Todo el mundo sabe que el salario es el precio que se paga por su trabajo, que la ganancia es la diferencia entre el precio de venta de la mercancía y sus costos, que los intereses son el pago por el préstamo del dinero y que el arrendamiento es el pago por el derecho a usar la tierra. Todo esto se ve fácilmente, está ahí a la mano de todos. Y no solo se ve, se siente, se palpa, se utiliza. Se sufre por el dinero, especialmente por su ausencia.
Los economistas clásicos que desde el siglo XVII comenzaron a ver los distintos fenómenos característicos del capitalismo se preocuparon por tratar de entender que eran estas cosas que estaban viendo. Iniciaron un proceso de estudio mediante la abstracción para llegar a comprender y explicar en qué consistían. De este modo, encontraron, por ejemplo, que detrás de las relaciones de cambio se encontraba el intercambio del trabajo de los diferentes productores y que detrás de la magnitud de valor de las mercancías se encontraba el tiempo de trabajo dedicado a su producción. Igualmente empezaron a intuir que las ganancias, los intereses, la renta de la tierra eran formas del trabajo excedente generado por los trabajadores y que era apropiado por los capitalistas y los terratenientes.
Abrieron un camino para entender el capitalismo. Marx los estudió con mucho detalle e identificó sus avances, pero también sus limitaciones. Por esta razón se embarcó en un proyecto de investigación de crítica de la economía política y El Capital, su obra máxima, tiene por subtítulo, precisamente, “crítica de la economía política”. ¿Cuáles eran las críticas centrales que le formulaba Marx a los economistas clásicos?
- Tomaron las categorías, los conceptos de la vida cotidiana del capitalismo y operaron con ellos lo cual limitaba su capacidad de explicación, dado que quedaban enredados en la superficie de los fenómenos y no llegaban a explicar su esencia.
- Relacionado con lo anterior, se enfocaban principalmente en ver cómo operar dentro del capitalismo y no en entender cómo se había desarrollado el propio capitalismo.
- Se enfocaban en los fenómenos aislados sin indagar por su articulación, por los elementos de fondo que los articulaban, no comprendían suficientemente la trabazón existente entre todos los fenómenos.
- No tenían una concepción del cambio histórico y por tanto tendieron a naturalizar los rasgos del capitalismo, es decir, a considerar que era algo que existía por naturaleza y por tanto debería existir eternamente; por ejemplo, Smith explicaba el intercambio por la propensión de los individuos a cambiar, que el consideraba era un rasgo propio de los seres humanos.
- Se fundamentaban, por tanto, en la acción de los individuos, sin examinar suficientemente las estructuras que condicionan su actuación; es evidente que todos quienes vivimos en el capitalismo necesitamos y estamos forzados a usar el dinero y a comprar y vender para obtener lo que necesitamos, pero esto es resultado de una forma de organización económica creada en forma inconsciente por los propios seres humanos, y no un rasgo innato.
A pesar de sus profundas críticas a la economía política, Marx valoraba positivamente los avances científicos alcanzados, especialmente en sus representantes más destacados como Smith y principalmente Ricardo. Al mismo tiempo, criticaba de un modo mucho más fuerte a los economistas vulgares, denominados así porque no se esforzaban en profundizar en el conocimiento y se contentaban con sistematizar y organizar las propias ideas de los agentes de la producción capitalista. Es decir, estos economistas no iban más allá de las propias ideas espontáneas que se generan los agentes de la producción capitalista, especialmente los capitalistas, con lo cual no tenían ninguna perspectiva crítica. Esto podría deberse a desconocimiento de dichos economistas, pero también, y en forma creciente, a la postura apologética al servicio del capitalismo.
El pensamiento económico dominante actualmente en nuestras facultades se inscribe en línea directa dentro de estas corrientes de los economistas superficiales. La economía marginalista o economía neoclásica rechazó de tajo las explicaciones de los clásicos sobre el trabajo como fuente del valor y repudió por completo a Marx, al que condenó, en una actitud poco democrática y pluralista, al ostracismo.
Las críticas de Marx a los clásicos en el siglo XIX aplican a los neoclásicos de hoy como pretendo mostrar en esta nota examinando algunos de los planteamientos de Paul Samuelson, premio nobel de Economía y autor de una de las introducciones a la economía más difundidas y estudiadas en el mundo. En los capítulos iniciales de esta obra Samuelson expone sus fundamentos de la economía y se pueden encontrar en ellos claramente las nociones superficiales en las cuales se forman nuestros economistas.
Lo interesante, es que las explicaciones de estos economistas coinciden en buena medida con las ideas predominantes entre los analistas colombianos, no solamente entre los economistas tradicionales que, en mi opinión, se quedan en un nivel superficial de análisis sobre el capitalismo, sino entre los críticos del neoliberalismo. De este modo, resulta que buena parte de las corrientes de izquierda, progresistas, comprometidas con la suerte de los trabajadores y defensores de la democracia, fundamentan sus diagnósticos y propuestas en concepciones de la sociedad como las de Samuelson, por lo cual terminan convertidos en defensores, quizá inconscientes, del capitalismo, con todas sus consecuencias. Todos estos analistas ven la realidad, ven las distintas manifestaciones del capitalismo, pero no profundizan en su conocimiento. Se conforman con las categorías cotidianas y renuncian a la investigación y al conocimiento.
Revisión de algunas tesis de Samuelson
Samuelson aborda el estudio de la economía en general, enfocándose en los elementos comunes a toda sociedad y destacando los aspectos productivos por encima de las relaciones sociales, pero en la práctica se refiere exclusivamente al capitalismo.
a. Plantea las tres grandes preguntas que debe resolver toda sociedad
b. Destaca como elementos comunes la escasez y la productividad / eficiencia
c. No precisa las diferencias en las relaciones sociales
Toma el mercado como dado, no lo explica, y además lo defiende, destaca sus ventajas, pero se enreda cuando tiene que admitir que tiene fallas.
En muy pocas ocasiones se refiere explícitamente al capitalismo y cuando lo hace se refiere en forma muy superficial. Su noción de capital equivale a los medios de producción, con lo cual naturaliza el capitalismo y no establece distinciones; esto le genera problemas para explicar la ganancia, el precio de este factor de producción.
Se queda en las nociones tradicionales de los agentes de la producción: el salario es pago por el trabajo, el interés el pago por el dinero prestado, la ganancia la diferencia entre el precio de venta y el costo de la mercancía.
La desigualdad la mira solamente desde la perspectiva de los ingresos, la explica superficialmente, la considera primero una falla del mercado y luego la ve como algo ajeno que depende de la política o de la ética.
Ve al Estado como algo separado de la economía que existe para resolver sus fallas; ve las crisis como algo externo, lo mismo que la concentración y centralización de la producción, los monopolios. Esto conduce a pensar que es posible tener un capitalismo bueno, más humano, etc. Introduce de contrabando el tema de la democracia, asimilando capitalismo con democracia.
Me enfocaré ahora en algunos de estos aspectos, en especial en lo relativo a su concepción del mercado, dejando para nota posterior el análisis de otros aspectos.
a) Samuelson estudia la “economía” en general, de hecho, este es el título de su libro. De igual manera a cómo se llaman las facultades: de economía. Esto parece algo trivial, sin importancia, pero evidencia un enfoque que tiene consecuencias relevantes para el análisis. Se pone el énfasis en los elementos comunes a toda sociedad, con lo cual de alguna manera se elude el referirse al capitalismo. En todo el libro de Samuelson, pocas veces se hace referencia al capitalismo y se le reemplaza por nociones como economía mixta, economía de mercado, democracia occidental, etc. Esta es una práctica común entre funcionarios públicos, investigadores, analistas y columnistas: evitar referirse clara y explícitamente al capitalismo o hacerlo de manera insuficiente. Pero al tiempo que se evita hablar de capitalismo, todo el tiempo Samuelson está hablando de las categorías del capitalismo, con lo cual, de contrabando, naturaliza el modo de producción capitalista.
b) Samuelson plantea que toda sociedad debe resolver tres asuntos básicos o responder tres preguntas centrales: 1) qué producir; 2) cómo producirlo; y 3) para quién producirlo. Igualmente, señala que para producir hay tres factores de producción universales: trabajo, tierra y capital.
c) Con respecto a lo primero, se trata de una identificación de asuntos generales que sirve para clasificar los temas pero que no dice nada en concreto sobre las formas en que se produce y distribuye en cada tipo de sociedad. Lo interesante comienza en el momento en que se abordan estos asuntos en diferentes tipos de sociedades; Samuelson obviamente no ignora que ha habido diferencias a lo largo de la historia, y tampoco que han comenzado a desarrollarse experiencias socialistas. Pero, aunque su objeto es la economía en general, su análisis se enfoca básicamente en las relaciones capitalistas de producción.
d) Un primer ejemplo de esto es el hecho de incluir dentro de los factores de producción al “capital”; en toda sociedad hay trabajo, tierra y medios de producción, no capital. Pero Samuelson, hábilmente, considera que los medios de producción son capital, algo que solo ocurre dentro del capitalismo, con lo cual plantea la categoría de capital como algo eterno y presente en toda sociedad. De otra parte, a pesar de referirse a definiciones generales, constantemente menciona rasgos que son propios del capitalismo: por ejemplo, la existencia de trabajo asalariado y del salario, o la presencia de las ganancias como factor determinante, o la existencia del dinero y el intercambio mercantil. Samuelson es un extraordinario ejemplo de la manera de pensar que ya criticaba Marx en 1867.
e) Además, tiene la tendencia a hacer énfasis en la dimensión productiva, en el valor de uso y no en el valor de cambio. De este modo destaca un elemento real: el capitalismo tiene que producir valores de uso y satisfacer necesidades, pero ignora o minimiza las relaciones de producción y los objetivos que guían estas relaciones.
La noción de mercado de Samuelson y sus fallas
Un elemento central en este marco analítico es la tendencia a disociar las distintas dimensiones sociales, a presentar fragmentariamente no solo los elementos de la propia economía, sino también sus relaciones con la política, el Estado, la ideología, etc. Samuelson desarrolla dos operaciones argumentativas muy interesantes en este sentido:
1. Por una parte, intenta presentar al mercado como un mecanismo técnico de asignación de recursos, dando énfasis a los aspectos productivos, al valor de uso, y dejando de lado por completo el elemento social, las relaciones sociales de producción, y especialmente la relación asalariada. De este modo en su debate sobre las formas alternativas de organización social, denomina a una de ellas economía de mercado (y la vincula directamente sin explicación sustentada con la democracia occidental) y a la otra economía dirigida. No se refiere a capitalismo versus socialismo abierta y explícitamente, es decir, elude la discusión sobre las relaciones sociales de producción y los tipos de propiedad que de allí se derivan.
2. De otra parte, se esfuerza por separar radicalmente la economía de otras esferas de la sociedad; por ejemplo, considera que el mercado es un mecanismo eficiente de asignación de recursos, pero que puede tener algunas “fallas”, como, por ejemplo: tendencias a suprimir la competencia por el monopolio y el oligopolio, incapacidad para la producción de ciertos bienes colectivos necesarios, concentración del ingreso, desigualdad y pobreza, bajo crecimiento y desequilibrios y crisis. Samuelson intenta justificar que se trata de elementos externos o ajenos a la estructura económica.
3. El caso más evidente de separación de dimensiones que están articuladas se encuentra en su tratamiento de los temas de la desigualdad, la pobreza y la miseria, donde plantea abiertamente que el mercado está funcionando muy eficientemente, aunque la sociedad esté destinando más recursos a la alimentación de los gatos que a la nutrición de los niños. Para Samuelson esto no es una deficiencia del mercado (aunque reconoce que es una falla) sino de la ética o de la política. De otra parte, se queda en el nivel superficial de la distribución de ingresos y de las políticas redistributivas tradicionales. El resultado es que el capitalismo no tiene nada que ver con la desigualdad de la riqueza y de los ingresos, esta es una consecuencia de decisiones política y éticas.
“Los mercados no producen necesariamente una distribución justa del ingreso, una economía de mercado puede producir desigualdades de ingreso y consumo que no son aceptables por el electorado.” “¿Por qué podría el mecanismo de mercado producir una solución inaceptable a la pregunta de para quién? La razón es que los ingresos están determinados por una amplia variedad de factores, incluyendo el esfuerzo, la educación, la herencia, los precios de los factores y la suerte. La distribución de ingresos resultante puede no corresponder a un resultado justo. El gato de un hombre rico puede beber la leche que un niño pobre necesita para estar saludable. ¿Ocurre esto porque el mercado está fallando? En absoluto, porque el mecanismo del mercado está haciendo su trabajo, poniendo los bienes en las manos de aquellos que tienen los votos en dólares. Si un país gasta más fertilizando sus prados que alimentando a los niños pobres, este es un defecto de la distribución del ingreso, no del mercado. Incluso el sistema de mercado más eficiente puede generar gran desigualdad” (p. 39).
4. A partir de lo anterior Samuelson claramente planta un escenario en el cual: a) defiende el mercado como un mecanismo extraordinario de asignación de recursos; b) esconde el tema de las desigualdades en las relaciones de producción; c) asimila mercado a capitalismo; d) reconoce las fallas, pero no como algo inherente sino como un factor externo; e) traslada el debate a decisiones políticas y morales sobre cómo operar dentro del capitalismo sin cuestionarlo en ningún momento.
5. El esquema argumentativo es claro y permite por tanto que se puedan considerar diferencias importantes en la manera de gestionar el capitalismo, pero en ningún momento examinar los rasgos profundos de dicho capitalismo que son las causas de dichas “fallas”.
6. Esto es lo que aprenden nuestros estudiantes de economía y con uno que otro matiz diferencial, es la concepción de la gran mayoría de analistas, incluidos los progresistas y de izquierda.
7. Se trata evidentemente de una forma de pensar que se basa en: a) la defensa apologética del capitalismo, en el caso de personajes como Samuelson y muchos otros que combinan su labor académica con los servicios directos a las grandes empresas capitalistas, las entidades estatales económicas o la participación en sus juntas directivas; b) la pereza intelectual, el mínimo esfuerzo por entender la sociedad, lo cual probablemente aplica a muchos de los analistas de buena fe.
El fundamento teórico de la mayoría de los economistas, analistas sociales y columnistas, con relación a la sociedad y la economía colombiana se encuentra expuesto de manera bastante clara y sencilla en la Introducción a la economía de Paul Samuelson.
En El Capital Marx, además de exponer las leyes fundamentales del modo de producción capitalista, realizó una crítica profunda de la economía política, cuyos principales exponentes fueron David Ricardo y Adam Smith. Estos autores descubrieron que detrás de los precios y el dinero se encontraba el intercambio de trabajo entre los distintos miembros de la sociedad y desarrollaron la teoría del valor trabajo. Marx reconoció sus avances y criticó sus límites. Pero al mismo tiempo que Marx investigaba y escribía El Capital comenzó a desarrollarse una nueva corriente económica que habría de convertirse en dominante en el mundo académico: la teoría marginalista conocida actualmente como la teoría neoclásica. Un cambio fundamental de esta corriente fue el rechazo a la teoría del valor trabajo y la adopción de una explicación de los precios a partir de la utilidad que las mercancías producen en los consumidores. Marx fue considerado como un exponente más de esta escuela del valor trabajo y se consideró, igual que ellos, superado por la nueva escuela.
Los descubrimientos de Ricardo eran peligrosos para el modo de producción capitalista, dado que establecía que todo el valor agregado era elaborado por los trabajadores lo cual llevó a que algunos socialistas, antes de Marx, llegaran a la conclusión de que el producto del trabajo debería corresponderles a los trabajadores. Ricardo y Smith eran favorables al capitalismo, pero sus teorías podían tener consecuencias políticas peligrosas, lo cual se evidenció en los análisis de Marx que buscaban servir de sustento a la abolición del capitalismo.
Parecería entonces que la crítica de Marx perdía también fundamento al perder relevancia la economía política clásica. Pero Marx criticó además a los que catalogó como economistas vulgares, economistas superficiales, que no profundizaban en el análisis y se limitaban a sistematizar las ideas comunes de los agentes de la producción. La corriente económica dominante es heredera de dichos economistas superficiales y la crítica de Marx aplica en sus puntos fundamentales a los economistas modernos y a sus críticos superficiales.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: http://www.nocierreslosojos.com/
Diego Otero Prada says
COMO SIEMPRE, ESTOY DE ACUERDO CON ÁLVARO. YO SOY UN KALECKIANO MARXISTA Y ME SORPRENDE EL DESCONOCIMIENT HOY EN COLOMBVIA DEL MARXISMO Y AÚN DE LAS IDEAS POSTKEYNESIANAS. Y CMO SE CONFUNDE LO QUE IXQUIERDA, CENTRO, DERECHA, CENTRO DERECHA Y CENTRO IZQUIERDA.