Las anacrónicas y rancias expresiones de los pregoneros de la derecha, que se oponen a todo avance socio-cultural, reiteran que tanto el Papa Francisco como el presidente Petro son “comunistas”. Comencemos por afirmar que estas dos personalidades con su religiosidad, no profesan una ideología que propenda por el ateísmo como pensamiento social. Nada más absurdo que solo busca confundir a individuos ignorantes, para distorsionar lo que está en juego, que es el bienestar y libertad de los pueblos. Ellos nunca han propuesto y de seguro que no lo harán, una sociedad sin clases sociales, totalmente igualitarias. Ojalá así lo fuera.
Son defensores del capitalismo. Eso sí, por lo que exponen, con reformas que buscan alcanzar el bienestar generalizado y no la profunda y criminal desigualdad en que vive buena parte de la humanidad. El defender el derecho a una vida digna, no hace a nadie un comunista. El propiciar sociedades más solidarias, más justas y por lo tanto más humanizadas, no significa que haya abrazado el comunismo. Que insistan en avanzar en la construcción de sociedades con plena paz, con justicia socio-ambiental, no representa propuestas comunistas. Dejen de decir tantas babosadas y propongan aquello que conduzca a nuestros países y a la sociedad planetaria en general, a un sistema político y económico, donde prime la solidaridad y no la tramposa “libre competencia” que no es tan libre y solo termina beneficiando a los poderosos en detrimento de las inmensas mayorías. Más de doscientos años acumulados y miren el desastre de este capitalismo salvaje y destructor.
El “coco” del comunismo, solo ha servido para ahuyentar al pueblo del derecho a luchar en colectivo y por lo colectivo y no pretender la de “sálvese quien pueda”, donde siempre termina salvaguardándose el más poderoso por encima de los demás. La dominación cultural e ideológica, sustentada por todos los medios a su disposición, como el aparato educativo, el comunicacional, recreativo y el mismo orden político-administrativo, etc., solo han conducido a crear imaginarios con fantasmas que no conocemos, para aterrorizar a quienes se necesita dominar, es decir al pueblo.
Necesitamos como sociedad, romper las cadenas de un pensamiento caduco y mirar más allá de lo que ellos pretenden permitir. Una revolución socio-cultural y del conocimiento que conlleve a las mayorías a visualizar por si mismas el futuro posible y viable para seguir existiendo sobre la faz de la tierra con una vida digna y en plena libertad. Debemos adentrarnos en el conocimiento para escrudiñar la verdad. Y como aquella famosa frase, “ni un paso atrás siempre adelante”, estancarnos o regresar al pasado significaría muy seguramente la propia extinción como sociedad.
John Elvis Vera Suarez
Foto tomada de: As Colombia
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