Una guerra de invasión que tiene al menos tres explicaciones. 1). Por el interés geopolítico de Rusia y la federación en la que se soporta, para constituir un mercado euroasiático propio en ese corredor territorial compartido con Bielorrusia, de allí que Moldavia esta en la mira como un paso siguiente; corredor que asegurándose de la no anexión de Ucrania a la UE y a la OTAN, fortalecería Rusia la posición económica para competir con los otros bloques económicos en el contexto de la globalización.2). Evitar que corran las cercas de la OTAN más hacia el este y reafirmar la seguridad de la Federación Rusa, asunto que ven como un rearmamentismo occidental con todos los aliados conseguidos después de la disolución de la URSS, países que se trasladaron a la simpatía europea continental de occidente: Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia, Estonia , Lituania, Rumania, Bulgaria. Más el ingreso a la OTAN de Albania, Macedonia, recibidos entre los años 90s y el 2000. Recientemente avanzaron con el trámite Suecia y Finlandia. 3). Podemos resaltar otro aspecto de la geopolítica, los mares que interesan a Rusia son : El Báltico, el de Azov, el mar Negro y el Mediterráneo.
La OTAN nació en 1949 siendo integrada por 12 países, hoy son 29 miembros. Nació en medio de la guerra fría como un aparato de fuerza para la defensa colectiva, obviamente para frenar y disuadir en ese entonces a la Unión Soviética preventivamente a fin de que se abstuvieran de realizar incursiones militares dentro de la competencia desatada por lograr áreas de influencia en el marco del avance de la bipolaridad: Capitalismo y socialismo. Desde el año 2007 en el contexto de la Conferencia de Seguridad en Múnich, Vladimir Putin, evidenció su inconformidad y expresó la desconfianza al ver crecer la expansión militar de los integrantes de la OTAN. Durante el año 2008 invitaron a ingresar a Ucrania y a Georgia, entonces la pérdida de confianza aumentó. Ya desde el ingreso de los países bálticos el disgusto no se podía disimular, como tampoco agradó la instalación de escudos antimisiles en Polonia y Rumania.
Si repensamos la actitud de ambos lados, se observa un pugilato por la defensa de la soberanía que, aunque hoy es cada vez más cedida para poder pertenecer a los organismos multilaterales (ONU, UE, OEA, G-20, etc.) que aprueban resoluciones materializando o concretando actos conjuntos entre los Estados, pero permanece un deseo nacionalista de intangibilidad. Las armas nucleares marcaron los tiempos de la guerra fría y sigue siendo la fortaleza militar considerada la mejor forma de defenderse, esto explica la existencia de estados-nucleares. Por lo tanto, la soberanía como concepto abstracto pasó a ser el componente estatal que motivó el armamentismo después de la segunda guerra mundial, y hoy ante el desatamiento de una guerra que tiene tensa a la opinión pública mundial y amenazado al planeta, aunque el pretexto sea cualquiera para eludir el fondo del asunto, hay en la practica una guerra gasífera (energética) como lo fue en Irak 2003, la guerra petrolera.
Como lo escribiera Norberto Bobbio desde 1973, refiriéndose a las secuelas de la segunda guerra mundial, “…en la confrontación con la dura realidad de las relaciones entre los Estados se esfuma el concepto de guerra como hecho jurídico, esto es como realidad regulada por el derecho que tiene como objetivo, al igual que la sanción del derecho interior, la reparación de un daño y la restauración del derecho violado”. (Bobbio. 1973). Pero lo más atroz se está dando hoy con las guerras de aplastamiento como esta que vemos en Ucrania, o como los ataques recurrentes de Israel contra Palestina utilizando el terror estatal, o lo que ha sucedido en Siria con varios capítulos sangrientos desde el 2012, porque violan el ius belli, o sea el conjunto de reglas para la guerra que el derecho internacional ha establecido cuando se registran las confrontaciones entre Estados.
Al sobrepasar o incumplir estas reglas sobreviene la barbarie quedando los Estados con menores recursos militares expuestos a la dominación como si regresáramos a la edad antigua o al medioevo antes del siglo XVII. Por esta razón al desatarse una conflagración entre Estados pretermitiendo las reglas del derecho internacional se altera el orden regional y hasta el mundial por las repercusiones. Norberto Bobbio, pensando en este desconocimiento de las reglas, expresó que, las nuevas armas más destructivas e incontrolables, hacen casi imposible la distinción entre beligerantes y no beligerantes, entre objetivos militares y objetivos civiles, y llega a impedir cualquier diferencia entre medios lícitos y medios ilícitos.
Voy a intentar desarrollar brevemente el tercer punto sobre la explicación a la guerra de invasión : los mares que interesan a Rusia. Los ataques a los puertos del mar Azov y el mar negro y el asedio militar a la ciudad de Mariúpol, y obstáculos en el puerto de Berdyansk, es denotativo del interés marítimo, ubicada en el mar de Azov, en dirección a Crimea, y conectada al mar negro por el estrecho de Kerch, allí en Mariúpol han muerto más de 5.000 personas y han destruido un 80 % de la ciudad. “Lo que Rusia trata de hacer tomándose Melitópol, Mariúpol y Jersón es crear una franja terrestre que comunique Donetsk y Lugansk con Crimea, expulsar a Ucrania del mar de Azov y garantizar su posición en la región”, expresó Jesús Agreda Rudenko , internacionalista y profesor de la Universidad del Rosario, declaración entregada al periódico El Espectador.
Ucrania perdió desde el año 2014 la posición privilegiada marítima que tenía. Su poder naval , y si pierde ahora en este 2022 los otros puertos en el mar Azov y el mar Negro quedará sin salida al mar Mediterráneo, como un país desconectado, sin comunicación expedita entre Asia y Europa. Entonces, “como señala Frasson-Quenoz, el mar es facilitador del comercio, pero también fuente de recursos pesqueros y hasta el corredor de cables submarinos para la conexión a internet. Además, dice, sería una forma de controlar a Ucrania: bloquear su salida al mar implicaría romper su conexión con más de 130 países…”. Durante las últimas semanas más de 50 embarcaciones rusas que estaban en el mar Caspio, deambulan entre las aguas del mar de Azov y el Negro. Pero desde el 2015 en medio de una especie de guerra híbrida, Rusia ha colocado trabas en la navegación entre los dos mares separados por las penínsulas contiguas de Kerch y Taman. Como lo expresara la analista Stefania Gozzer, de la BBC News Mundo, “Kiev acusa a Moscú de hostigar con inspecciones y retrasos a los barcos de carga que se dirigen a los puertos ucranianos de Mariúpol y Berdyansk. Estos son importantes para su economía porque allí se despachan productos metalúrgicos como el hierro y el acero, que suponen el 25% de los ingresos obtenidos por las exportaciones en el país…”
La solución final se ve distante porque en las negociaciones de Estambul, imaginemos que podría llegar a aceptar Rusia, cesar las acciones bélicas para retirarse, si logran el compromiso de Ucrania de ser neutral a perpetuidad (o sea de no ingresar a ningún colectivo militar multilateral, por lo tanto no instalará nunca armamentos de ningún país), pero Rusia no negociará los sitios donde ha logrado avances y dominio, y reclamará las posiciones sobre el mar Negro, mutilaría el acceso al mar para los ucranianos, lo cual sería la debacle, pero también afectaría el flujo de los productos agrícolas/alimenticios, alterando el comercio internacional que hoy ya tiene desabastecido a cantidad de países, por lo tanto esta reclamación la considerará Ucrania inadmisible. Y los pasos superiores hacia el Mar de Mármara, son los estrechos de Dárdanelos y el Bósforo, pero la jurisdicción y soberanía la tiene Turquía , según el tratado de Montreux. Entonces uno puede alcanzar a columbrar que, en aras de un arreglo, se retirarían de los puertos que han ocupado en esta guerra de invasión, pero no devolvería Rusia la península de Crimea.
Cita:
Bobbio Norberto. “El federalismo en el debate político y cultural de la resistencia”. Icaria editorial S.A. Edición crítica de Paola Lo Cascio. España, año 2021.
Alberto Ramos Garbiras, Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Realidad Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de ciencia política en la Universidad Libre y la Universidad Santiago de Cali. Profesor de las asignaturas derechos humanos y derecho internacional, también asumió la cátedra de paz, en la Universidad Libre.
Foto tomada de: Semana.com
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