Petro parece haber sacado lecciones valiosas de su periplo como alcalde de Bogotá. La configuración de su equipo de trabajo obedece básicamente a dos criterios: férreas convicciones de vida respecto a promover los cambios y comprobada capacidad de gestión. El origen de los títulos académicos no es lo trascendente, a diferencia de las corrientes predominantes en las últimas décadas en la gestión pública nacional, donde ser egresado de universidades privadas como Los Andes y Sergio Arboleda, era tener medio nombramiento en el bolsillo. Hoy llama la atención la participación tan alta de profesionales con cartones de universidades públicas como la de Antioquia.
Mas que decisiones políticas con la óptica de la izquierda, el gobierno que está proponiendo Petro con su gabinete, refleja el pensamiento del M19 resumido en la famosa frase de Jaime Bateman referida a que la revolución es como “hacer el sancocho nacional”; destacable su mezcla de matices y recorridos con visiones de país diferentes pero posibles de articular en función de las grandes transformaciones. Perder el miedo a los cambios, aceptar el gobierno de los contrarios y construir con los diferentes representa quizás uno de los retos más significativos para el gobierno entrante. Sin embargo, esta frágil luna de miel tiene cruces de vía pedregosos y difíciles de atravesar, entre ellos la reforma rural que necesariamente pellizcará a los tenedores históricos de mega predios improductivos, la implementación del acuerdo de paz con las FARC para el que cada día queda menos tiempo y en general la compleja pero urgente propuesta de paz total, así como una reforma tributaria que favorezca los más necesitados, sin ahogar la clase media ni escurrir hasta secar los más ricos.
Los nombramientos del presidente Petro buscan dar tranquilidad a la economía, ser coherente con la paz y los derechos humanos y responder a la propuesta de un acuerdo nacional, destacando (hasta ahora) que no obedecen a cuotas políticas de los partidos sino más bien a la trayectoria coherente con los fundamentos del gran cambio. Los anhelos de la membresía petrista de hacer parte del ejecutivo serán atendidos, seguramente, después de garantizar un sólido primer anillo al frente del gobierno central. Aunque hay presencia de personas cuyo origen son las regiones, no parece que ese haya sido un criterio por encima de posibilitarle voz a las minorías tradicionalmente relegadas y que hacen parte de los Nadies; adicionalmente, los nombramientos de líderes y lideresas indígenas y afros muestran un sello para enviar mensajes a la comunidad internacional coherentes con el afán de buscar una gran alianza y cooperación global en temas de justicia, cambio climático, drogas y el apoyo para profundizar los acuerdos de La Habana y poder avanzar en otros acuerdos para la desmovilización y sometimiento de estructuras delincuenciales y lograr la pacificación del país, la paz total.
Tareas colosales que implican tocar raíces y cayos.
Jorge Mejía Martínez
Foto tomada de: Noticias RCN
Guillermo says
Excelente lo que hace nuestro presidente Gustavo Petro se les acabó a los ampones uribistas el robo del país y el poder que lo utilizaron para los bonos, ingenuos e idiotas útiles
Sergio says
Todos los nombrados han respetado los diablos del pasado oscuro de la historia de nuestro pais que lo entregan en cuidados intensivos
Luis Uribe says
La gran oportunidad que tenemos los Colombianos de aprender de la DIFERENCIA, cuando respetamos la diferencia aprendemos a Vivir mejor, los nombramientos de ministros de nuestro presidente se enmarcan en la coerencia administrativa de cada uno de ellos, bien venido sea el Cambio Colombia SÍ merece más y mejor.
BEATRIZ ELENA LOPEZ DE MESA says
Estimado Jorge muy acertada tu reflexión. La comparto plenamente. Gracias