enojado y quiere el cambio. Y tiene razón.
Hoy, mientras a los muy ricos les va de maravilla, 60 por ciento de los estadunidenses viven al día y tenemos más desigualdad de ingreso y riqueza que nunca. Resulta increíble, pero el salario semanal real, ajustado a la inflación, del trabajador estadunidense promedio es más bajo hoy que hace 50 años.
Hoy, pese a una explosión de la tecnología y la productividad del trabajador, muchos jóvenes tendrán un nivel de vida peor que el de sus padres. Y muchos de ellos se preocupan de que la inteligencia artificial y la robótica empeoren aún más su situación.
Hoy, pese a tener un mucho mayor gasto per cápita que otros países, seguimos siendo la única nación rica que no garantiza la atención a la salud para todos como un derecho humano, y pagamos, con mucho, los precios más altos del mundo por los medicamentos de prescripción. Somos la única de las grandes potencias que ni siquiera podemos garantizar licencias médicas y familiares.
Hoy, pese a la fuerte oposición de una mayoría de estadunidenses, continuamos gastando miles de millones de dólares en financiar la guerra sin cuartel del gobierno extremista de Netanyahu contra el pueblo palestino, que ha conducido al horrible desastre humanitario de desnutrición en masa y hambruna de miles de niños.
¿Los grandes intereses económicos y los consultores bien pagados que controlan al Partido Demócrata aprenderán alguna lección real de esta campaña desastrosa? ¿Entenderán el dolor y el aislamiento políticos que decenas de millones de estadunidenses están experimentando? ¿Tendrán alguna idea de cómo podemos enfrentar a la cada vez más poderosa oligarquía que tiene tanto poder económico y político? Probablemente no.
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Bernie Sanders es senador independiente por el estado de Vermont. Esta declaración fue distribuida entre sus partidarios poco después de que se anunció el resultado de las elecciones.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/11/08/opinion/no-deberia-ser-gran-sorpresa-9161
Foto tomada de: Fortune
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