Otra vez hablan de la llegada de tiempos de crisis, esto no es como lo pintan, no puede llegar lo que no se ha ido, hace años que estamos en crisis y la verdad es que no se irá. El modelo económico capitalista dominante desde hace tiempo ha entrado en uno de sus ciclos largos, como los llamo el economista ruso, tristemente fusilado en tiempos de Stalin por sus ideas, Nikolai Kondràtiev, solo que esta vez no se adaptará ni mutará, como lo vaticino el fusilado economista, puesto que es un modelo económico de crecimiento infinito en un mundo finito y limitado, que ha provocado entre otros desastres, un cambio climático y la consiguiente desestabilización de los sistemas, la extinción de miles de especies y que puede terminar en lo que algunos científicos han llamado la “quinta extinción”.
El modelo económico capitalista hasta ahora dominante, vive una crisis de la cual no podrá salir, ni adaptarse, ni reencaucharse – como lo pensó Kondràtiev -. Uno de sus pilares es la producción y el consumo ilimitados, con los que ha expoliado el planeta de manera acelerada en las últimas décadas y no se puede producir y consumir infinitamente en un Planeta finito.
Por suerte, ya existe otro modelo económico que no está en crisis y que se encuentra en proceso de construcción en muchos puntos del planeta, es un modelo colaborativo, de proximidad, local, ecológico, orgánico, en red. Que coloca la red de la vida por encima del capital, cuidador, responsable con la naturaleza y con los seres vivos. Este modelo es el que debemos contribuir a fortalecer de manera inmediata desde nuestras cotidianidades, siendo consumidores y productores conscientes, ciudadanos responsables, aplicando en nuestras vidas cotidianas virtudes como la solidaridad, la fraternidad, el cuidado, la responsabilidad, el respeto…
Dicen algunos de los políticos y economistas europeos por estos días, que la economía no está creciendo y que crecerá por debajo de lo previsto en los próximos años. Pienso que esto es una buena noticia, porque la economía que no está creciendo es la economía que está arrasando con el equilibrio en el planeta, el modelo económico capitalista al cual ya me he referido. Por lo tanto, lo que realmente necesitamos ahora es que no crezca más y fortalecer un nuevo modelo económico.
Me explico:
Nos dice Earth Overshoot Day[1] una de las organizaciones que se han especializado en medir la huella ecológica que dejamos los humanos en el planeta, que el 29 de julio de 2019 la humanidad ya había utilizado el presupuesto de recursos de la naturaleza, que tenía para todo el 2019, esto quiere decir que a partir del 29 de julio nuestro banco está en números rojos.
La “Huella ecológica” es un indicador para medir el impacto ambiental generado por la demanda humana de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerarlos.
Según este indicador estamos consumiendo más rápidamente los recursos del Planeta, que el tiempo que el mismo necesita para renovarlos. En 1961 ya necesitábamos el 63% de los recursos de la Tierra para atender nuestras demandas, en 1975 necesitábamos el 97% en 1980 el 100.6%, en el 2005 necesitábamos 1,4 planetas y en agosto de 2019 1,75 planetas… y solo tenemos un Planeta.
Por lo tanto ya no podemos seguir creciendo de la manera ilimitada en que lo hemos venido haciendo, las sociedades más ricas deben decrecer y entre todos debemos fortalecernos mediante un modelo económico de base local/nodal, interconectado en red, de proximidad, ecológico y sostenible, que atienda nuestras necesidades reales y nos brinde calidad de vida, al tiempo que cuide y respete la Tierra, los ecosistemas y toda la red de vida.
Cuando hablan de crisis económica el miedo nos toca, pues nos toca la incertidumbre, la posibilidad de escases, la reducción de los empleos, el no poder satisfacer los hábitos de consumo que nos representan tener cierto nivel de vida… Yo creo que en lugar de dejarnos llevar por el miedo debemos comenzar a hacer cambios en nuestras vidas en todos los niveles: Los hábitos de consumo, nuestra implicación como ciudadanos, como nos generamos nuestros ingresos, re – pensar lo que realmente nos da más que un nivel, una calidad de vida…. Lo tiempos de crisis, que aunque sean de otros, evidentemente afectan nuestras cotidianidades y por lo tanto debemos aprovecharlos para remontar con los vientos del cambio.
Ha habido tres preguntas fundamentales a través de la historia de la humanidad que han sido las provocadoras del pensamiento humano: ¿De dónde vengo? ¿Quién soy? ¿Para dónde voy? En el año 2019 la pregunta fundamental que debemos hacernos, sin olvidar las anteriores es ¿Qué estoy haciendo?
Los combustibles fósiles representan el 60% de la huella ecológica, ¿has pensado dejar tu coche y hacerlo servir realmente cuando no puedas hacer el recorrido caminando, en transporte público o colectivo?
¿La industria de la carne ocupa otro lugar importante en el cambio climático, se calcula que genera el 48% de los gases contaminantes, has pensado ser vegetariano o vegano?
¿Cuántos alimentos desperdicias? ¿Has pensado controlar lo que colocas en tu plato? Para que no haya necesidad de lanzar la comida? Esta reflexión aplica también para el restaurante, la casa, el supermercado.
El 27 de septiembre de 2019, fue un día esperanzador para la red de la vida que habita el Planeta Tierra. En Barcelona y en otras ciudades del mundo miles de personas salimos a la calle a decir: ¡Basta! Las calles programadas para la manifestación por el Clima, en el caso de Barcelona estuvieron llenas de lado a lado. ¿Y saben qué? los sorprendimos, no se esperaban que fuéramos tantos. Y los tantos que fuimos supimos que éramos muchos y descubrimos que no estamos solos, ni solas, que nos estamos multiplicando a una velocidad fantástica, porque es un movimiento de consciencia y cuando la consciencia es la que los genera, no hay como detenerlos.
Frente a los tiempos de crisis, debemos entender que realmente son tiempos de cambio. Existe una fuerte tendencia a responsabilizar a los demás de las cosas que pasan. No hay que quitarle a nadie lo que le corresponde de responsabilidad, especialmente al sistema en el cual esta imbricada nuestra actual civilización a nivel planetario y su modelo económico de base contaminante lineal y consumista, pero no se nos olvide, lo que dijo el cantante Alberto Cortez: “que nosotros somos los demás de los demás”. Es verdad que debemos cambiar muchas cosas a gran escala, pero esos cambios no serán posibles sino son soportados por los cambios interiores y concretos de miles de millones de personas al largo del Planeta Tierra. Por lo tanto, hay que seguirnos multiplicando, siendo puntos de referencia con nuestros actos cotidianos como personas, consumidores y ciudadanos.
En este orden de ideas, debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos y ser conscientes que con ellos fortalecemos cada día una manera u otra el modelo de estar en el mundo. Es importante entender, que de la suma de los pequeños cambios devendrán las grandes transformaciones y que, de la revolución de las pequeñas cosas, llegaremos a los grandes cambios que la humanidad requiere con urgencia ahora que todavía tenemos tiempo.
Hay que seguir avanzando, experimentando, innovando, construyendo colectivamente el camino, con más fuerza que antes.
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Sandra Campos: Eco activista y productora del Ghee Caldes d’Estrac ecológico, artesanal de proximidad
Foto obtenida de: https://elpais.com/
[1] www.overshootday.org
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