1. Salario e inflación
Es usual afirmar que el aumento del salario se manifiesta en mayor inflación. Esta apreciación no es completamente cierta. Sin duda, aumentos excesivos en el salario pueden llevar a crecimientos de los precios. Pero la dificultad es determinar el significado de “excesivo”, ya que si el salario sube, las empresas se ven obligadas a mejorar la productividad, y ello se manifiesta en menores costos y, por tanto, en menor inflación.
Con razón, los sindicatos insisten en que el salario se tiene que fijar en función de la inflación pasada, y no de la inflación esperada. Se busca que la capacidad de compra de los trabajadores no se vea afectada. Desde otra perspectiva, se dice que a estimación del salario mínimo en función de la inflación esperada evita la indexación de la economía porque contrarresta las tendencias inerciales de la inflación. De allí se concluye que para romper las tendencias inerciales de la inflación, la negociación salarial debe realizarse en función de la inflación esperada y no de la inflación efectiva.
En Colombia la inflación tiene un alto contenido inercial. Para romper es tendencia es necesario actuar simultáneamente en varios frentes. La relación entre los precios y los salarios apenas es uno de ellos. Por esta razón los autores más ortodoxos proponen fijar el salario en función de la inflación futura y no de la inflación pasada. Los avances que se consigan en este campo, aunque son importantes, por sí solos no garantizan la ruptura con la inflación inercial. Una política integral de lucha contra la inflación también debe abarcar los frentes cambiario, de finanzas públicas, productividad, etc.
La confiabilidad en la meta de inflación definida por las autoridades monetarias es determinante para romper la inercia inflacionaria. La meta irá siendo más creíble a medida que vaya disminuyendo el desfase entre las inflaciones esperada y efectiva. Por esta razón la meta de inflación debe ser lo más realista posible.
Además de combatir la inercia inflacionaria, el salario mínimo aprobado debe estimular la competitividad y la productividad. El reto de la política económica radica en articular las dinámicas, de tal forma que las metas intermedias no vayan en contravía de los propósitos finales. La preocupación por la forma como deben armonizarse los objetivos intermedios y finales es uno de los temas más apasionantes de la teoría y de la política económica.
El salario depende de la demanda, de la producción y, entre otras variables, de los precios. No se puede caer en la visión ingenua que establece una relación mecánica y unilateral entre precios y salarios. Al explicitar la importancia de factores estructurales como la productividad y la competitividad, se reconoce la complejidad de la lucha contra la inflación. Por consiguiente, no debe esperarse que la inflación se reduzca de manera continua y lineal. El proceso es discontinuo.
2. Salario y productividad
Además de la inflación, ha sido tradicional considerar que el salario también debe considerar los cambios en la productividad. Se ha aceptado que el criterio sea la productividad total de los factores (PTF), o productividad multifactorial, que es estimada por el Dane[*].
La PTF da cuenta de aquella parte de la productividad que no es explicada directamente por el capital y el trabajo. Solow[†] la llamó la de manera muy genérica “cambio técnico”, y como su significado preciso no es claro, el autor también afirmó que la PTF es la expresión de “nuestra ignorancia”. Es decir, del misterio que logra que la misma combinación de capital y trabajo, en algunos casos sea exitosa, y en otros un fracaso. El “espíritu empresarial”, en la visión schumpeteriana, potencia la relación entre capital y trabajo, y hace que unas empresas sean más exitosas que otras. A la PTF también se la conoce como “el residuo de Solow”[‡]. En general, se acepta que para estimular la productividad y la competitividad de las empresas, el salario mínimo debe incorporar las mejoras en productividad. La forma como interactúan los salarios, los precios y la productividad, sigue siendo motivo de polémica entre los economistas.
Como toda medida, la PTF no es perfecta. La estimación econométrica de la PTF obliga a establecer numerosos supuestos sobre la forma y las características de la función de producción. En concreto, sobre el tipo de residuos. Esta es una de las razones que explica por qué los investigadores llegan a resultados tan diferentes.
Además de la PTF, en la mesa de negociación se están discutiendo otras aproximaciones a la productividad. La productividad media del trabajo (PMT) es igual a la relación entre el producto y el número de personas empleadas. Esta es una medida agregada y sencilla de calcular. Además, tiene la ventaja de que la información básica es producida regularmente por el DANE. Tiene el inconveniente de que en razón de su naturaleza agregada, es muy difícil hacer una adecuada interpretación de su tendencia. Un aumento de la productividad puede deberse, sencillamente, a un efecto precios.
3. Salario mínimo y política fiscal
La literatura ha estudiado con cierto detalle el problema de la combinación óptima de las políticas monetaria y fiscal. Un gobierno que trate de realizar, conjuntamente, políticas expansivas de corte fiscal y monetario, genera presiones contradictorias. Mientras que la política fiscal expansiva hala la tasa de interés hacia arriba, la política monetaria expansiva la reduce. Estas fuerzas contrarias causan tensiones que fácilmente echan al traste los objetivos finales del gobierno.
Desde esta perspectiva global, es fundamental que haya una buena coordinación entre el gobierno y las autoridades monetarias. La Junta Directiva del Banco de la República ha centrado su atención en el impacto monetario de la intervención esterilizadora. El énfasis que se le ha dado a las relaciones estrictamente monetarias (cantidad de dinero, interés nominal, tasa de cambio), ha relegado a un segundo plano el examen de los vínculos que existen entre los instrumentos monetarios y algunas variables reales que son claves, como la producción y el empleo.
El manejo de las variables monetarias debe hacerse teniendo presente su impacto sobre la productividad y la competitividad. La estabilidad monetaria del salario está directamente asociada a las condiciones que se presentan en el seno de la producción. No es pertinente, entonces, desligar la lucha contra la inflación de los determinantes estructurales de ésta.
______________
[*] DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO NACIONAL DE ESTADISTICA, Dane., 2022. Productividad Total de los Factores (PTF). Año Base 2015. Nota Metodológica, Dane, Bogotá.
[†] “Se advertirá que estoy empleando la frase “cambio técnico” como expresión abreviada de cualquier tipo de desplazamiento de la función de producción. En consecuencia, aparecerán como “cambio técnico” las recesiones, las recuperaciones, los mejoramientos en la educación de la fuerza de trabajo, y toda suerte de cosas” (SOLOW Robert., 1957. “Technical Change and the Aggregate Production Function”, Review of Economic and Statistics, vol. 39, no. 3, aug., pp. 312-320, subrayado nuestro). No obstante los avances que se han hecho en los últimos años, todavía no sabemos cuáles son toda ésa “suerte de cosas” a las que hace referencia Solow.
[‡] “A pesar del trabajo detallado de Denison y otros, sólo poseemos un conocimiento muy limitado de los determinantes de dicho residuo, de por qué es mayor en algunos países que en otros, o de por qué crece más en unos períodos que en otros” (BLANCHARD Olivier., FISCHER Stanley., 1989. Lectures on Macroeconomics, MIT Press, Massachusetts, 1993, pp. 4-5).
Jorge Iván González
Foto tomada de: El Dorado Radio
Deja un comentario