Un primer obstáculo superado, no sin enfrentamientos y rivalidades en el seno de las distintas colectividades, fue la designación de las cabezas de listas para el Senado como culminación de un proceso que expresa la reconfiguración de las fuerzas políticas si bien las cabezas de lista son en su mayoría figuras reconocidas.
Los 2.966 candidatos inscritos competirán en las elecciones legislativas de marzo por 102 curules en el Senado y 182 en la Cámara de representantes las cuales incluyen los 16 escaños reservados a los nuevos congresistas que representarán a las víctimas. El Partido Comunes tendrá 10 curules, 5 en el Senado y 5 en la Cámara.
Contrariamente a otras pujas electorales dominadas por los partidos tradicionales, la descomposición de estos últimos, el florecimiento de movimientos de distinta índole, la posibilidad de colectar firmas y el renacer de partidos como el Nuevo Liberalismo y Verde Oxígeno han llevado a una reconfiguración de las fuerzas políticas, obligadas a aliarse para poder llegar a la meta.
El 13 de diciembre, al cabo de una jornada tensa se cerró el registro de los aspirantes al Congreso y los nombres de las cabezas de lista.
Las principales cabezas de lista al Senado
Comenzando por la Coalición de la Esperanza, tal como se había anunciado el número uno de la plancha para el Senado será Humberto de la Calle. También están en la lista Iván Marulanda quien intentó acercarse al Nuevo Liberalismo, pero decidió volver a Alianza Verde, y el analista político Ariel Ávila. El Nuevo Liberalismo, liderado por los hermanos Galán decidió presentar su propia lista al Senado la cual tendrá a la cabeza a la periodista Mabel Lara.
El Pacto Histórico, y después de varias reuniones, confirmó que su cabeza de lista (cerrada) es Gustavo Bolívar, fiel escudero de Gustavo Petro, mientras el número dos se dio a Mará José Pizarro, hoy representante a la Cámara.
En el Centro Democrático volvió a quedar claro que la mano de Álvaro Uribe sigue siendo determinante puesto que el número uno de su lista llevará el nombre de Miguel Uribe Turbay, ex candidato a la alcaldía de Bogotá cuando se esperaba que aquel fuera para María Fernanda Cabal ya que en la encuesta interna del partido fue la segunda candidata presidencial con más votos detrás de Óscar Iván Zuluaga
La cabeza de lista del partido de la U, tal como se había anunciado, será la atleta Caterine Ibarguen, mientras el número dos será el senador José David Name.
Cambio Radical otorgó la cabeza de lista al exministro David Luna. Tras él se destaca el nombre de Arturo Char (número 3).
En el Partido Liberal la lista la encabeza el senador Lidio García, una de las figuras del liberalismo oficialista y quien presidió la corporación entre 2019 y 2020
El número uno del Partido Conservador es el avezado senador Efraín Cepeda.
La cabeza de lista de la coalición cristiana es Ana Paola Agudelo.
Aspectos coyunturales y remezones internos
Las condiciones de la puja electoral que se avecina han dejado en claro tres factores determinantes.
En primer lugar, el hecho de que ninguna organización política está en condiciones de lograr la victoria sin la ayuda de otras colectividades. En otros términos, que las justa enfrentarán fuerzas coaligadas compuestas por elementos que controlan directamente sus votos con sentido patrimonial.
En segundo lugar, la confrontación de fondo que se da entre dos bandos: el compuesto por las fuerzas “alternativas” que buscan imponer cambios importantes en el manejo de los asuntos políticos y aquellas que temen el cambio. Las reglas de la justa obedecen a dos circunstancias: ganará la victoria quien tenga más votos a su favor y, dada la presencia de tantas organizaciones en competencia, el juego se desarrolla en tres momentos. El primero es el de la puja entre precandidatos a la Presidencia de la República; el segundo confronta a los candidatos en una primera vuelta que definirá la existencia de los dos bandos más fuertes y, por último, la batalla final que solo puede evitarse si en la primera vuelta alguno de los contendores obtiene más del cincuenta por ciento de los votos.
En tercer lugar, es innegable que entre los aspirantes a ocupar la primera magistratura Gustavo Petro es el hombre a vencer, pero tan grande es el peso de los sectores que lo apoyan como el de los que están decididos a impedir su victoria. Esta circunstancia ha llevado a que la aritmética de los votos se imponga a las ideas coherentes desde el ámbito ideológico. Lo que cuenta es sumar votos y esto lleva a generar situaciones conflictivas en el seno de los distintos sectores empeñados en ganar electores potenciales.
La prioridad dada a la necesidad de sumar apoyos electorales a los proyectos de gobierno ha llevado a todos los bandos a buscar el apoyo de caciques electorales generado discrepancias en uno y otro lado, a cambios de bando y a renuncias irrevocables. En el caso de Petro, hoy presa deseada, se ha evidenciado el riesgo de una confrontación en segunda vuelta que podría arrebatarle el liderazgo que hoy ostenta y ello solo se logra si cuenta con el apoyo de políticos cuyo capital en votos es relativamente previsible, cuantificable y suficiente para asegurarle la victoria en primera vuelta.
Las fuerzas políticas se reacomodan, pero algunas constantes de la dinámica personal se mantienen como el amiguismo, el nepotismo, la preservación de intereses creados, el criterio de que el principal capital de la política, más allá de las ideas y los principios, es el número de votos que se maneje y se pueda negociar. Las encuestas han marcado unas tendencias claras; sin embargo, nada está escrito y queda una incógnita. ¿Cómo reaccionará la enorme masa de indecisos que no saben si votarán o no, ni por quién? Queda un gran espacio para la demagogia y el manejo de emociones que llevan a desatender hasta la lógica elemental.
Rubén Sánchez David, Profesor Universidad del Rosario
Foto tomada de: Registraduria Nacional del Estado Civil
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