En Estados Unidos, el país del derroche y la “abundancia”, oficialmente, el propio gobierno declara que existen más de 41 millones de personas que viven por debajo de la línea de la pobreza. Vivir por debajo de dicha línea, significa que los ingresos que percibe la familia no cubren los gastos normales de la misma, por lo que es necesario que tenga limitaciones en cuanto a lo que adquiera, o que la calidad de lo adquirido no sea la mejor.
Algunas familias deciden dejar de utilizar el automóvil o venderlo, mudarse a un vecindario de menor categoría y en algunos casos que sus hijos dejen los estudios y traten de buscar trabajo. Sobre la situación de los pobres en Estados Unidos acabo de leer un artículo de Alex Henderson, publicado en AlterNet, titulado “En Estados Unidos ser pobre puede costar una fortuna” del que tomaré unos datos para trasladarles la situación en que viven los pobres en dicho país.
Aquellos que tienen su cuenta bancaria en el Bank of America, que no tengan un saldo mayor de 1,500 dólares o reciban un depósito mensual mayor de 250 dólares, tendrán que pagar 12 dólares mensuales por el mantenimiento de la cuenta. Solamente las personas de más bajos ingresos pudieran confrontar una situación como esta, aunque muchos no poseen una cuenta bancaria, pues nada o muy poco tendrían en la misma.
En cuanto a la alimentación, una investigación realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, determinó que los alimentos más saludables cuestan como promedio 1.50 diario más caros que los menos saludables. Regularmente las familias obres compran los menos saludables, regularmente enlatados, que contienen gran cantidad de sustancias preservativas, sal, azúcar y otros productos químicos. Esto les ayuda en el ahorro de dinero, pero provoca serios problemas de salud como diabetes, problemas cardiacos, obesidad y cáncer.
Los que deciden mantener un auto, por lo regular tiene que pagar un seguro con tarifas más altas, pues el auto no es de los más modernos y el riesgo de accidente es mayor. Estudios realizados por Pro Publica Consumer Report sobre el costo del seguro de auto en California, Texas, Illinois y Missouri encontraron que el costo era mayor un 30 por ciento en áreas donde predominantemente habitaban personas de razas no blanca.
Los pobres tiene mayores dificultades para que un banco o una empresa de seguros le conceda un crédito o le sirva de fiador para comprar un auto, alquilar un apartamento, abrir un negocio y hasta para obtener un empleo. Un pobre tiene mayores posibilidades en el 2017 de mantenerse pobre que en los años 50 y 60 del siglo pasado, de acuerdo con el estudio realizado por Raj Chetty y un grupo de economistas. En el 2016 una persona de 30 años de edad ganaba menos que lo que ganaron sus padres cuando tenía esa edad, en esto tiene un lugar importante la inflación existente.
La situación interna no solamente ha provocado que los pobres se encuentren en una situación con poca esperanza de mejorar su nivel de vida sino que también ha traído como consecuencia que un sector de la clase media cada día esté más cercano a la pobreza.
La diferencia entre los ingresos del 1 por ciento de la población y el 99 por ciento, cada día es mayor. El costo de la medicina y los servicios médicos se mantiene en un nivel que resulta prohibitivo para un número importante de los ciudadanos. El poder garantizar a los hijos una educación de calidad cada día resulta más caro, en especial la universitaria. Los pobres viven en los peores lugares, edificios derrumbándose, sin calefacción, en pésimas condiciones higiénicas, donde nuca se recoge la basura, pues el lugar es en si un basurero.
Mientras todo esto sucede el presupuesto del Pentágono continúa creciendo. Cosas de la “democracia representativa” y de los políticos, que tienen inscrito en el salón plenario del Congreso la frase “IN GOOD WE TRUST”.
¿Será Dios el que les impide mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos?
6 de febrero del 2018.
NESTOR GARCIA ITURBE: Editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)
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