“El gobierno ha permitido que Cali y el suroccidente colombiano sigan bloqueados, sitiados y secuestrados después de 15 días. Su población vejada, humillada, encerrada, postrada y empobrecida.” Rodrigo Lara (Tweeter, 12 de mayo de 2021)
Le faltó añadir al senador Rodrigo Lara que la sociedad capitalista ha mantenido durante décadas a millones de trabajadores vejados, humillados, encerrados, postrados y empobrecidos. Cali tiene en 2020, según el DANE, 934.350 personas que no tienen ingresos suficientes para comprar la canasta básica y dentro de ellos 342.438 cuyos ingresos no les permiten comprar la canasta mínima de alimentos. El 62,5% de la población es pobre y vulnerable y apenas el 2,3% es clase alta.
En 1900 Colombia tenía una población de aproximadamente 4 millones de personas; supongamos que el 80% era pobre, es decir, 3,2 millones de pobres. Durante estos 120 años se consolidó el capitalismo en Colombia. En 2020, Colombia tiene 21 millones de pobres. El capitalismo y el mercado, tan alabados por sus defensores, muestra una enorme capacidad de crear pobres.
El 28 de abril se convocó el paro nacional que lleva ya más de 10 días en todo el país, con una amplia manifestación de protesta en la calle por parte de la población trabajadora y sus hijos estudiantes. El 29 de abril el DANE publicó el informe con los datos sobre pobreza monetaria en 2020 y el 6 de mayo los datos de pobreza y “clases sociales”[1].
Estas cifras del DANE muestran los bajos niveles de ingreso monetario que recibe la mayoría de trabajadores colombianos. El 72,5% de los colombianos es pobre y vulnerable: tiene ingresos inferiores a $2.615.124. Este solo dato evidencia cómo las condiciones de vida de la mayoría de trabajadores colombianos son bastante precarias. Los rangos presentados por el DANE no permiten explorar con más detalle otras situaciones; por ejemplo la clase media tiene un rango amplio, convendría examinar qué porcentaje se encuentra cercano al límite de $2.615.124. Probablemente la mayoría es más cercana a este límite inferior que al superior. Así mismo, el corte en $14 millones mensuales, no permite ver la división al interior de esta clase. Comparado con la mayoría de los trabajadores, una familia que obtenga $14,2 millones mensuales está en una condición monetaria muy superior, pero de todas formas está muy lejos de las familias de los capitalistas, especialmente de los más ricos.
Esta clasificación en “clases sociales” desde 2012 es relativamente estable. En este año el 70,2% era pobre y vulnerable, bajó a 67,7% en 2019 y subió en 2020 a 72,9%, al tiempo que la clase media pasó de 27,8% a 30,1% para caer nuevamente al 25,4%. Y la clase alta pasó del 2% al 2,2%, para caer luego al 1,7%.
Desde antes de la pandemia ya los datos de pobreza monetaria mostraban que la gran mayoría es pobre y vulnerable; dentro de los pobres, además, están los muy pobres o miserables, y los vulnerables, un eufemismo para referirse a los pobres un poco menos pobres. Desde antes de la pandemia ya había muchas manifestaciones de malestar de los trabajadores, y a finales de noviembre de 2019 se iniciaron una serie de protestas masivas, especialmente en las principales ciudadades, motivadas por muy diversas razones, pero dentro de las cuales se incluían el bajo nivel del salario mínimo y las precarias condiciones laborales, la reducción en recursos de gasto social destinados a la población más pobre, el incumplimiento de los acuerdos de Paz, dentro de los cuales se encontraban la estrategia de desarrollo rural integral y los programas de sustitución de cultivos; las propuestas de reformas lesivas para los trabajadores en salud y pensiones, etc., etc. Además, por el asesinato de líderes sociales y desmovilizados de las FARC.
Con la pandemia se agravó la situación. Las medidas de restricción a la actividad económica y la movilidad, sumado a la carencia de un programa gubernamental significativo de complemento a los ingresos de las personas y a la nómina de las empresas, condujeron al aumento del desempleo y al incremento significativo de los datos de pobreza.
La pobreza en 2020
En 2020 la proporción de población en pobreza para el total del país fue 42,5% un aumento casi 7 puntos con relación a 2019, cuando fue de 35,7%. La incidencia de la pobreza venía disminuyendo desde 2012, cuando fue 40,8%, alcanzado un mínimo de 34,7% en 2017. Tradicionalmente había sido mucho mayor en las zonas rurales pero en el año 2020 se igualaron.
Para el total del país, la población pobre pasó de 17,5 millones en 2019 a 21 millones en 2020, sobre una población de aproximadamente 50 millones. Solamente en Bogotá el aumento en el número de pobres en 2020 fue de 1,1 millones de personas, pero también fue alto en otras ciudades grandes.
La pobreza monetaria extrema pasó de 9,6% en 2019 a 15,1% en 2020. Venía disminuyendo lentamente desde 2012. En las zonas rurales es de 18,2% y en las zonas urbanas de 14,2%. En cifras abolutas pasamos de 4,7 millones de personas a 7,5 millones entre 2019 y 2020; solamente en Bogotá se pasó de 345 mil a 1 millón cien mil. Según esto 7,5 millones de trabajadores y sus familias no tienen ingresos para comprar una canasta de alimentos que les garantice una mínima alimentación.
La incidencia de la pobreza es mayor en las mujeres (46,7% frente a 40,1%); en los jovenes hasta 25 años en comparación con los mayores de 65 (50,7% frente a 30,3%); entre las personas con ningún nivel educativo o apenas primario frente a los de educación universitaria o posgrado (49,6% frente a 15,7%); entre los desocupados frente a los ocupados (69,1% frente a 38,7%); entre los patronos y cuenta propia frente a los asalariados (50,9% frente a 24,7%); y finalmente entre los no afiliados y los afiliados a pensiones (52,4% frente a 18,2%). Estas diferencias se observan también con relación a la pobreza extrema.
Es importante destacar que aún las personas asalariadas tienen un nivel alto de pobreza de 24,7% y lo mismo los ocupados con 38,7%. De otra parte, los hogares sin niños, con más personas ocupadas y con menor número de personas tienen niveles de pobreza inferiores.
La desigualdad medida por el coeficiente de GINI de los ingresos pasó de 0,526 a 0,544 entre 2019 y 2020. De acuerdo con la encuesta Pulso Social del DANE[2] el 31,4% de los colombianos no logra consumir tres comidas al día.
Las cifras del DANE esconden más de lo que muestran
Las categorías utilizadas por el DANE sobre pobreza y clases sociales son, teóricamente, muy pobres, por decir lo mínimo. El DANE enfoca el asunto desde una perspectiva cuantitativa -la magnitud del ingreso monetario recibido- lo que permite que pueda haber cambios importantes en las “clases sociales” de un período a otro. De este modo, una persona en 2019 era clase media y pasó a ser vulnerable, al tiempo que muchos vulnerables pasaron a ser pobres y muchos pobres pasaron a ser pobres extremos. Evidentemente la magnitud del ingreso es una situación relevante e importante para las personas, pero si el análisis se queda ahí simplemente no permite entender en qué consiste esta sociedad en qué vivimos. Los pobres son trabajadores asalariados, trabajadores por cuenta propia, desempleados y subempleados, degradados, e incluso pequeños patronos de microempresas. La clase social se fundamenta en el lugar que ocupan las personas en el proceso de producción social.
Examinar cuál es la vinculación de las personas a la actividad productiva nos permite comprender un poco más el fenómeno de la pobreza y además entender por qué se genera. La pobreza en la sociedad capitalista es el resultado de unas relaciones sociales de producción específicas y, además, no se puede separar de la riqueza, están íntimamente relacionadas. En Colombia predomina el modo de producción capitalista, es decir, una forma de producción basada en el trabajo asalariado, que es comprado por los capitalistas dueños del dinero y de los medios de producción. Esto tiene varias implicaciones:
- Los trabajadores asalariados (aproximadamente 11 millones, de los cuales 9,6 millones en actividades productivas de ganancia) elaboran todo el valor agregado o producto interno bruto del país, pero solo se quedan con una parte, la remuneración a los asalariados. Los capitalistas (menos de 800.000 personas) se quedan con el excedente bruto de explotación, como lo llama el DANE, es decir con un plusvalor o valor excedente que equivale a un trabajo excedente. Los trabajadores asalariados trabajan una parte de la jornada para producir el equivalente de su salario y otra parte para producir el excedente del capitalista.
- Esta situación es una relación de explotación. Los capitalistas, que son una inmensa minoría, se quedan más o menos con la mitad de la torta, lo mismo que les corresponde a 11 millones de asalariados. De este modo, los capitalistas (industriales, comerciales, financieros) se enriquecen año tras año y acumulan dinero, bienes de consumo y más medios de producción; además, entregan parte de dicho excedente a los dueños de la tierra bajo la forma de arriendo y al Estado bajo la forma de impuestos.
- La finalidad del capitalismo es generar el mayor plusvalor posible y para esto tratan los capitalistas todo el tiempo de reducir al mínimo posible el salario, tanto el salario absoluto, como el relativo, es decir la proporción con respecto al valor agregado.
- Debido a su mayor poder económico, respaldado por el poder político y armado, los capitalistas logran que el salario mínimo sea una miseria y además que la mayoría de trabajadores no gane mucho más del salario mínimo. Muchos capitalistas pequeños y medianos no cumplen siquiera las normas legales sobre el salario y pagan menos de lo estipulado.
- De otra parte generan una división entre los trabajadores al pagar mejor a una capa de asalariados, aquella que cumple las funciones de dirección, supervisión y control en nombre de los capitalistas: gerentes, directores, supervisores, administrativos, etc. Esta capa mejor pagada consiste también en trabajadores asalariados, pero debido a los mayores ingresos monetarios puede tener un mejor nivel de vida y termina, en su gran mayoría, defendiendo el sistema capitalista y teniendo como modelo de vida el de sus patronos. Esto se complementa con buena parte de los asalariados del Estado, que conforman una burocracia que se situa por encima de los trabajadores y contribuye a su dominación.
- Adicionalmente, el capitalismo concentra los ingresos y la riqueza en un puñado de grandes capitalistas; junto a ellos persiste una capa de pequeños y medianos productores, en dura competencia y siempre al riesgo de desaparecer, pero que en muchas ramas industriales logran sostenerse y obtener ingresos relativamente altos comparados con los ingresos de los trabajadores. Esta es una capa que también está del lado del capitalismo, a pesar de que son también en parte explotados mediante relaciones desiguales que les extraen parte de su ganancia e incluso sus ingresos laborales.
De otra parte una masa enorme de trabajadores -9,5 millones- son trabajadores por cuenta propia, dentro de la cual se destacan los productores campesinos, los productores pequeños, micro y artesanales, así como los pequeños comerciantes (tenderos y vendedores ambulantes) y productores de servicios muy diversos. Aquí también se encuentra un grupo, cuantitativamente menor, de profesionales y técnicos independientes (abogados, economistas, médicos, odontólogos, ingenieros, arquitectos, sicólogos, etc.) que logran obtener ingresos más altos debido a la especialidad de sus trabajos. Pero la gran masa trabaja en actividades muy competidas, de baja especialización y productividad, obteniendo por tanto ingresos muy bajos.
Una parte importante de estos pequeños productores y comercializadores son formalmente independientes, dado que no tienen una relación salarial, pero en la práctica muchos trabajan al servicio de grandes empresas capitalistas (por ejemplo los tenderos que venden chocolatinas Jet de la nacional de chocolates). Los campesinos son dueños de la tierra y algunos medios de producción, pero en su gran mayoría son explotados por los intermediarios comerciales y por los prestamistas, formales e informales, que les extraen parte del valor que crean.
La pobreza de la mayoría, es por tanto resultado de las relaciones de producción en las que están ubicados y de la lógica del modo de producción capitalista. A su vez, la pobreza es la base de la riqueza. Al tiempo que las grandes masas de trabajadores obtienen ingresos muy bajos, una capa superior concentra el ingreso y la riqueza; por una parte, la capa superior de asalariados se queda con la mayor parte del ingreso disponible como muestra la encuesta de ingresos y gastos de 2017-2018. El 61% de los hogares tiene un ingreso inferior a dos salarios mínimos y el 77% menos de 3 salarios mínimos; el 10% más rico de los hogares recibe el 41% del ingreso corriente disponible, lo mismo que el 80% más pobre[3].
Por la otra, los capitalistas, y especialmente los más grandes y ricos, se quedan con la mayoría del ingreso y de la riqueza. El 1% de la población obtiene el 22% del ingreso y el 40% de la riqueza; son dueños de las fábricas y empresas comerciales, de las acciones de las empresas, de los depósitos en los bancos y de los títulos del Estado. Las 14 familias y personas más ricas del país acumulan una riqueza de $20.962 millones, aproximadamente 75 billones de pesos.
La pobreza capitalista es explotación, es el resultado lógico de la forma en que está organizada la producción capitalista. La pobreza es inseparable de la riqueza. Durante 2020 mientras los trabajadores asalariados y por cuenta propia se empobrecieron, Luis Carlos Sarmiento, el capitalista más rico del país, incrementó su fortuna en US$3.000 millones[4].
El DANE y los economistas tratan de ocultar la relación entre pobreza y riqueza
Los capitalistas y los economistas tratan de separar la pobreza de la riqueza. Las examinan como si fueran situaciones independientes. Consideran que la pobreza es resultado de factores individuales, de la suerte, de la educación, de la pereza, etc. Así mismo afirman que la riqueza es resultado de virtudes morales y capacidades de los capitalistas o simplemente de una cualidad misteriosa del dinero de engendrar más dinero. Pero además, culpan al Estado de la situación. Invirtiendo la causalidad señalan que la pobreza es resultado de que el Estado no tiene un sistema tributario progresivo y de que no distribuye recursos mediante el gasto social. Efectivamente, el Estado capitalista interviene para corregir la distribución primaria del ingreso, para compensar de alguna manera a los trabajadores de menores ingresos, con el fin de garantizar que estén en condiciones de seguir estando a disposición de los capitalistas y de que no se rebelen. Pero esto no toca para nada la desigualdad fundamental, cualitativa, estructural: la división en clases y la explotación de los capitalistas sobre los asalariados y los cuenta propia.
La mayoría de intelectuales en Colombia asume la anterior posición. La protesta ciudadana que ha tomado fuerza en los últimos días se inscribe también en su gran mayoría, desafortunadamente, dentro de esta perspectiva. Es necesario discutir y criticar estas tesis. La causa fundamental de la pobreza de la gran masa de los trabajadores y trabajadoras es el modo de producción capitalista. Los responsables de que se mantengan las precarias condiciones de vida son los capitalistas. Quienes definen las políticas del gobierno y se oponen a que les pongan tributos mayores son los capitalistas. Es necesario insistir en que la única forma de resolver de fondo los problemas es acabando con el trabajo asalariado, con la relación social capitalista. La única forma es creando una sociedad cooperativa, una asociación de seres humanos libres, donde todas las personas sean dueñas del aparato productivo y de sus resultados. Mantener el capitalismo es mantener la explotación y el abuso. No hay una solución de fondo distinta al comunismo.
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[1] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/pobreza-monetaria
[2] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/encuesta-pulso-social
[3] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/encuesta-nacional-de-presupuestos-de-los-hogares-enph
[4] https://www.larepublica.co/empresas/luis-carlos-sarmiento-angulo-sumo-us3000-millones-a-su-fortuna-2947619
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: forbes.co
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