La OPS, una vez reconocida la triple crisis desde el inicio de la pandemia COVID-19: salud, protección social y economía, se apoyó en los enfoques de la actual Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para la América latina y del Caribe – CEPAL – y de lo cual salió el siguiente informe: “Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe”. Del cual destaco las siguientes deficiencias estructurales: 1. Una inversión pública insuficiente, 2. Un gasto de salud promedio en la región del 3.7% del PIB muy por debajo del 6% del PIB recomendado por la OPS. Indicadores aterradores: una recesión del -9.1% en 2020, un desempleo del 13.5%, un 37.3% de la población en pobreza, un coeficiente de desigualdad (GINI) del 4.9 puntos, 54% de trabajadores informales. Deficiencias que no se van a superar en un horizonte difícil de visualizar; precisamente cuando vamos a asistir a una presión por recuperar primero la economía, afectando las inversiones en salud y los servicios sociales. Quizás se echen de menos los recursos para el financiamiento adicional para el control de la pandemia, más la recuperación de las pérdidas actuales de la salud y la protección social.
Se impone mitigar el impacto COVID-19, como dice la directora de la OPS, que “enfermos no tengan que elegir entre su salud y tener un techo o alimentos para su familia o que, peor aún, corran el riesgo de caer en la pobreza a causa de las cuentas médicas. Hoy en día, los hogares de toda nuestra Región cubren más de un tercio de los costos de atención médica de su propio bolsillo y para casi 95 millones de nosotros, estos costos son catastróficos. La salud debe abordar las desigualdades en nuestra Región y ayudar a que las personas salgan de la pobreza, no a la inversa”. Más aún, advirtió lo: “Los países deben evitar pensar que tienen que elegir entre reabrir la economía y proteger la salud y el bienestar de su población. De hecho, esta es una elección falsa”. Es decir, ante la urgencia de la reactivación económica plena, ésta no puede reanudarse a menos que se tenga el virus bajo control; intentar lo contrario sería poner en peligro la vida y extender la incertidumbre de otra pandemia. Son advertencias que deben preocupar a académicos, políticos y opinadores, del acontecer en Colombia.
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[1] https://www.paho.org/es/documentos/rueda-prensa-opscepal-palabras-directora-30-julio
Hernán Gaviria Quintero, Médico, docente universitario, miembros de Asmedas-Antioquia
Foto tomada de: Radio Nacional
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