Con esto, de alguna manera, reflejan las posiciones políticas de la mayoría de trabajadores, que también rechazan el socialismo y el marxismo, a pesar de tener un conocimiento mínimo sobre él, posición que se da también entre sectores intelectuales. En Colombia hay aproximadamente 22 millones de trabajadores, de los cuales cerca de la mitad son trabajadores asalariados que, en su gran mayoría, lo que quieren es tratar de mejorar su situación dentro del sistema, pero en ningún momento pensar en cambiarlo. Son los propios trabajadores quienes sostienen el capitalismo y por esto sus líderes se adecúan a sus necesidades sentidas y expectativas y ofrecen un capitalismo desarrollado, humano y democrático.
En uno de sus últimos discursos el expresidente Trump dijo que el socialismo nunca llegaría a los Estados Unidos. Pero parece, al menos, que el interés por conocer un poco más de socialismo y marxismo ha crecido en dicho país, donde algunos pre candidatos presidenciales y a otros cargos de elección popular han hablado de socialismo, así su significado pueda ser diverso y en muchos casos consista principalmente en una socialdemocracia del estilo de los países escandinavos.
En este contexto es estimulante escuchar voces como la de Richard Wolff[1], profesor de la Universidad de Nueva York, marxista y socialista, autor de varios libros entre los cuales se destacan “Entender el marxismo” y “Entender el socialismo”, y expositor semanal en un programa llamado “Economic update” en el cual examina diversos tópicos desde una perspectiva marxista.
Puede no estar uno completamente de acuerdo con las tesis del profesor Wolff, pero es muy interesante su esfuerzo educativo y propagandístico en un contexto tan difícil como el de los Estados Unidos, donde después de la segunda guerra mundial se persiguió y reprimió a los comunistas, socialistas, anarquistas y sindicalistas con medidas drásticas y donde se realizó una purga de ellos en diversas instituciones y en particular en las universidades norteamericanas.
Durante el período del macartismo se llegó a extremos de persecución cuyo resultado fue eliminar de dichas instituciones a los profesores marxistas y erradicar el estudio y el conocimiento del El Capital y otras obras de Marx de los programas de economía y de otras facultades, señala el profesor Wolff en muchas de sus intervenciones. Como experiencia personal menciona que muchos de sus profesores en las mejores universidades de Estados Unidos, donde estudió, como Harvard y Yale se atemorizaban cuando él preguntaba por la teoría de Marx y le recomendaban alejarse de dichas teorías para no perjudicar su carrera.
Por tanto, durante, décadas se tuvo (y sigue teniendo) un totalitarismo intelectual en la economía, donde solamente se estudia la economía neoclásica y la economía keynesiana que, aunque crítica de muchos postulados de la anterior, se ubica dentro de la misma matriz teórica y en la defensa del capitalismo.
En Colombia, aunque con características distintas, se ha realizado también históricamente una persecución a los comunistas y socialistas y una exclusión sistemática de las ideas de Marx en las facultades de economía. En dichas facultades, a pesar de presentarse como centros democráticos de investigación y enseñanza, los programas de economía no tienen en la gran mayoría de los casos cursos de economía marxista o son simplemente marginales. Defensores de la democracia y el pluralismo, como Alejandro Gaviria, ven como algo natural una facultad de economía donde a los estudiantes se les presenta una teoría económica como la única teoría relevante, dejando de lado la mejor investigación teórica sobre el capitalismo.
Una tesis central del profesor Wolff consiste en señalar que, en una sociedad aparentemente democrática como la estadounidense, el lugar de trabajo no es democrático. En las fábricas, en las oficinas, en los establecimientos de comercio, existe una relación de dominio y de mando autoritario entre los capitalistas (empleadores) y los trabajadores asalariados (empleados) donde no opera la elección democrática de los directivos, el voto de todos los trabajadores, la libertad de expresión y de asociación, la división de poderes, etc., etc. La democracia existe, supuestamente, solo en la esfera política.
Esto se debe básicamente a una organización social que pone a una pequeña minoría de personas en la posición de propietarios y directores de la producción, y a la gran mayoría de personas en la posición de empleados, que deben obedecer y hacer lo que dicen sus patronos; guardadas proporciones, continúa la relación de explotación, pasando de esclavistas y esclavos, señores feudales y siervos, a capitalistas y trabajadores asalariados.
La mayoría de los trabajadores pasa la mayor parte de su tiempo y, por tanto, de su vida en estos lugares de trabajo donde está sometido al dominio de otros. Cabría precisar que la carencia de democracia se da también en otras instituciones como la familia, la escuela, la universidad, el ejército y la policía, la administración pública, los partidos políticos, etc. La vida cotidiana de las personas en el capitalismo no transcurre dentro de relaciones democráticas.
Para el profesor Wolff la enfermedad es el propio sistema capitalista. No es posible lograr un mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de los trabajadores dentro del capitalismo.
Considera que el debate reformismo o revolución no debe verse como una dicotomía; los trabajadores y sus organizaciones sociales y políticas deben luchar por mejorar sus condiciones de vida dentro del capitalismo, tanto por la vía directa del aumento del salario como por la vía indirecta de los servicios y transferencias que da el Estado para educación, salud, alimentación, vivienda, agua potable, etc. La lucha por las reformas es además un medio para la organización y el aprendizaje de los trabajadores y para el desarrollo de esquemas de solidaridad; pero las condiciones del capitalismo y la historia muestra que todas las conquistas de los trabajadores están siempre bajo ataque de los capitalistas.
Una vez se logra algún mejoramiento (aumento del salario mínimo, subsidio de desempleo, normas sobre estabilidad laboral, etc.) al otro día los capitalistas continúan la lucha para tratar de reversarlas; esta ha sido la historia en los Estados Unidos con muchas de las medidas progresistas, algunas de las cuales vienen de la época del New Deal en la década del 30. Por tanto, no se debe separar la lucha por reformas favorables a los trabajadores dentro del capitalismo de la lucha por el cambio radical del sistema. Los partidos políticos, los movimientos y los líderes de izquierda no deben abandonar esta perspectiva, señala el profesor Wolff, y deben articular el discurso sobre las reformas a dicha perspectiva de superación del capitalismo, la cual debe ser expuesta abiertamente.
Vale la pena leer y escuchar al profesor Wolff. Me parece que es un referente importante para la práctica de los partidos de izquierda y progresistas en Colombia y además un modelo por la forma amena de explicar y debatir temas que a veces son muy complejos.
Para el profesor Wolff la teoría de Marx, especialmente El Capital, y los desarrollos de autores marxistas posteriores, son los elementos fundamentales de la lucha contra el capitalismo y por tanto de aquí la necesidad de la difusión y explicación, de la propaganda política fundamentada en dichas teorías. El profesor Wolff es un propagandista en el mejor sentido del término: leyéndolo y escuchándolo recuerda uno inmediatamente los planteamientos de Lenin en obras como el “¿Qué hacer?”.
Da envidia y tristeza cuando compara uno la propaganda del profesor Wolff con la propaganda de los dirigentes de nuestro Pacto Histórico.
La información y materiales del profesor Wolff se encuentran en las siguientes páginas:
https://www.democracyatwork.info/; https://www.rdwolff.com/. Sus libros de educación y propaganda política: The Sickness is the System: When Capitalism Fails to Save Us from Pandemics or Itself (2020); Understanding Marxism (2018): Understanding Socialism (2019). Su programa semanal de radio: https://www.democracyatwork.info/economicupdate. En la página web del profesor Wolff se encuentran los vínculos para numerosas conferencias y debates; también en youtube se encuentra bastante material.
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[1] Richard D. Wolff es profesor emérito de economía en la Universidad de Massachusetts en Amherst y profesor visitante en el programa de graduados en Asuntos Internacionales de la New School University en New York. Richard Wolff es también cofundador y activo contribuyente de su organización sin ánimo de lucro Democracy at Work.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: https://www.politicaexterior.com/
Felipe says
Saludos.
Siempre atento a su artículo semanal, en la de hoy sobre Richard Wolff.
Si la había oído y esta semana fue objeto de crítica por su posición «neoclásica» respecto del dinero; y una tal posición significa poca o nula comprensión de Marx. Las implicaciones sobre la teoría del valor sobre la que Ud., ha escrito. ¿?