¿Cuál es dicha solución? El ingreso laboral, nos dice Angulo, muy serio y muy docto:
“El ingreso laboral puede ser una bala de plata para acabar la pobreza si es capaz de impulsar una trayectoria sostenible de crecimiento inclusivo que se define, en términos muy sencillos, como una situación en la que el crecimiento del ingreso medio del 40% más pobre de la población es mayor que el registrado para el total de la población (el porcentaje del 40% es el que propone el Banco Mundial). Y concluye: “Una estrategia enfocada en elevar el ingreso laboral del 40% más pobre de la población, con foco en la productividad laboral, puede ser la bala de plata para atacar la pobreza.”
¡Brillante! Si se considera pobre a una familia que tiene ingresos inferiores a 1,8 millones, pues basta con aumentar los salarios de manera tal que la familia gane más de 1,8 millones. Y si se les paga 5 millones mensuales no solo se lograra eliminar la pobreza, sino que se garantizaría un nivel de vida muy superior. ¿No se la habrá ocurrido a nadie antes de Roberto Angulo? Lástima tantas décadas de pobreza en Colombia teniendo a mano esta bala de plata.
No sabe uno si Angulo está escribiendo en serio o simplemente le está tomando del pelo a sus lectores. ¿Será una broma? Ojalá, que sí, porque muy preocupante sería tener a un Secretario de Integración Social capaz de decir una tontería tan grande.
Miremos el asunto con mayor detenimiento para tratar de entender el esquema mental de un economista como Roberto Angulo. Como es usual en las facultades de economía, especialmente de los Andes, se habla de pobreza y de pobres, una categoría muy concreta pero al mismo tiempo extraordinariamente abstracta, y por tanto pobre en su capacidad explicativa. Con el uso de la categoría pobres los economistas eluden hablar de clases sociales y sobre todo tener que explorar las características fundamentales de nuestra sociedad. Pobres ha habido en la historia de la humanidad en la historia de todas las formaciones sociales: en la antigua Roma, en la edad media, en el capitalismo y en el socialismo. Por tanto, es una categoría que no permite comprender las causas específicas de las situaciones concretas en una sociedad capitalista.
En Colombia tenemos pobres capitalistas, no pobres socialistas (todavía no ha llegado el terrorífico socialismo que nos anuncia Milei). Y curiosamente, los pobres capitalistas son trabajadores asalariados activos o inactivos y desempleo, así como trabajadores por cuenta propia (que en buena parte son asalariados disfrazados o desechados). La pobreza reina en la clase de trabajadores asalariados y sus hermanos los trabajadores por cuenta propia.
Una segunda característica de la mayoría de economistas es la renuncia a profundizar en el origen de la pobreza de los trabajadores asalariados y por cuenta propia. Es riesgoso para la carrera profesional hacerse las preguntas de fondo porque esto podría llevarlos a entender que es el capitalismo y a conclusiones peligrosas. Por eso se quedan en explicaciones superficiales, comenzando por el lugar común de que los pobres son pobres porque son perezosos, vagos y viciosos, sin un compromiso serio con la disciplina del trabajo; una explicación del nivel de Susanita la amiga de Mafalda. Pero los más profundos señalan que la pobreza es causada por el bajo nivel educativo, por la carencia de oportunidades, por la mala fortuna de haber nacido en un barrio pobre o en una familia pobre, etc., etc. Un premio Nobel como Samuelson llega al extremo de plantear una larga lista de factores, en completo desorden y sin estructura teórica dentro de la cual se incluye hasta la suerte o la herencia. En todos estos casos se quedan en un nivel superficial y no dan un paso adelante.
Finalmente, la mayoría termina considerando que la causa es el Estado que no compensa los bajos ingresos de una proporción enorme de trabajadores asalariados y por cuenta propia. Al llegar a este punto ya la lógica está invertida. La población pobre podría salir de la pobreza si el Estado le da ingresos monetarios o en especie que eleven su nivel de ingreso y le permitan consumir los bienes y servicios que necesita. Esta es la concepción de Carlos Fernando Galán, que saca pecho diciendo que está sacando a miles de personas de la pobreza porque les está entregando transferencias monetarias[2]. Pero incluso él sabe que no es cierto: siguen siendo pobres que reciben una limosna pública. Nada cambia en su lugar estructural en la ciudad ni en las condiciones que conducen a que sus ingresos no sean suficientes para comprar los bienes y servicios que necesitan para vivir decentemente.
Pero Roberto Angulo si da un paso adicional. En un enorme ejercicio de reflexión teórica concluye que la causa de la pobreza se encuentra en los bajos ingresos de los pobres. Y por tanto, inmediatamente concluye que la solución es aumentar los ingresos. Lo que no tiene muy claro es cómo hacerlo. La historia del capitalismo en Colombia muestra la tendencia a mantener los salarios de la mayoría de trabajadores en niveles ínfimos. A pesar de haber pasado los mejores economistas de los Andes por altos cargos de la administración pública durante décadas, los resultados no se han visto. Vamos a ver si Angulo si tiene la fórmula secreta, la bala de plata mágica.
Pero más allá de la imposibilidad práctica de resolver el asunto, lo interesante es que el esfuerzo teórico de Angulo no le alcanzó para hacerse la siguiente pregunta y responderla: ¿Por qué son tan bajos los ingresos de la gran mayoría de trabajadores asalariados y por cuenta propia?
Aquí también usualmente los economistas se quedan en respuestas superficiales. Pero no se debe a limitaciones técnicas e intelectuales. Es principalmente una decisión política: la mayoría de economistas son defensores, como Milei, del capitalismo y sus virtudes. Por esto, no les interesa profundizar y exponerse al riesgo de encontrar que la causa fundamental de los bajos ingresos, la pobreza y la miseria, el desempleo y la desigualdad, es el modelo económico capitalista dominante en la sociedad colombiana y sus agentes, los capitalistas, es decir, los ricos.
Confiemos en que Angulo disparará la bala de plata para eliminar la pobreza durante su paso por la administración de Bogotá. Ojalá tenga buena puntería.
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[1] https://www.portafolio.co/opinion/analisis/una-bala-de-plata-para-acabar-la-pobreza-590124
[2] “Estamos viviendo una situación económica difícil por una desaceleración significativa que afecta a varios sectores y eso va a tener un impacto en la pobreza. Estamos fortaleciendo las herramientas como el ingreso mínimo garantizado. Con el secretario Integración trabajamos para articularnos con la nueva figura nacional que hay de apoyo monetario y la meta es llegar a 454 mil hogares este año. Eso ustedes saben que varía dependiendo, digamos del hogar y la categorización que tenga, pero estamos hablando de sacar de la pobreza extrema alrededor de 180.000 a 200.000 personas en los próximos cuatro años.” Entrevista a Carlos Fernando Galán en Portafolio: https://www.portafolio.co/economia/regiones/galan-comparte-primeros-movimientos-a-su-llegada-al-palacio-de-lievano-y-los-retos-que-se-vienen-596738?s=09
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Integración Social
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