El resultado obedece en primer lugar a la imagen favorable del gobernador Carlos Amaya, quien a dos meses de terminar su periodo tiene una favorabilidad del 76%, también sin duda peso de manera contundente la maquinaria y el clientelismo del partido verde y el rechazo al Centro Democrático y a su dirigencia regional. El departamento vivió como nunca antes el efecto negativo de la campaña negra, señalamientos entre los dos candidatos con mayor fuerza, denuncias, desinformación y un sin número de noticias falsas que fueron ajenas a las otras dos campañas, marcaron el debate político para la gobernación.
Si bien es cierto es inmensa la favorabilidad del gobernador saliente, no es menos cierto que su sucesor debe enfrentar problemas muy complejos para el departamento como el endeudamiento en más de $160.000 millones, y las vigencias futuras ya comprometidas por cerca de $40.000 millones; no es menos importante el hecho del excesivo clientelismo que terminó por convertirse en el aspecto más criticado de este gobierno. De otra parte, Ramiro Barragán tendrá la ardua tarea de recomponer el partido Verde después de la profunda fractura entre el Senador Jorge Londoño y el gobernador Carlos Amaya y de mantener la favorabilidad de cara a las elecciones de Congreso.
La alianza entre el Partido Verde y el Partido Liberal ha resultado exitosa hasta ahora, tanto en el tema electoral como el burocrático, el representante liberal a la Cámara, Rodrigo Rojas, heredero político del ex senador Plinio Olano y el representante también a la Cámara por el Partido Verde, Wilmer Leal, han conformado la dupla que maneja el clientelismo y la maquinaria en el departamento, ambos obviamente con aspiraciones al Congreso en el 2022 lo que se constituye en un obstáculo para la gobernabilidad de Barragán, quien es visto hasta ahora no como sucesor de Carlos Amaya, sino como la continuidad de su gobierno en cuerpo ajeno.
En cuanto a la alcaldía de Tunja, tampoco hubo sorpresa, la alianza del Partido Liberal con el Partido Conservador y ASI, en cabeza del médico Alejandro Fúneme, quien aspiraba por segunda vez a la alcaldía, resultó la fórmula ganadora, desde que inició la campaña Fúneme se mantuvo primero en las encuestas, obtuvo 24.429 votos, el 34.70% del total, seguido por Jhon Carrero del Partido Verde, con 21.090 votos, el 25.05% , el abogado Pedro Suárez Vacca, de la coalición UP, Mais, Polo Democrático y Colombia Humana, obtuvo la mayor votación en el historia de Tunja de una propuesta alternativa con 12.056 votos, el 14.32% ; Rafael Acevedo, ex secretario de infraestructura del municipio, inscrito por el movimiento Coalición Tunja Productiva, 6.985 que equivale al 8.27%; Mery Johana González , del Partido Centro Democrático con 3.600 votos, el 2.57% , Marlén Fuerte por Colombia Renaciente quien había ocupado hace unos años una curul el en Concejo de Tunja, 2.169 votos, el 2.57%, el actual concejal por el partido de la U, 1.687 votos, el 2.0% y por último, Jorge Moreno por el ADA, 737 votos, el 0.87%.
Como en el resto del país en Boyacá y en Tunja las sorpresas las dieron las alianzas y la aparición de partidos y movimientos avalando candidaturas. Se mantuvo la alianza entre el Partido Verde y el Partido Liberal para la gobernación, sin embargo, para la alcaldía el partido Liberal se va en coalición con el partido Conservador, partidos como ADA, Colombia Renaciente y Coalición Tunja Productiva no habían hecho presencia antes en Boyacá, ni en Tunja. Este fenómeno demuestra, que la política carece de un sustrato ideológico que no solo empobreció el debate político, sino que convirtió la actividad electoral en una feria publicitaria en la que las grandes ausentes fueron las propuestas.
En esta contienda electoral vimos los boyacenses atónitos una verdadera danza de millones, el uso de helicóptero por parte de los dos candidatos que ocuparon el primer y segundo lugar a la gobernación, una verdadera invasión de vallas publicitarias por parte de casi todos los candidatos, desde afiches, llaveros hasta mercados, almuerzos, refrigerios, buses al servicio de varias campañas y pagos de $ 40.000 por el proselitismo el día de elecciones . En esta ocasión, Boyacá ocupó el puesto 5 con más candidatos inscritos a nivel nacional y el puesto 4 en candidatos inhabilitados para estas elecciones lo que demostraría que la política no escapa a la trivialización y se ha convertido en una posibilidad de empleo.
Son enormes los retos para Boyacá después de esta contienda cuyos resultados demuestran la efectividad de las maquinarias, del clientelismo de nuevos “encomenderos” y una ciudadanía cada vez más corrupta que ve en la contienda electoral una oportunidad de negocio. De otra parte, los ganadores de la contiendan ven el 27 de octubre como el día 1 de la campaña para presidencia y Congreso lo que hace pensar que la gobernabilidad quedará sujeta a la obtención de este fin y no a la resolución de los problemas de los territorios. Esto se convierte en el arma de doble filo para quienes asumen esta responsabilidad, hay muchas expectativas particularmente en lo que a la gobernación se refiere, sin duda, el gobierno de Carlos Amaya deja un punto muy alto para su sucesor. Amaya imprimió su estilo de gobierno y su carisma en cada obra y en cada acto de gobierno, comparado por muchos analistas con el legendario Jorge Perico Cárdenas por su olfato y habilidad política, lo que lo convirtió en un personaje asertivo en las decisiones políticas como lo demuestran los resultados.
En cuanto a Tunja, que hace mucho dejó de ser la hidalga y culta ciudad, no se tienen mayores expectativas con el alcalde Alejandro Fúneme, la ciudad hace mucho enfrenta el grave problema de desempleo que alcanza cifras muy superiores a la media nacional, alcanzando casi el 20%, a excepción del candidato Pedro Suárez Vacca, ningún otro candidato hizo propuestas claras y posibles frente a este tema, prima el concepto de pauperización del empleo atrayendo la inversión de grandes superficies con enormes incentivos tributarios que no han redundado en mejorar la calidad de vida de los tunjanos, por el contrario, ha traído consigo un precio especulativo del suelo, la degradación de zonas urbanas en las que no se mejoran vías de acceso, no existen andenes y se generan problemas de movilidad.
Encontrar la vocación de la ciudad es la única forma de dinamizar la economía local y hacer de Tunja una ciudad competitiva a nivel nacional e internacional, una ciudad que concentra un gran número de colegios y universidades y que hoy no cuenta con una biblioteca pública, con un complejo de servicios culturales y académicos, con una infraestructura que potencialice un proyecto de turismo religioso, cultural y académico está lejos de superar sus problemas de desempleo, pobreza, etc. Todo apunta a que las soluciones no vendrán en este cuatrenio.
Para terminar, Boyacá que ha sido un departamento tradicionalmente conservador demostró una vez más que se ha venido transformando, fue el único departamento del centro del país en el que ganó el SI en el plebiscito, ganó ampliamente la consulta anticorrupción y la derrota del Centro Democrático , el partido Conservador, Cambio Radical, partido de la U fue contundente. Estrenamos entonces el clientelismo y la maquinaria de un partido “alternativo”, lo que confirma el éxito de estas prácticas políticas.
________________________________________________________________________________
María Clemencia Torres
Foto obtenida de: https://caracol.com.co/
Deja un comentario