El coronavirus, el cierre de los mercados mundiales y la superproducción de petróleo no auguran nada bueno para Colombia. Es el resultado de siglos de ejercicio depredador de la naturaleza como colonia española y luego 200 años de república, siguiendo una tradición muy española de vivir de lo que la naturaleza alberga hasta agotar el recurso natural. Con la crisis petrolera mundial su reflejo en Colombia hace inviable esta industria, porque para serlo el país requiere precios por encima de US$ 30 por barril y si toma el camino del fracking un incremento de US$ 15, esto es a US$ 45.
Los precios del petróleo ya estaban a la baja antes de la aparición de la pandemia y esta los condujo al colapso. Sabiendo esto el Gerente de Ecopetrol contrató -primer error- un crédito de US $ 2.000 millones que parece más bien una venta anticipada de la joya de la corona del presupuesto nacional. Porque, cualquiera se puede preguntar, en estas condiciones de crisis de la industria de donde va a sacar la plata para pagar el compromiso. Y un segundo error garrafal, el mismo gerente anunció continuar con la aplicación de la técnica del fracking, lo cual conduciría a la quiebra a la empresa que no tiene como producir a pérdida. Amen de los daños colaterales. Para engatusar a la población el gobierno estableció las cifras del presupuesto con base en un precio imaginario de US $60 el barril.
Petróleo y gas mueven al mundo
Petróleo y gas proporcionan alrededor del 60 % de la energía que mueve al mundo, afrontan una guerra de precios entre los tres grandes productores mundiales Estados Unidos de Norteamérica, Arabia Saudita y Rusia, en la cual los tres sobrepasan cada uno la producción de 10 millones de barriles por día. Las cifras han provocado que los estadounidenses pasarán de importadores netos de petróleo en los últimos diez años, a exportadores netos y primer productor mundial; Arabia Saudita diseñó planes de diversificación económica con base en petróleo a US $60 por barril, ingresos que le representan el 90 % de su vida económica; promovió la cartelización de la industria cuando logró conformar junto a otros diez países la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que llevó los precios arriba de US $100 el barril y engolosinados estimularon más la producción, hasta que una notoria superproducción comenzó a hacer declinar los precios, y más pronunciada, cuando China el primer consumidor mundial comenzó a disminuir su patrón de crecimiento y por tanto las compras de petróleo que habían alcanzado ya los 30 millones de barriles, 1/3 de la producción mundial. En medio de esta situación la pandemia de coronavirus condujo la vida económica del mundo a la peor recesión conocida de la historia humana cuyos efectos sobre la economía global son devastadores. En este momento el precio del crudo de enero de 2020 a esta parte ha caído en un 60% y su tendencia es seguir a la baja, porque la disminución de la demanda en abril ha sido siete veces mayor que la vivida luego de la bancarrota financiera de la crisis 2008-2009.
No cabe duda que una crisis de esta magnitud afectará más temprano que tarde los mercados financieros a nivel global, puede serlo cuando los petroleros de esquisto-fracking de USA salgan del mercado, que por estar altamente endeudados, sumirán al mundo en depresión económica que hará más frágil el equilibrio geopolítico mundial, en particular de la región del medio oriente, de donde ya los norteamericanos se encuentran en retirada luego de librar varias guerras perdidas en Afganistán, Irán, Irak y Libia estos tres últimos países miembros de la OPEP.
En medio de la convulsionada situación Trump habló con su homólogo el ruso Putin y luego con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salam y anunció la reducción coordinada de la producción, con la salvedad de que Trump fue ambiguo en sus declaraciones, que no era efectiva, pero de todas maneras creó una calma que provocó una alza de precios y como no se conocieron cuáles fueron las bases del acuerdo, más se demoraron en anunciarlo que ya de nuevo los precios estaban por el suelo, pues Rusia anunció que no aceptaba el acuerdo porque solo favorecía a los Estrados Unidos haciendo conocer que incrementaría su producción en 300 mil b/d y la inmediata respuesta de Arabia Saudita de elevar el triple de Rusia e inclusive reorientó varios de sus barcos petroleros con destino a Asia hacia los Estados Unidos de Norteamérica a donde en estos días deben llegar, provocando una caída de los precios a futuro en términos negativos, es decir pagaban porque no les entregaran el petróleo.
Según los especialistas, la concurrencia de estos acontecimientos es de extrema significación, al punto que contemplan un nuevo escenario que lo consideran un “giro geopolítico”, que en concepto del antiguo y perspicaz de los jefes de la diplomacia y la política estadounidense, Henry Kissinger le manifestó al Wall Street Journal el 3 de abril presente, que “La pandemia del coronavirus alterará para siempre el orden mundial” (s.m.) y se pregunta, ¿si, un país dividido como los Estados Unidos, será capaz de liderar la transición a un orden posterior al coronavirus.”
Montaña rusa de precios
La caída de precios del petróleo inicio en 2014 como efecto de la superproducción y tuvo una pausa en 2016 cuando la OPEP logró sumar a sus once socios, nuevos aliados, siendo el principal Rusia se denominaron OPEP+. No hay que olvidar que Arabia Saudita y Rusia han sido toda la vida rivales en el mundo del petróleo, pero de todas maneras el acuerdo le posibilitó a Rusia acercarse a los sauditas lo cual produjo el inicio del giro geopolítico.
Pero llegó el coronavirus y mandó a parar. China cerró de un momento a otro sus importaciones de crudo que de inmediato rompió la alianza ruso-saudita y la demanda cayó en 6 millones de b/d, ante lo cual los dos colosos energéticos se reunieron para buscar una respuesta, que puso de manifiesto un hecho diciente: Rusia había calculado al igual que Colombia el presupuesto en base a petróleo a US $42 por barril y Arabia Saudita esperaba precios de US $80 para el mismo cálculo presupuestal. La aspiración de los sauditas consistía en lograr recortes muy fuertes en la producción para sostener el precio elevado, pero Putin se mostró reacio y propuso alargar el pacto OPEP+ hasta junio y luego replantear las cosas y esto condujo a paralizar el pacto, pues la posición saudita no fue aceptada por Rusia, en tanto que, tendía un primer salvavidas a los USA, cuyo fuerte es la producción de esquisto por fracking, ya dijimos más costosa que la extracción tradicional, no puede soportar precios bajos y si el gasto corría por cuenta de Rusia y Arabia Saudita el beneficiado serían los norteamericanos, lo cual condujo a una mayor sobreproducción, pues ante la baja del precio los rusos y sauditas buscaron escapar de los menores ingresos aumentando producciones. De ahí en adelante todos los días las noticias indican unos días de bajas y otro de alza en una verdadera montaña rusa de precios.
Según especialistas lo que se avecina es un “sunami petrolero”, de cientos de buques tanque repletos, estacionados frente a los puertos que no tienen donde desocuparlos, pues los lugares de almacenamientos están repletos. Y este reto amenaza que si la pandemia se extiende en el tiempo pueda llevar a la nada la industria. Esto porque si bien Arabia Saudita y Rusia producen a menores costos que los demás productores, hay otros que cuando los precios están por debajo de los costos de producción se ven precisados a cerrar la producción. Para Colombia en vía de previsión se recomendaría a las bancadas parlamentarias en particular a las progresistas, que ejerzan el control político y obliguen a Ecopetrol en cabeza de su gerente a rendir cuentas.
Los más perjudicados con esta situación son los petroleros estadounidenses a quienes la situación obliga a suspender sus exportaciones -que por lo demás están reguladas- y en el argot petrolero se dice que cuando un país renuncia a una cuota del mercado, lo hace para siempre. Este sería un segundo factor de reducción del papel estratégico de EE.UU. en el mundo. En el estado petrolero de Texas han despedido unos 50.000 trabajadores y organismos especializados como IHS Markit calculan que la producción estadounidense podría verse reducida a unos 3 millones de barriles al día, de acá a diciembre, lo que pone en riesgo 2.5 millones de empleos que hay en la industria de fracking de ese país.
Cambios estratégicos
Calmar los mercados no es tan fácil y todo indica que EE.UU. está moviendo los hilos por medio de influyentes senadores que son quienes dan el pase a la venta de armas a los sauditas: 13 senadores republicanos han manifestado su intención de vincular los lazos entre USA y Arabia Saudita a la política petrolera saudí, como fue “bajar los precios del crudo y aumentar la capacidad de producción”, que amenaza con poner esta relación en entredicho y que “sería difícil de preservar”. Al otro día se vieron los primeros efectos, según AP (07/05/2020) “El funcionario dijo que la decisión de eliminar dos baterías de misiles Patriot que estaban protegiendo instalaciones petroleras en Arabia Saudita, junto con otros sistemas de defensa aérea y cazas a reacción. La decisión redimensiona la presencia estadounidense en Arabia Saudita pocos meses después de que el Pentágono comenzara una acumulación militar allí para contrarrestar las amenazas de Irán. Alrededor de 300 soldados que destacan las dos baterías también abandonarían Arabia Saudita, según el funcionario, que habló a condición del anonimato para discutir operaciones militares sensibles … La medida se produce cuando Estados Unidos ha enviado sistemas Patriot a Irak para proteger allí sus tropas y aliadas, que fueron objeto de un ataque con misiles iraníes a principios de este año. El Ejército tiene un número limitado de sistemas, y rutinariamente deben ser traídos a casa para mejoras.”
Otras dos baterías Patriot que se encuentran en la región de Oriente Medio también se dirigen a casa a los Estados Unidos, en una redistribución planeada para mantenimiento y mejoras, lo cual no deja de ser un eufemismo. “Pues, no está claro si la disputa petrolera en curso o la lucha para repartir los codiciados sistemas Patriot fue el factor clave en la decisión de Estados Unidos de sacar los sistemas del reino. Preguntado sobre la medida del jueves, el presidente Donald Trump dijo: “Estamos haciendo muchos movimientos en el Medio Oriente y en otros lugares. Hacemos muchas cosas en todo el mundo, militarmente nos han aprovechado en todo el mundo”, en una clara alusión a los sauditas con sabor de represalia, que de hecho, acerca los sauditas a Rusia para equiparse con los sistemas de defensa rusos que por demás ya están en Irán, Turquía y Siria. Terminando por debilitar aún más la posición geoestratégica de los EE. UU, en medio oriente.
Algunos senadores republicanos advirtieron a finales de marzo que si Arabia Saudita no cambia de rumbo, se arriesgaba a perder el apoyo de defensa estadounidense y enfrentar una serie de posibles “palancas de artesanía estatal”, como aranceles y otras restricciones comerciales, investigaciones y sanciones.
El viejo orden internacional posterior a la Segunda Guerra mundial ha dejado de funcionar. Uno de los signatarios del viejo orden Inglaterra ya se aseguró la salida. En un nuevo orden EEUU no podrán ser puestos a un lado, pero entra muy debilitado y su aspiración hegemónica ha muerto y Rusia entra débil pero no quedará por fuera. ¿Cuál será el papel del nuevo jugador China? Lo ha repetido: juegan al multilateralismo. El Nuevo orden no será el resultado de una guerra, sino de una pandemia que aceleró lo que ya era inevitable : volver a encender los pozos de petróleo es más complicado que cerrarlos (Bloomberg)
El problema es que mientras Moscú y Riad puede forzar a sus empresas petroleras a decirles cuanto petróleo pueden producir dado su carácter estatal, Washington no tiene esa opción. Solo tiene la posibilidad de ofrecer acumular unos 700.000 barriles por día en sus reservas estratégicas, para lo cual requiere autorización del congreso; por demás, en los estímulos monetarios de US $ 2.000 billones que le autorizaron a Trump, no están los 3.000 billones de dólares que la operación dicha requiere. Además, la regulación de la producción en USA depende de la Comisión de Ferrocarriles de Texas una especie de segunda Asociación del Rifle. En estas condiciones lo que se espera de la situación es que empeore con el trascurso de los días, de ahí el denodado empeño de Trump en reactivar la vida de los Estados Unidos a “como dé lugar”. De hecho, sino prefiere a los petroleros su aspiración presidencial está perdida.
Nuevas condiciones de la producción
La situación actual del petróleo no es la misma que hace 50 o 100 años. El País de España trae estos datos reveladores:
“En 1900, con la energía equivalente de un barril de petróleo se podían extraer en EEUU más de 100 barriles de petróleo. Sin embargo, según estimaciones de Tasa de Retorno Energético (TRE), hoy en día con la misma cantidad de energía se obtienen menos de diez barriles en los pozos de este país… En China, por ejemplo, en el campo petrolífero de Daqing, los investigadores estiman que la TRE del petróleo se ha reducido de 10 en el año 2001 a 6. Mientras que en Noruega, la tasa habría bajado hasta ahora a 40. Según Hall, por lo general, la TRE del petróleo se encontraría hoy en la mayoría de los países entre 10 y 30.”
En tales condiciones los Estados Unidos apelaron al fracking cuando los precios estaban por encima de US$ 80/b lo cual produjo el renacimiento de su industria petrolera generando cientos de miles de empleos. Empresas que se encontraron con el problema de que no producen ganancias según estudios de la Consultora Rystard Energy “ nueve de cada diez tienen que invertir sus ingresos en nuevas prospecciones, por que a diferencia de las explotaciones tradicionales el esquisto o fracking es de corta duración (18 a 24 meses) lo cual, obliga a hacer nuevas prospecciones y “es una industria endeudada hasta los huesos, que vive del crédito y en numerosos casos requiere precios cercanos a los 50 dólares el barril para ser sostenible.”
La agencia Axios (06/05/20) informa: “Y habrá un número considerable de quiebras, reestructuraciones que tendrán que suceder, porque gran parte de la producción se está cerrando”. Un ejemplo de lo negativa que es la producción de esquisto es Argentina y su yacimiento Vaca Muerta (que hace honor a su nombre) desarrollado con esta técnica. Acaba de anunciar que: “Argentina está considerando los planes para establecer los precios locales del petróleo en US$ 45 por barril, casi un 30 por ciento más altos que los precios internacionales del crudo Brent, en un esfuerzo por hacer que un vasto desarrollo de esquisto en la Patagonia sea económicamente viable. (Concejo de Relaciones Exteriores 08/05/2020) Esta solución coloca a los consumidores locales de gasolina como en Colombia a pagar los mayores costos, o sea un subsidio a los productores de gasolina pagado por el precio del combustible como si fuera un impuesto más. Para las compañías mas endeudadas no les queda otra alternativa que declararse en quiebra, según los analistas del Texas Energy Institute. “Se están aprovechando de la pandemia de coronavirus que recorre el mundo para apuntar a esta industria y devastarla”, dijo hace unos días Harold Hamm, presidente de Continental Resources. Hamm es uno de los grandes barones del petróleo estadounidense, donante de Trump y uno de sus asesores económicos. Su compañía perdió el lunes más de la mitad de su valor en bolsa.” Según los analistas de Moody Investors System el sector tiene una deuda exigible en los próximos cuatros años de mas de US$ 200.000 millones. Cuando venzan los contratos a futuro del resto de este año, JP Morgan considera que las “quiebras aumentarán” a por los menos un 24 % de las firmas y a un 42% si se consideran las empresas que prestan servicios de exploración y producción.
Había la esperanza que en la reunión del G20 que acaba de sucederse y que estuvo presidida por Arabia Saudita, los Ministros de Energía alcanzaran algún acuerdo, pero no fue así. Y esto porque el Texano George Mitchell un inventor del fracking, un aventurero que vive al día y su invento fue exitoso con precios de US$ 80/b para arriba, pero en una situación como la actual, productores como Arabia Saudita que le cuesta entre US$ 1 US$ 3, extraer un barril de petróleo, lo mismo que Irak e Irán, en tanto que a Williston le cuesta U$ 40/b y el de las arenas bituminosas de Canadá está por los US $ 80 razón por la cual Canadá clausuro esta producción hace meses. Los efectos están a la vista: Arabia Saudita decidió reducir el subsidio por costo de vida a partir de junio y aumentar el IVA del 5% al 15% a partir del 1 de julio … el déficit presupuestario alcanzará un récord de $ 112 mil millones este año. Un importante funcionario real dijo que el país tendría que pedir prestados $ 60 mil millones este año para cubrir el déficit presupuestario. Si esto sucede a los sauditas con costos de US $1-3 ¿qué puede esperar a Colombia con costos de US $ 30-45? Este panorama no cuenta con que están por entrar 1 millón de barriles más de Irán cuyo comprador principal es China y ¿a qué precio.?
Las noticias confirmaron que “Whiting Petroleum solicitó protección por bancarrota el 1 de abril, convirtiéndose en la primera compañía de exploración y producción notable en desmoronarse bajo precios más bajos del crudo. El productor pérmico Callon Petroleum y Chesapeake Energy contrataron recientemente asesores de reestructuración y Moody’s rebajó la calificación crediticia de Occidental Petroleum a la basura.” El premio Nobel Paul Krugman denunció hace una semana que “Las empresas líderes han perdido un promedio del 45% de su valor desde que comenzó la crisis del coronavirus y están exigiendo rescates gubernamentales, compras y reducciones regulatorias que eliminan las protecciones ambientales.”
Efectos en Colombia
Los analistas temen que la caída pueda destruir las economías de países dependientes del petróleo como Nigeria y Angola. En países en la frontera de la expansión de combustibles fósiles, como Argentina, Venezuela, Mozambique y Guyana, de seguro las reservas no explotadas no serán rentables y es mejor dejarlas en el subsuelo. Y a Colombia le iría mejor dejando sus pequeñas reservas guardadas, pues ya le cuesta más el trasporte del crudo que el precio internacional. En departamentos como “Meta, Santander, Huila, Boyacá y Antioquia se han denunciado despidos por parte de empresas contratistas de Ecopetrol … más de 2 500 trabajadores del sector petrolero fueron despedidos sin justa causa …La crisis de despidos en el sector viene sucediendo anterior a que ocurriera esta problemática, son constantes los hechos de conflictividad social en los municipios donde se ejecutan actividades extractivas, asociadas a la falta de oportunidades para los pobladores de la zona.” Esta semana la influyente revista Dinero anunció que Ecopetrol había perdido mas del 90 % de sus utilidades por efecto de los bajos precios, y le sigue los pasos a Avianca a toda velocidad. El golpe a las finanzas públicas es contundente y los grandes perdedores las regiones cuyos ingresos dependen de los ingresos petroleros y lo mismo la investigación. Se presentará un grave desequilibrio en la balanza de pagos que enseñará que lo mejor para el país es alejarse de esa dependencia y se vuelva más resistente a los golpes en tiempos difíciles.
FINAL
Henry Kissinger pronosticó que, “Desde la Batalla de las Ardenas, fuimos a un mundo de creciente prosperidad y una mayor dignidad humana. Ahora vivimos en un momento que definirá una época. El desafío histórico para los líderes es gestionar la crisis mientras construyen el futuro. Si fallan, podrían dejar el mundo en llamas (Wall Street Journal, 05/04/2020)
La pandemia ha dejado al descubierto el doble rasgo de nuestro atraso social: vivimos en una economía extractiva de dos caras: unos pocos extraen valor y riqueza de los humanos desposeídos y de la naturaleza.
Alfonso Cuellar
Foto tomada de: Reuters
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