A junio del presente año, comparándose con igual periodo del año anterior, la tasa de desempleo cayó casi 2% para ubicarse en el 9,3%; la tasa de ocupación pasó de 56,5% al 58,3%; y la tasa global de participación del 63,7% al 64,3%.
Esta disminución de la desocupación se explica por un crecimiento de la tasa global de participación (TGP) por encima de la tasa de la Población en Edad de Trabajar (PET); y por otra parte al mayor crecimiento de la tasa de ocupación (TO) sobre la tasa de participación. Según el DANE, en junio del año 2023, de una población total de 51 millones, la población en edad de trabajar era de 39,5 millones de personas, y de ésta, 23,05 millones se encontraba ocupada y 2,4 millones desocupada, 419 mil menos frente a lo reportado en junio del año 2022. En el periodo comprendido de junio del 2022 a junio del 2023 se crearon 1,03 millones de empleos, mientras que la población fuera de la fuerza laboral, que es la población inactiva, se ubicó en 14,09 millones, 62.000 personas menos que en junio del año anterior.
En la rama de administración pública y defensa, educación y salud, se crearon 269.000 empleos; en las actividades profesionales, científicas, técnicas y de servicios administrativos, se generaron 266.000 empleos; en transporte y almacenamiento se produjeron 146.000 empleos; en actividades artísticas y de entretenimiento 105.000; en alojamiento y servicios de comida 92.000; y en comercio y reparación de vehículos 88.000. Pero también hubo sectores que perdieron empleo como el de información y comunicaciones con 107.000 puestos de trabajo, y agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca que tuvo una caída de 8.000 empleos. Sectores de la economía real como construcción registraron solamente 2.000 nuevos empleos y el de manufacturas 58.000.
En el cuadro anterior también se puede observar que la mayoría de los sectores asociados a la economía real perdieron participación en el empleo, como son agricultura y ganadería; electricidad, agua gas y desechos (que incluye a la minería); manufacturas y construcción.
Por otro lado, han caído las actividades asociadas al empleo informal como el de trabajador por cuenta propia con una reducción de 14.000 empleos y el de jornalero o peón con una caída de 73.000. Según el DANE, alrededor del 98% de los nuevos empleos fueron formales, lo que redujo la informalidad en 2,5 puntos, al pasar de 58,3% en junio del año 2022 al 55,7% en junio del año 2023. También se presentó una reducción de la brecha de género en el desempleo de hombres y mujeres al ubicarse en 3,9 puntos, con un desempleo de 7,7% para los hombres y de 11,6% para las mujeres.
La información trimestral de abril-junio del DANE también refleja los desequilibrios territoriales que tiene el país en cifras laborales. De un lado muestran a Arauca y Quibdó con tasas de desocupación del 30,7% y de 27% respectivamente; mientras que en el otro extremo se encuentran Leticia y Bucaramanga con tasas de desocupación del 5,5% y 8,1% en su orden. En lo que se relaciona con la informalidad el área metropolitana de Sincelejo tiene la mayor tasa con un 70%, mientras que la de Bogotá es la que registra el porcentaje más bajo con un 32,9%.
El trabajo decente necesita superar el extractivismo y la especulación
El progreso en los indicadores laborales podría relacionarse con un crecimiento económico que ha superado las expectativas a pesar del difícil contexto externo, por la caída del precio del dólar que ha abaratado, sin ser aún lo suficiente, las importaciones de insumos y materias primas que requiere el aparato productivo; y a un crecimiento de la inversión nacional y de la inversión extranjera directa, aunque esta última aún se concentra en las actividades petroleras[i]. Por su parte es importante que el Banco de la República haya dejado la tasa de interés de referencia, aunque sigue siendo muy alta, por segundo mes consecutivo en un 13,25% anual. Esa medida estabiliza por lo menos las tasas de interés y crea condiciones para iniciar un descenso gradual hacia tasas que favorezcan la inversión productiva.
Si bien es cierto que el panorama económico y socio laboral ha tenido alguna mejoría, la sostenibilidad de este proceso va a depender de la capacidad que tenga el gobierno para transitar del modelo de desarrollo extractivista y primario exportador que hoy predomina, hacia un modelo de desarrollo que agregue valor en las manufacturas, con un énfasis cada vez mayor hacia procesos de alta complejidad tecnológica.
En el cuadro anterior se observa que el empleo productivo perdió participación en el empleo total debido a que tuvo un crecimiento del 2,3% frente a un 6,5% del resto de actividades asociadas al sector terciario de la economía.
Un sector que requiere más atención por parte del gobierno es el de la construcción que pasa por un mal momento, y que aporta mas del 7% de la ocupación del país. Pero por la importancia que tiene para la seguridad y la soberanía alimentaria se hace necesario revisar la política agropecuaria, de tal manera que facilite que los logros en la entrega de tierras a campesinos y victimas de la violencia se exprese en una disminución de las importaciones de alimentos que realiza el país.
El gobierno debe aprovechar la caída en el precio y las exportaciones de coca, por la aparición de sustitutos en el mercado de las drogas ilegales, para ayudar a los campesinos cocaleros a migrar hacia la producción de alimentos y a su vez aportar a la generación de nuevos empleos y a la dignificación de sus condiciones laborales.
Por experiencias de países con elevado avance agropecuario, una política agrícola exitosa generalmente requiere de la ejecución de varios componentes interrelacionados que promuevan el desarrollo y el bienestar de la población rural. A continuación, se presentan algunos de los elementos clave que suelen formar parte de una política agrícola efectiva:
- Acceso al crédito agrícola: Proporcionar financiamiento a bajas tasas de interés asequible a los agricultores para inversión en insumos, maquinaria, tecnología y mejoras en la producción. Algo se viene haciendo con el Banco Agrario, pero aún es insuficiente, debido en parte a la equivocada política de incrementos de las tasas de interés, para supuestamente contener la inflación, por parte del Banco de la Republica.
- Fertilizantes. La producción de fertilizantes desempeña un papel fundamental en el desarrollo agrícola y tiene una importancia significativa en la mejora de la productividad, la seguridad alimentaria y el crecimiento económico en el sector agrícola. De los 2 millones de toneladas de fertilizantes que consume el país, 5% es producción local y 95% se importa, y según la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), para tener un mejor rendimiento en el campo se necesitarían 3 millones[ii]
- Precios de garantía y mercado: Establecer mecanismos para garantizar precios mínimos justos para los productos agrícolas, protegiendo a los agricultores de fluctuaciones extremas en los precios para garantizar estabilidad en sus ingresos. Esta función la desempeñó en el pasado el Instituto de Mercadeo Agropecuario -IDEMA.
- Asistencia técnica y capacitación: Ofrecer programas de formación y asesoramiento técnico para ayudar a los agricultores a adoptar prácticas agrícolas modernas y sostenibles, mejorar la productividad y reducir las pérdidas.
- Investigación y desarrollo agrícola: Promover la investigación en técnicas agrícolas innovadoras, desarrollo de variedades de cultivos resistentes y adaptadas al entorno local, y tecnologías que mejoren la eficiencia y la calidad de la producción.
- Infraestructura rural: Mejorar la infraestructura agrícola, como carreteras, sistemas de riego, almacenamiento y transporte, para facilitar la distribución eficiente de los productos agrícolas y reducir las pérdidas postcosecha. El programa de vías terciarias prometido por el gobierno recién empieza, y las carreteras 4G y 5G no son prioritarias en este gobierno porque se quiere potenciar la conectividad aérea, fluvial y férrea[iii]. Pero sobre estas últimas solo hay anuncios.
- Seguridad alimentaria y nutricional: Fomentar la producción de cultivos básicos y nutritivos para abordar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en la población. Recordemos que los cereales que mas importa Colombia son maíz, trigo, arroz y cebada. En cuanto a legumbres las que mas se traen desde el exterior son lentejas, garbanzos, arvejas y frijoles.
- Políticas de gestión de riesgos: Implementar estrategias para gestionar riesgos agrícolas, como seguros agrícolas, programas de mitigación de desastres naturales y sistemas de alerta temprana.
- Desarrollo rural integral: Vincular la política agrícola con políticas de desarrollo rural más amplias, como acceso a servicios de salud, educación, agua potable y otras necesidades básicas.
- Comercialización y acceso a mercados: Facilitar la comercialización de productos agrícolas a nivel local, regional e internacional, fomentando la asociatividad y quebrando las cadenas de intermediación que encarecen los precios finales que llegan al consumidor.
Si bien son importante las expectativas que el gobierno tiene con el turismo, no será este el sector que resuelva de manera estructural el déficit que tenemos en trabajo decente y en la balanza comercial. El núcleo fuerte del desarrollo, del empleo y del trabajo decente se encuentra en las actividades productivas y en el fomento de las creativas en ciencia y tecnología para mejorar la eficiencia de la economía.
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[i] https://www.bloomberglinea.com/latinoamerica/colombia/80-de-inversion-extranjera-que-atrajo-el-gobierno-petro-llego-a-petroleo-y-mineria/
[ii] https://www.larepublica.co/empresas/la-produccion-local-de-fertilizantes-sigue-siendo-baja-y-cubre-solo-5-de-la-demanda-3562683
[iii] https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/12-27-2022-gobierno-priorizara-construccion-de-vias-terciarias-sobre-las-4g
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: CNN en Español
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