Las críticas del Presidente Lula tienen mucho impacto porque se hicieron durante el nombramiento del economista y exministro de izquierda Aloizio Mercadante, conocido por sus posiciones de apoyo a la economía productiva, como director del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, el Banco de fomento más grande de América Latina, que se ha logrado mantener a pesar de los ataques de las fuerzas neoliberales para liquidarlo. Lula no solo destacó la importancia de la Banca Pública para el desarrollo y el crecimiento del país, sino que expresó su preocupación por las trabas que las políticas especulativas del Banco Central les ponen a estos propósitos.
Por su parte, Mercadante aseveró que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil va a promover el progreso, la reindustrialización y la financiación de las pequeñas empresas del país, y de manera complementaria se propone crear un banco de fomento de comercio exterior como los que existen en China, India, EE.UU. y Corea.[iii] Precisamente el Eximbank de Corea abrió oficinas en Colombia el año pasado para atender el apoyo al comercio exterior con los países del área andina.
Otra jugada maestra de Lula fue el nombramiento de la ex presidente de Brasil, Dilma Rousseff, como encargada del Nuevo Banco de Desarrollo del grupo de países que hacen parte de los BRICS[iv]. Recordemos que en la reunión del grupo de los BRICS realizada en el año 2014 en Fortaleza, Brasil, se crearon dos instituciones financieras multilaterales, una es el Nuevo Banco de Desarrollo que tiene como objetivo generar crédito para el desarrollo de infraestructura y del tejido empresarial de los países, y la otra es un Fondo de Reserva con funciones de dar liquidez y protección financiera a los países miembros en casos de crisis. Es claro que el nuevo Banco de Desarrollo le hará contrapeso al Banco Mundial y el Fondo de Reserva o de contingencia al Fondo Monetario Internacional.
Esta nueva arquitectura financiera, que se le contrapone al Banco Mundial y al FMI, las desprestigiadas y vetustas instituciones que se encuentran en la cúpula del decadente sistema financiero occidental, va a jugar un rol muy importante en el proceso de desdolarización de la economía mundial, y en el diseño de un nuevo paradigma financiero y crediticio. Si esta nueva arquitectura se complementa con Bancos Centrales (O Bancos Nacionales) y una banca pública fuerte que dirijan el crédito al aparato productivo de las naciones, para financiar la producción industrial y agropecuaria, el desarrollo tecnológico y la infraestructura de los países, tendremos mayores tasas de productividad de la economía para generar empleos estables y mejor remunerados y garantizar tasas de rentabilidad adecuadas en las actividades empresariales.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, anunció que en la cumbre de los países que hacen parte de los BRICS, que se realizará en agosto del presente año en Sudáfrica, se discutirá la idea de crear una moneda común. En el mismo sentido, Luis Ignacio Lula da Silva, retomando las discusiones en los BRICS, planteó la necesidad de “crear una moneda común en la región de Sudamérica, para dejar de depender del dólar” [v]
El economista ruso Serguéi Gláziev, que fue Consejero del Presidente de la Federación de Rusia y hoy Ministro para la Integración y Macroeconomía de la Unión Económica de Eurasia, es el arquitecto de esta idea que se ha venido impulsando desde el año 2020. Ante la desconfianza que hoy suscita el dólar por las expropiaciones que EE.UU. viene haciendo de las reservas de los países que se salen de la órbita de Washington, se ha visto la necesidad de crear nuevos instrumentos nacionales de pago para dejar de lado la utilización del dólar y el euro en las transacciones comerciales y monetarias internacionales.
El Presidente Lula ha alineado la lucha contra la política especulativa del Banco Central de Brasil con una política internacional, en el marco de los BRICS, para diseñar un nuevo orden financiero internacional que estimule las actividades productivas, la infraestructura y el desarrollo científico y tecnológico.
El presidente Lula tiene claro que, si las tasas de interés superan la tasa de rentabilidad de los negocios, estos irán a la quiebra de manera ineludible, por este motivo la posición del presidente Lula de criticar la política de incrementos de las tasas de interés de los Bancos Centrales, como la tuvo el presidente Petro en Colombia, debe tener el respaldo de los gremios empresariales y del movimiento sindical.
Precisamente el presidente Lula hizo un llamado a los empresarios y a los sindicatos para que hagan parte del debate y presionen al Banco Central de Brasil a reducir las tasas de interés con el propósito de favorecer a los productores nacionales y a la población trabajadora como consumidora de los bienes y servicios que genera la economía. El dinamismo que Lula le ha dado a la alianza de los BRICS, después del estancamiento sufrido durante el gobierno de Bolsonaro, hace prever que tendremos vida más allá de FMI.
El Banco de la Republica de nuestro país, que tiene el mismo enfoque neoliberal y la misma estrategia de incrementos de la tasa de interés como respuesta al proceso inflacionario, debe someterse a un debate público para diseñar un nuevo modelo de banca central que retome las funciones de banca de fomento que tuvo en el pasado. Lamentablemente, desde el mismo gobierno, exceptuando al Presidente Petro, como desde los economistas y políticos alternativos, se tiene una prudencia reverencial frente al Banco de la Republica, y muy pocos se atreven a cuestionar sus políticas neoliberales y la “autonomía” que viene controvirtiendo el Presidente Lula.
Por esta razón saludamos la iniciativa de la Asociación Nacional de Empleados del Banco de la Republica – ANEBRE-, el sindicato de empleados del Banco Central de nuestro país, de realizar un foro internacional en el mes de agosto del presente año, para analizar las alternativas a la crisis del sistema financiero occidental y los impactos en el desarrollo y el bienestar de la población de los diferentes modelos de Bancas Centrales que existen en el mundo. Precisamente en Sudáfrica, y en el mes agosto del presente año, se reunirá el grupo de los países de la alianza BRICS para discutir la idea de una moneda común, diferente al dólar y al Euro, en el comercio internacional.
El sindicalismo se está movilizando tanto en las calles, como conceptualmente. No solo debemos participar en el debate sobre las reformas sociales que se vienen discutiendo en el país, sino en el de la banca central que necesitamos, para incidir en la política monetaria, cambiaria y crediticia que hoy se encuentra por fuera del debate democrático.
____________
[i] El Banco Central de Brasil es un banco independiente o autónomo del gobierno, que hizo parte de las reformas neoliberales que se impusieron en el mundo bajo el supuesto de lograr la estabilidad de precios en la economía. Con estas reformas excluyeron la política monetaria y crediticia, y la política cambiaria de las deliberaciones democráticas.
[ii] https://www.telam.com.ar/notas/202302/619289-lula-banco-central-brasilia-revuelta-ricos-intento-golpe.html
[iii] Los EXIMBANK (Export-Import Bank ) son bancos para apoyar las importaciones y las exportaciones en que han sustentado su comercio exterior los países mas desarrollados.
[iv] Las siglas BRICS hacen referencia al conjunto de países formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Constituye el grupo de los considerados países más adelantados entre los Estados con economías emergentes. Estos países cuentan con el 25% del PIB mundial; el 43% de la población de todo el planeta y movilizan el 20% de la inversión en todo el mundo. Las cifras varían cada año, pero con una tendencia ascendente.
[v] https://actualidad.rt.com/actualidad/456179-cumbre-brics-discutira-idea-moneda-comun
Carlos Julio Díaz Lotero
Foto tomada de: El País Cali
Deja un comentario