La publicación de Roberts en su blog y en el artículo tiene la forma de una entrevista a Moseley con motivo de la publicación de su libro crítico de la teoría de Heinrich[3]. Ya habían debatido en algunos seminarios y habían escrito ponencias sobre sus diferencias y Moseley decidió organizar los materiales y presentarlos en una forma más estructurada.
Llama la atención que después de 155 de años de publicado el tomo I de El Capital existan todavía diferencias tan grandes entre los propios intérpretes marxistas (ni para que mencionar a críticos desde otras escuelas). Se han elaborado interpretaciones muy diferentes sobre la teoría de la mercancía, el valor y el dinero, lo mismo que sobre el tema del fetichismo de la mercancía, pero no es el único tema en el cual debaten teóricamente pensadores marxistas; algo similar ocurre con la interpretación de la transformación de los valores en precios de producción, con la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, las crisis, y los esquemas de reproducción, para mencionar quizá los más destacados.
Con respecto al tomo I Marx señaló en el propio prólogo de 1867 las dificultades de su texto a las cuales podrían verse enfrentados los lectores. Premonitoriamente afirmó que “la comprensión del primer capítulo, y en especial de la parte dedicada al análisis de la mercancía, presentará, por tanto, la dificultad mayor” (p. 43)[4]. “He dado el carácter más popular posible a lo que se refiere más concretamente al análisis de la sustancia y magnitud del valor.” Y advierte que las dificultades principales pueden encontrarse en la sección sobre la forma del valor: “Exceptuando el apartado referente a la forma de valor, a esta obra no se la podrá acusar de ser difícilmente comprensible.” (p. 44).
Pues bien, algunos de estos autores, a pesar de llevar toda su vida estudiando El Capital, no ha comprendido bien el capítulo 1 del tomo I de El Capital, y quizá tampoco toda la primera sección. Esto es lo que piensan Moseley y Roberts de Heinrich.
Roberts dice en la introducción del artículo que Heinrich “critica la interpretación tradicional de la teoría del valor trabajo, según la cual el valor de las mercancías se determina únicamente en la producción, y sostiene que el valor se crea solo cuando se convierte en dinero mediante la venta de mercancías en el mercado.” Según Roberts, Moseley “considera que Marx presentó una teoría del valor trabajo según la cual el valor de las mercancías está determinado únicamente en la producción por el tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para producir las mercancías.” Este es el punto central de la diferencia, pero el asunto tiene bastantes detalles.
Es claro que alguno de estos famosos autores no ha entendido bien esta parte de El Capital de Marx. Moseley es enfático en afirmar que él tiene la razón y el equivocado es Heinrich. Dice por ejemplo “estoy convencido de que el libro de Heinrich es una interpretación fundamentalmente errónea de la teoría de Marx.” Considera que Heinrich fundamenta su interpretación en un concepto de relación de intercambio que no logra explicar ni sustentar bien, pero que está fundamentalmente equivocado: “Si su concepto fundamental de la relación de intercambio es una interpretación errónea de la teoría de Marx, entonces el resto de la interpretación de Heinrich del capítulo 1 es una interpretación errónea y es inaceptable.” Señala que la interpretación de Heinrich es solo propia de él, una invención, que no comparte ningún otro autor: “No cita a ningún otro autor con una interpretación similar de la relación de intercambio, porque no los hay.”
A partir de lo anterior manifiesta su preocupación por la mala influencia de Heinrich: “Me preocupa la influencia de Heinrich en la comprensión de la teoría de Marx. Su interpretación es muy influyente en Alemania y en otras partes del mundo, especialmente entre los jóvenes. Y estoy convencido de que se trata fundamentalmente de una mala interpretación de la teoría de Marx.”
Roberts hace una breve contribución a la preocupación de la difusión de la interpretación errónea de Heinrich. Considera que rechazar que el valor se crea exclusivamente en la producción conduce a devaluar al teoría del valor trabajo y a enfocarse solo en una teoría del dinero, con lo cual se acerca a la posición de la economía neoclásica; igualmente, esto conduce a descartar el análisis del valor de la fuerza de trabajo y de la explotación capitalista. Los inquisidores Moseley y Roberts han, por tanto, juzgado y declarado culpable al hereje Heinrich. En el artículo publicado en Sinpermiso, se presenta una síntesis de la argumentación, la cual se desarrolla en detalle en el libro mencionado.
Mientras tengo la oportunidad de leer el libro simplemente expongo a continuación un resumen de los planteamientos de Moseley en esta entrevista y hago algunos comentarios breves sobre su contenido, la manera en que citan a Heinrich y presento algunas dudas. La revisión detallada del libro será objeto de un texto posterior.
Primer punto. Moseley afirma que el tema de análisis del capítulo 1 de El Capital es la mercancía. Me parece que esto no refleja adecuadamente el alcance del capítulo 1, pero es un tema a examinar cuando se haga la lectura del libro. Afirma Moseley que se trata de la mercancía “representativa” (algo que si es verdaderamente una invención de Moseley, habrá que ver que otros autores dicen algo similar) y no de “una mercancía separada y aislada”. Aquí Moseley juega con las palabras, si no se trata de una mercancía aislada y separada es porque se examina una mercancía que se relaciona con otras mercancías (seguramente por una relación de intercambio), pero para evitar decirlo plantea lo de la mercancía representativa. ¿Qué representa esta mercancía? Las propiedades que todas las mercancías tienen en común (valor de uso y valor de cambio).”
Con esta noción Moseley quiere mostrar que si tomamos una mercancía cualquiera y la examinamos, vamos a ver que tiene valor de uso y valor de cambio, en sí misma; hace la comparación con la observación de una célula bajo el microscopio. Es decir, Moseley considera que una mercancía aislada representativa tiene una propiedad como el valor de cambio que puede observarse a simple vista. Además, se trata de una mercancía producida, pero que todavía no ha sido intercambiada. Es decir, si llevamos a una persona a mirar una mesa que está en la bodega de un productor, la persona podrá observar las características físicas que la hacen útil y también su valor de cambio, como se observa la célula con el microscopio.
Moseley le crítica a Heinrich que pone el énfasis en la relación de intercambio entre dos mercancías, es decir, que el valor de cambio solo aparece en la medida en que los productos son intercambiados. Moseley sostiene “que el significado que Marx da a “común a todas” en este pasaje es el significado habitual de “común”, es decir, que cada mercancía individual posee la misma propiedad por sí misma, por sí sola.”
Dice que Marx utiliza en la sección tercera del capítulo 1 varias veces la expresión “valor propio” de la mercancía. Afirma que se comparan en esta sección los valores propios del lino y del abrigo “pero nada se dice del intercambio”. Para Moseley esto es evidencia de que “cada mercancía individual posee su “propio valor” independientemente de los actos de intercambio entre mercancías y dinero en el mercado”.
Segundo punto. Señala Moseley que Marx deriva el valor del valor de cambio y, específicamente, de una relación de igualdad entre las mercancías; Moseley elude el hecho de que esta relación de igualdad solo se da en el intercambio de las mercancías y se enfoca en el algo en común que tienen las mercancías que permite que sean iguales y por tanto intercambiadas. Pone el énfasis en que son productos del trabajo humano y específicamente, del trabajo humano abstracto objetivado contenido en la mercancía o en el trabajo invertido en la producción de mercancías. Parecería que Moseley considera que esta igualdad se da sin necesidad del cambio, porque le critica a Heinrich que para derivar el valor este presupone intercambios reales de las dos mercancías con dinero en el mercado. Insiste en criticar la tesis de Heinrich de que antes del cambio real las mercancías no poseen valor (de hecho, los productos ni siquiera son mercancías).
Para Moseley no hay intercambio en el capítulo 1, solo aparece en el capítulo 2. Afirma tajantemente: “El capítulo 1 no trata en absoluto de intercambio. La mercancía analizada en el capítulo 1 ha sido producida, pero aún no intercambiada. No se considera el intercambio hasta el capítulo 2.”
Tercer punto. Moseley enfatiza que la magnitud de valor de cada mercancía está exclusivamente determinada por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en la producción para producir cada mercancía.” Le crítica a Heinrich que introduce aquí la oferta y la demanda.
Cuarto punto. Critica a Heinrich por afirmar que el trabajo en la producción es solo trabajo concreto y aún no es trabajo abstracto: “el trabajo abstracto llega a existir solo en el intercambio y por tanto, el carácter dual del trabajo que produce mercancías llega a existir solo en el intercambio.” Para Moseley, “nada se dice sobre el intercambio en esta sección” y por tanto en la producción el trabajo no tendría un carácter dual, lo cual a su juicio se contradice con lo planteado por Marx.
Sobre la evidencia textual
Moseley insiste en que la evidencia textual está a favor de sus tesis y en contra de la de Heinrich. Un punto central de su argumentación es que en el capítulo primero no existe el intercambio y que por tanto el valor existe en la producción, y en el producto, la mercancía, antes de que se cambie con otra mercancía y mucho menos por el dinero. Incluso dice enfáticamente que no hay nada de intercambio en este capítulo 1, que solo aparece en el capítulo 2. Solo por presentar algunos textos que podrían ir en contra de la argumentación de Moseley cito a continuación a Marx, en el capítulo 1:
- “En la relación misma de intercambio entre las mercancías su valor de cambio se nos puso de manifiesto como algo por entero independiente de sus valores de uso. Si luego se hace efectivamente abstracción del valor de uso que tienen los productos del trabajo, se obtiene su valor, tal como acaba de determinarse. Ese algo en común que se manifiesta en la relación de intercambio o en el valor de cambio de las mercancías es, pues su valor” (P. 86)
- “En contradicción directa con la objetividad sensorialmente grosera del cuerpo de las mercancías, ni un solo átomo de sustancia natural forma parte de su objetividad en cuanto valores. De ahí que, por más que se dé vuelta y se manipule una mercancía cualquiera, resultará inasequible en cuanto cosa que es valor. Si recordamos, empero, que las mercancías solo poseen objetividad como valores en la medida en que son expresiones de la misma unidad social, del trabajo humano; que su objetividad en cuanto valores, por tanto, es de naturaleza puramente social, se comprenderá de suyo, asimismo, que dicha objetividad como valores solo puede ponerse de manifiesto en la relación social entre diversas mercancías. Habíamos partido, en realidad, del valor de cambio, o de la relación de intercambio entre las mercancías, para descubrir el valor de las mismas, oculto en esa relación.” (p.96).
- “…los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores.” (p. 124).
- “Como los productores no entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos específicamente sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio.” (p. 124).
- “Es solo en el intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme, separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa.” (p. 124).
No resulta claro por qué razón dice Moseley que Marx no menciona la relación de intercambio ni el intercambio en el capítulo 1. Lo hace varias veces y además, considera que el valor de cambio es la relación de intercambio, con lo cual parecería que refuerza la interpretación de Heinrich y no la de Moseley.
Conclusión general
“…la teoría del valor de Marx no puede interpretarse razonablemente como una teoría de la forma del valor. Creo que es una conclusión importante. Deberíamos abordar la interpretación de la forma valor de la teoría de Marx.” Sin embargo, en este artículo ni Moseley ni Roberts examinan el asunto de la forma del valor, por lo cual no resulta comprensible esta conclusión.
Me parece que las referencias que se hacen a las posiciones de Heinrich no son muy afortunadas. Se hacen afirmaciones parciales o que, en mi opinión, no reflejan adecuadamente los análisis de Heinrich. Este es un punto sobre el cual hay que profundizar. De otra parte Moseley afirma enfáticamente que no hay otros autores que piensen en forma similar a Heinrich. Sin embargo, si los hay. Valdría la pena que examinara el libro de Louis Gill, Fundamentos y límites del capitalismo; o el trabajo de Isaac Rubin, Ensayos sobre la teoría del valor. O el libro de Roberto Fineschi, La logica del capitale, el cual seguramente los preocupará más por su posible influencia corruptora sobre la juventud dado que Fineschi dice que Marx nunca hablo de la teoría del valor trabajo.
Es necesario entonces mirar con detalle el libro de Moseley y leerlo, como el mismo sugiere, teniendo a mano el libro de Heinrich y el primer capítulo de El Capital. Mi percepción provisional, a partir de este artículo y del texto publicado en el blog, es que quizá quienes tienen una comprensión errónea de algunos aspectos de la teoría del valor de Marx son Moseley y Roberts.
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[1] https://thenextrecession.wordpress.com/2023/12/23/marxs-value-theory-and-the-value-form-interpretation/
[2] https://www.sinpermiso.info/textos/la-teoria-del-valor-de-marx-y-la-interpretacion-de-la-forma-del-valor.
[3] Moseley, Fred. La teoría del valor de Marx en el capítulo 1 de El capital. Una crítica a la interpretación de la forma-valor de Heinrich, Palgrave-MacMillan, 2022.
[4] Marx, Karl, El Capital. Crítica de la economía política. Libro primero. Editorial Siglo XXI, 2017. Sobre el capítulo primero dice el editor: “En la primera edición del tomo I Marx denominó capítulos las subdivisiones que de la segunda edición en adelante llevaron el nombre de secciones. El capítulo I de la primera edición, pues Mercancía y dinero, corresponde a lo que en la segunda edición y siguientes se denominó Sección primera (capítulos I, II y III)” (p. 43).
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: BBC
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