Antioquia es retaguardia de la extrema derecha colombiana. Su aislamiento entre montañas, y la conservadurización al hierro en el siglo XIX, la hicieron refractaria a las ideas y al arte, aunque muy devota del dinero. Tal devoción adquiere dos vertientes, una la del trabajo intenso, y otra la del “avispao”, el pícaro que despliega el ingenio para esquilmar al otro. Se llegó a concebir la coexistencia de las dos, el paso de una modalidad a otra, pero terminó imperando la del bribón.
Por eso, del contrabando de drogas ilícitas en Antioquia surgió un cartel que llegó en pocos años a disputar mercados con las mafias japonesas e italianas con siglos de tradición. Para ello el naciente Cartel de Medellín se empeñó en superar a sus rivales en crueldad, así logró imponerse en las grandes ligas del crimen. Además, la mafia antioqueña, muerto Pablo de Antioquia, es ideologizada por el neofascismo, y se incubó el paramilitarismo de nuevo tipo. ¡Y el padre de Roux que, acaso creyéndose San Francisco, quiso moralizar a los antioqueños!
Sin embargo, así como en la Antioquia ultramontana de finales del siglo XIX y principios del XX, la del culto al burro de oro, en esa patria de la avaricia, surgieron grandes expresiones artísticas, en la literatura, y la plástica, así como profetizas de la justicia social como María Cano y Betsabé Espinal. Como los Panidas de hace un siglo, cuando los enemigos de la paz pretendían hacer del departamento su guarida, los jóvenes, ya cientos de miles, se lanzaron a manifestarse para reparar la afrenta del resultado del plebiscito por la paz en el departamento: Gritaron las calles y las paredes: “Antioquia no es Uribe”.
Desde entonces las movilizaciones sociales son multitudinarias, llenas de juventud, pletóricas de alegría: ¡La revolución es una fiesta! Los jóvenes de este departamento también acudieron al llamado de Gustavo Petro, en la campaña de 2018, a pesar de que el entonces alcalde, apodado Fico, no sólo pagaba con dineros públicos las llamadas “bodegas”, call center, desde donde se propalaban insultos contra Petro, sino que además impedía fraudulentamente la campaña de este candidato en Medellín. Así y todo, los jóvenes desafiaron las alcaldadas de Alias fico.
De ese movimiento renovador surgió la fuerza que, en la alcaldía de Medellín y en la gobernación de Antioquia, puso gobernantes diferentes a los segundones del uribismo, y del GEA, que tenían estos entes territoriales anexados a sus negocios.
No fue menor la respuesta de los antioqueños, de todas las edades, al llamado del paro nacional contra los latrocinios y crímenes del gobierno Duque Uribe. A pesar de que las estructuras de pistoleros al servicio del Cartel de Medellín aún persisten en los barrios, donde ejercieron amenazas contra los manifestantes, así como violentos ataques. Eso no intimidó a la movilización.
Y en la campaña electoral del 2022 la misma fuerza renovadora acompaña la propuesta del candidato Gustavo Petro de construir un país decente, a tal punto que la juventud quedó del lado de Petro, mientras que las huestes uribistas sólo conservan los tradicionales lavaperros. Entonces la campaña se desarrolló en Antioquia entre las amenazas de las pandillas del Cartel, hoy Oficina de Envigado.
También con la hostilidad de ciertos militantes que evitan gente nueva en torno al candidato Petro. Así como sobre el territorio se da una lucha entre fuerzas renovadoras y fuerzas retardatarias, en el campo de la izquierda política sucede otro tanto, porque la ausencia de organización ha degradado la calidad de la militancia, su moral, y su disciplina. Esto ha generado que se agencien intereses personales y se desconozcan los colectivos, que se desprecie la participación juvenil, y que se sabotee la construcción de una estructura mínima de participación. Así, en la campaña del Pacto Histórico en Antioquia hubo un frente interno de ataque al mismo Pacto, que intentó dividir la campaña. Sin descartar la infiltración de agentes de disociación por parte del uribismo.
La habilidad de Petro recompuso la campaña sobre la estructura del movimiento Independientes que, aunque precaria, logró darle cierta organicidad y superar el izquierdismo. Con ello, el Pacto Histórico pasa de no tener representación en la cámara a lograr dos curules, y una votación para la izquierda de 224.500 votos, récord, ya que la mayor votación se había dado en 1992, cuando se alcanzaron 60.000 votos. Así es la cuarta fuerza política departamental.
Como en otras partes del país, la votación del Pacto para cámara tiene un desfase con la de senado, que alcanzó sólo 169.800, más de 54.700 votos que podrían otorgar un escaño más en el senado.
El uribismo pasó de tener siete representantes a cinco, pero sigue siendo el mayor elector paisa. Como es tradicional en esa agrupación los apoyos recibidos no son sanos: Hubo denuncias sobre amenazas a los ganaderos por parte de Fedegán, Lafaurie, de sacarlos del ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa, financiado con dineros públicos, sin lo cual no pueden vender carne ni leche, si no recogían 200 votos por ente ganadero para la señora María Fernanda Cabal.
En igual sentido se conoció que la famosa Subasta Ganadera de Urabá, Suganar, creada por el comandante del llamado Bloque Bananero, Emilio Hazbun, para recoger los aportes de los ganaderos a los grupos paramilitares, ligada al despojo de tierras y al paramilitarismo, apoyó las candidaturas de la Cabal, y de Andrés Guerra, ambos electos.
El Partido Conservador logra la segunda votación en el departamento, y el Partido Liberal la tercera.
La gran derrotada es la coalición de la esperanza. La votación de Fajardo le daría sólo para ser la fórmula vicepresidencial de Francia Márquez.
Es llamativo que quien fue muy votado alcalde, gobernador, y precandidato presidencial en otras jornadas ahora resulte tan mal contado. Mientras un personaje de pacotilla como alias Fico sea el vencedor de la jornada con más de 875.000 votos. A favor de este último va la decisión del uribismo de elegirlo en la consulta de la extrema derecha, la compra de votos que se ha venido instituyendo en Antioquia, así como la adulteración de formatos electorales.
Puede lanzarse una conjetura, que los votos de Sergio Fajardo nunca fueron de él, sino de las maquinarias que maneja el GEA, que es una casa política de mucho peso en el departamento, y que ahora se realindera con el sector más lumpezco de la derecha en la cruzada contra Petro.
Antioquia sigue siendo cantera de la extrema derecha, con pandillas de matones a su servicio y los platales de la cocaína. Por eso es uno de los lugares más peligrosos del mundo para hacer política. Si bien las fuerzas que pulsan por la renovación van en alza, se requiere sanear de criminalidad la política antioqueña, algo sólo posible si se elige un presidente que no esté ligado a la mafia. Para evitar que pase están haciendo trampas. Sin embargo, la consigna inspirada por el padre de Roux resuena: “Si Antioquia cambia, cambia Colombia”.
José Darío Castrillón Orozco
Foto tomada de: Revista Semana
Amelia Sánchez D. says
Un retrato bastante patético de lo que pasa actualmente en Antioquia. Gracias Dario, que bien informado estás.
Carlos Mario Ramírez says
Super el artículo. Inspirador para los antioqueños que deben conscientizarse del papel que juegan este 29 de mayo, superando el miedo que los políticos traquetos han infundido en varias generaciones.
Hernan Pizarro says
Interesante artículo que muestra la desgracia en la ha caído le pretendida antioqueñidad, a manos del narcotráfico, que ha introducido en el país el estilo mafioso de hacer política con la misma violencia y desprecio por la vida, con las que hacen sus negocios, métodos tan identificados con el fascismo.
Guillermo Lopez. says
Guauuu que excelente articulo…bien detallado y explicativo de la realidad politica de esa parte del pais. Con razon el consul en Newark NJ se en9jaba cuando votabamos por Petro…solo se ponia contento cuando de vez en cuando aparecia un votico paisa.