El departamento, desde sus inicios en los años sesenta, fue objeto de disputas entre clanes familiares locales que se disputaron para su propio beneficio el poder político, emergiendo una clase política pre moderna, donde el clientelismo y la corrupción ha sido su máxima apuesta en la gestión de los asuntos públicos. En alguna ocasión el conocido periodista Ramiro De la Espriella, afirmó que a Sucre lo “fundaron para robárselo”, al parecer tenía razón el desparecido periodista; las causas que originaron el movimiento separatista del viejo Bolívar siguen vigentes. El modelo de gobernabilidad, implantado desde sus orígenes sigue su curso y por eso no es nada del otro mundo, ni anormal que, en las pasadas elecciones del 29 de octubre, donde estaba en juego el poder local, los representantes de los clanes familiares locales, entraran en una disputa intensa para preservar o conquistar el “botín” político y económico de las administraciones locales y del departamento.
Desde la caída de Álvaro, “El gordo” García, la administración del gobierno departamental estuvo pendulando en gobernantes que no lograron desde allí, consolidar un feudo o cauda política, el triunfo de Lucy García, en la gobernación, como candidata del actual gobernador, Héctor Olimpo Espinosa Oliver, representa un giro de 360 grado en la política sucreña; un clan familiar, Espinosa Oliver, son los nuevos dueños del departamento, desde el gobierno departamental, el actual mandatario, eligió a su hermana, Karina Espinosa, senadora de la República y ahora mantiene el poder departamental para competir en futuras lides electorales y políticas, cosa que no lograron sus antecesores.
Al actual gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, hay que reconocerle su habilidad no solo para conformar una coalición amplia representativa de todos los partidos y Movimientos políticos de derecha; Conservatismo, CD, Colombia Justa Libre, Cambio Radical, Partido de la U, también unificó entorno a Lucy García a todos los 26 alcaldes con sus candidatos, los cuales ganaron las mayorías de las alcaldías y obvio los nuevos miembros de la asamblea de Sucre, hicieron parte de esa coalición ganadora. En consecuencia, el triunfo del gobernador y su candidata, es el triunfo de las sumas de las maquinarias clientelistas locales con la departamental. El debate en nuestro territorio no resalta propuestas claras sobre los problemas y el futuro de Sucre, este se centró en la aritmética de sumar apoyos de aspirantes a las alcaldías, asamblea y concejos, en esta ardid clientelista quien más poseía argumentos, era el poder departamental, por eso es rescatable la alta votación de Mario Fernández Alcocer, sólo perdió por un poco más del 3%, cerca de 20.000 votos como diferencia.
El partido Liberal, desde el punto de vista de la asamblea y obvio con la gobernación, en la primera con más de 156.000 votos que le alcanzó para elegir cinco (5) diputados, en el municipio de Sincelejo logró también cinco (5) curules, se alza como el gran ganador, políticamente Héctor Olimpo Espinosa es el gran tallador de la política sucreña, con una administración de bajo perfil, cuestionable desde todo punto de vista, el “Sucre Diferente”, quedó aplazado no sabemos para cuándo, posiblemente la pandemia pudo afectar su gestión, pero no dio nada diferente a lo acostumbrado, es más, regresamos a la vieja gestión de la época de “El Gordo García”, fundada en el clientelismo avasallante, la politiquería, roscas de amigos al frente de las instituciones, distribución milimétrica de la burocracia y persecución de quienes opinan o actúan diferente, en otras palabras, la privatización de la gestión pública.
Hay que rescatar la elección de Lucy García Montes, primera mujer electa popularmente en el primer cargo del departamento, es también un triunfo de las mujeres sucreñas, siempre marginadas y confinadas a labores del cuidado y alejadas de la participación política, hoy las mujeres tienen una directa representación en la gobernación y en lo posible, sea este el inicio de apertura para un renacer de las mujeres como sujetas de derechos y sobre todo, de derechos políticos, la nueva gobernadora; tiene la palabra.
El nuevo mapa político desde los resultados electorales, además del triunfo del Partido Liberal, registra un avance del Partido de la U, con siete (7) alcaldías electas con su aval, incluida la ciudad capital y representación en la asamblea. Yahir Acuña Cardales, es el gran elector, su alta votación en la capital sucreña, permitió con su apoyo el triunfo de Lucy García y se catapulta con su liderazgo y carisma a convertirse en uno de los grandes referentes y líder de la política sucreña, tiene además Cámara de representante y de seguro viene por senado también, por ello el matrimonio con Héctor Olimpo puede ser efímero. En las pasadas elecciones, fueron rivales, las próximas elecciones a congreso serán el juez.
En Sucre, los partidos víctimas del plebiscito, no fue el Pacto Histórico, fueron Cambio Radical quien tenía representación en la asamblea y la alcaldía de Sincelejo y sólo le queda la de Santiago de Tolú. El Centro Democrático eligió en el pasado cuatro (4) alcaldías y un diputado, mantiene representación en la duma departamental y le sobrevivió solo una alcaldía. Es resaltable que nuevos partidos y movimientos políticos hicieron presencia con mandatarios electos en varios municipios sucreños: Partido Alianza Verde; San Pedro y San Juan de Betulia, Colombia Justa Libre, San Onofre y Ovejas, En Marcha; San Luis de Sincé y San Antonio de Palmito, Fuerza de la Paz, Colosó.
También se registran cuatro (4) alcaldías de coaliciones en Morroa, La Unión, Guaranda, El Roble. El Partido conservador obtuvo cuatro (4) incluida Corozal, la segunda ciudad del departamento, tres diputados y tres concejales en Sincelejo, en parte mantiene su representación en la duma departamental y se consolida como tercera fuerza política, el Partido Liberal solo dos; San Benito y Los Palmitos, avaladas directamente. Liberales y conservadores, participaron de coaliciones para elegir otros burgomaestres locales.
Las Llamadas “Fuerzas del Cambio”, con Colombia Humana y demás agrupaciones políticas del Pacto Histórico sufrieron una estruendosa derrota, el infantilismo de izquierda, la baja capacidad política para leer la realidad y el tipo de elecciones a realizarse, su falta de unidad y la prevalencia de intereses personales y de capilla, grupistas, dieron al traste con lo que pudo ser una participación decorosa en los pasados comicios electorales.
Estamos frente a una crisis profunda de liderazgo, de personalidad democrática reconocida en las huestes de los grupos alternativos, la renovación es una meta, pero también la formación política, con capacidad de leer la realidad, más allá de los intereses de grupos y de las personas, para construir propuestas que realmente encoñen al pueblo. Los sucreños y sucreñas sufrimos de ese gran déficit de liderazgo, en lo empresarial, en la política tradicional, la lucha por el poder se funda en la maquinaria clientelista y la compra de votos, todavía no sabemos de dónde sale tanto dinero para comprar votantes, en una coyuntura atravesada por el hambre, esto explica la participación del 71.3% del potencial electoral, por encima del promedio nacional, el 59%. Lo peor, no existen fuertes y racionales liderazgos en las “Fuerzas del Cambio”, Colombia Humana, sólo pudo rescatar un concejal en el municipio de Caimito, que alcanzó la segunda votación a la alcaldía. Será que la tozudez de los resultados electorales hace reflexionar a la vetusta, ortodoxa, rígida y caótica dirigencia del Pacto Histórico en Sucre, podrá elaborar una carta de navegación unitaria y profunda para las próximas elecciones?; amanecerá y veremos.
José Fredy Aguilera Garavito
Foto tomada de: BBC
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