. Otro tanto le reparte al PDA, a quien Rafael endilga sólo buen resultado en la alianza en Bogotá, porque en Nariño perdió la gobernación que estuvo en cabeza de Camilo Romero.
La contra marcha de la crisis de hegemonía
“Cuando la ciudadanía sale a las calles es porque los gobiernos no la escuchan…Necesitamos un acuerdo de verdad…” Roy Barreras, senador citante de la moción de censura contra mindefensa.
El CD, partido de gobierno, y su coalición están en calzas prietas. La salida de Guillermo Botero no resuelve la problemática de la seguridad que ataca en todos los flancos al gobierno Duque. A la vez, la ley de financiamiento va a ser torpeada en el Congreso, aunque los problemas del presente año quedaron resueltos con el apoyo de la Corte Constitucional.
Del 1o. de enero en adelante, el primer obstáculo político de la dupla reaccionaria, Duque/Uribe, es el pliego de exigencias que levantan los organizadores del paro nacional de 21 de noviembre. Así se modificará la ley de financiamiento, que no puede beneficiar a pocos grandes capitalistas ampliándoles exenciones, y premiándoles su voracidad sin límites, a costillas de clase media y trabajadores en general.
Aumentará, igualmente, vía Congreso el reclamo por los responsables directos, civiles y militares, exigiendo sanciones a todo nivel por la sangre de las víctimas, en primer lugar, de los 8 menores literalmente volados a bombazos, en tribunales dentro y fuera de Colombia.
Las fuerzas del centro y la izquierda han crecido electoralmente en las capitales, y tienen al frente la red de casamatas y trincheras de la sociedad civil rural y semirural, donde la violencia “para” arrecia, disfrazada detrás del nombre de Águilas Negras, que recuerda a la Mano Negra del tiempo de la gran violencia; y el cinismo de las fuerzas militares cada vez tiene más obstáculos para recibir coimas por sus “buenos servicios” al establecimiento.
No hay duda que el nuevo ministro de defensa no podrá insistir con descaro en continuar la política pública de guerra a la chita callando. Por lo pronto se cambió ya la costumbre que venía desde 1991, de colocar en la cartera solo a civiles, porque fue encargado el general Luis Fernando Navarro, que no ha hecho otra cosa que evadir, o mentir hasta más no poder, a periodistas, cuando se le ha preguntado por el bombardeo infanticida al campamento de la disidencia.
Esta actitud, y la conducta reiterada de mentir frente a los falsos positivos ha ampliado el descrédito de esta institución, y ha ampliado la crisis de hegemonía en el espacio de la sociedad política, en el comando de sus aparatos represivos de Estado. Por lo que se barajan con afán y tacto nombres, siendo, en apariencia, los más opcionados dos quemados, los jóvenes Juan Carlos Pinzón, y Miguel Uribe, aunque algunos hablan también de Rafael Guarín y Luis Guillermo Plata.
A las puertas del 21
“Cada país está viviendo un drama propio. Pero lo que es evidente en la región es que mientras el tejido de la integración global se deshilacha, los gobiernos latinoamericanos enfrentan un aumento de la insatisfacción popular y una marcada pérdida de confianza pública en los gobiernos y las instituciones.” Jeremy Adelman/Pablo Pryluka, ET 3/11/19, 2.3.
Este 21 de noviembre la sociedad civil colombiana se moviliza en contra de la estrategia del estado de opinión y la reedición de la política pública de guerra preventiva que de manera solapada se sigue librando, a través de testaferros, ensañándose con las comunidades étnicas más impermeables a los actos intimidatorios; con el interés de quebrar sus autonomías, y parar la recuperación de los territorios ancestrales.
Estas naciones originarias, a la vez, están sujetas a la imposición de una miseria creciente, que las orilla siempre hasta ser presa de los cultivos ilícitos y sustracción de combustible, para reproducir sus condiciones de existencia. Apretujadas las más de las veces en miles de hectáreas infértiles, por las prácticas de la agricultura extensiva, o la naturaleza de los suelos recuperados. Mientras que las mejores tierras, con cosechas subsidiadas, siguen en poder de pocas familias de terratenientes que explotan la agroindustria, y se benefician de los precios políticos del etanol, la palma, y la caña de azúcar.
En los colegios y las universidades, profesores, estudiantes y trabajadores no le comen más cuento al famoso presupuesto para la educación, que por debajo de cuerda es recortado y “desviado” a otros menesteres. Hay más de 16 billones de regalías que las unidades territoriales no ejecutaron, pero, en cambio, de los $350.000 millones pactados con el gobierno solo se giran $75.000 millones para repartir entre las instituciones de educación superior, y la ministra de educación porfía que está cumpliéndose con lo acordado.
Las centrales sindicales no están dispuestas a padecer el paquetazo; están alertas con el deterioro de los salarios, y la detención del crecimiento económico en relación con los índices que se requieren para poder emplear a los trabajadores que ingresan cada año al mercado laboral, y que no se pueden recuperar con la tasa actual del 3,4 %. La desocupación en el país era de 10,2 para el mes de septiembre; y la agricultura y la industria nacional andan de capa caída.
Conviene recordar que en el campo la informalidad laboral es del 86%, y no fue posible la aprobación del jornal diario integral. La actividad de los pequeños productores del agro solo cuenta para la comercialización de sus productos con 175.000 kms de vías terciarias, con solamente el 10% en buen estado. Además la deuda bruta del sector público es del 49%. En cuanto a exportaciones netas, cayeron las de petróleo y carbón, pero en otros rubros el crecimiento fue de 3,7%, pero más barato, haciendo que su valor, en realidad caiga en un 4,3%. En suma, según la Cepal, los productos exportados tendrán una caída calculada del 8 % en promedio.
Lo único que ha prosperado es el consumo interno de las familias, y es el motor real de la economía presente. Por lo que los trabajadores exigen un mejor reparto de la cuota de plusvalía expropiada con grandes beneficios por el capital financiero; lo cual supone, efectivamente, un cambio del modelo económico neoliberal, que por otra parte, no es lo que quiere el minhacienda y el equipo económico de gobierno, cuando todo el vecindario está a punto de incendiarse literalmente.
Es la hora de hacer el viraje radical
Cuando Chile, dizque el modelo virtuoso, tiene a millones protestándolo sin descanso. Exigen una sociedad más justa, esto es, un reclamo sostenido de lucha frontal contra la desigualdad. Con 23 fallecidos, el Chile profundo ya le dijo no a “la continuidad del modelo de economía abierta,” porque dejó a la deriva la educación, la salud, las pensiones, y desestimó el empleo con un ingreso mínimo garantizado.
Quienes pararán el Colombia este 21, tienen cada vez más claro por qué luchan y cuál será el precio de su triunfo. Más aún, los concertados tienen una poderosa bandera que reivindicar: la situación de abandono de los más débiles, los niños, que probó en el informe de primera infancia en Bogotá, cómo el balance de la última década es negativo.
La seguridad alimentaria es una declaración vacía de contenido nutricional. Los índices que prueban este drama en crecimiento son la baja talla y peso, que tienen que ver con un real déficit alimentario que obedece a la pobreza multidimensional y monetaria, que afecta a la cuarta parte de los niños menores de 5 años.
En suma, desnutrición y pobreza se juntan, para producir la peor desnutrición crónica que produce definitivas alteraciones físicas, vulnerabilidad ante la enfermedad y daños mentales irreparables; y estas desgracias inducidas no se mitigan sino que se agravan con el consumo de comida chatarra y bebidas con azúcares libres.
A esta destrucción de la primera infancia se une el asesinato de niños reclutados por la guerrilla, cuya última contabilidad asciende ya a 18 cuerpos destrozados en un bombardeo cobarde, y retaliatorio en San Vicente del Caguán, oculto frente al país, con el concurso del presidente para abajo. Más el ininterrumpido asesinato aleve de los líderes sociales, y aquellas personas y equipos que insisten con terquedad, contra todo pronóstico, en avanzar en la construcción de la paz. Lo prueba con elocuente dolor el asesinato de cuatro técnicos, en la vereda Santa Elena, en Corinto, Cauca; y antes el asesinato de Alexander Parra, un reinsertado, líder ambiental sacrificado en Mesetas (Meta).
De occidente a oriente, de norte a sur, la carnicería de compatriotas no para durante los 15 meses del gobierno de la contrarreforma reaccionaria, porque lo viejo, el régimen parapresidencial, aún no muere. Estas son las cifras brutalmente elocuentes, reproducidas en la nota de Luis Noé Ochoa, “Tiro al pichón”: 160 reinsertados asesinados, más de 600 líderes sociales, y 36 indígenas en lo corrido del año 2019, a 2 de noviembre.
Tiene que producirse una inflexión en el desenlace reaccionario de la crisis de hegemonía presente, en favor de los grupos y clases subalternas, para que lo nuevo, la democracia subalterna acabe de nacer.
El día del paro nacional del 21 de noviembre, esta prueba pacífica, de fuerza social y política tiene que mostrarlo en Colombia y alrededor del mundo. Sin que se vaya a producir, no podemos permitir ni una sola víctima más, como los cientos que fueron el resultado de la represión sorda del paro de septiembre de 1977, en Bogotá y otras ciudades. Hoy, esta martirizada república es una nación que ha dicho basta, y movilizará todas las fuerzas de la decencia, la dignidad, la igualdad, contraria a permitir una gota más de corrupción, y en defensa de la vida que ha sido sacrificada por el país político impunemente.
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Miguel Angel Herrera Zgaib[i]
Foto obtenida de: https://www.eltiempo.com/
[i] Profesor asociado, C. Política, Unal, Bogotá. Director Grupo Presidencialismo y Participación, y Seminario Internacional A. Gramsci, email: [email protected]
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