Pegasus es, hasta el momento, el virus más letal y avanzado de su especie. Se trata de un “ciberespía” que, al infectar un celular o una computadora, es casi imposible detectarlo y prevenir su efecto, con consecuencias devastadoras para todas sus aplicaciones. El “spyware” fue creado por la empresa israelí, NSO – Group, para venderlo solo a gobiernos, para combatir el terrorismo, el crimen y el narcotráfico. La realidad, es que, hasta ahora, ese “Cyber-spy” que hizo su debut en 2011, cuando, según el periodista investigador, Alfredo Serrano, “empezó a venderse por todo el mundo a gobiernos de ultraderecha”, adquirido entre otros, por México, Arabia Saudita, India, Emiratos árabes, España, Hungría, Polonia, Panamá, El Salvador, República Dominicana, Marruecos, Indonesia, Azerbaiyán, Colombia y otros; quienes lo utilizaron, no solo para luchar contra el crimen organizado, sino para espiar y perseguir partidos y políticos opositores, organizaciones de Derechos Humanos, lideres y lideresas sociales, sindicales, juveniles, ambientales, campesinos y populares. Los siguientes son casos emblemáticos de las acciones criminales realizadas por gobiernos que adquirieron a Pegasus:
En 2017, el New York Times y la organización Citizen Lab, denunciaron que, en México, el gobierno de Enrique Peña Nieto, utilizó Pegasus para hackear dispositivos de periodistas que investigaban la corrupción del gobierno de la época, a activistas de derechos humanos, líderes y lideresas de movimientos sociales; así como, a partidos y políticos de la oposición, que lideraba Andrés Manuel López Obrador. Ni el gobierno, ni la Procuraduría General, justificaron la falta de transparencia de esta peligrosa herramienta que derivó en abusos y violaciones de los Derechos Humanos.
En 2018, Arabia Saudita fue sacudida por el escándalo del asesinato del periodista crítico del régimen saudí, en el consulado de Arabia en Estambul, Jamal Khashogui, cuyo móvil, según Citizen Lab y Amnistía Internacional, fue hackeado con el software por el régimen Saudí, para rastrear comunicaciones, monitorear sus actividades y planear su asesinato y para espiar a su prometida, Hatice Cengiz, junto a otros activistas de Derechos Humanos y del movimiento de lucha por los derechos de las mujeres en Arabia, como Loujain al-Hathloul, que fue arrestada y torturada.
En Panamá, el presidente Ricardo Martinelli, utilizó Pegasus para espiar opositores políticos, periodistas, activistas, empresarios y jueces; se documentaron más de 150 casos de personas espiadas, candidatos, magistrados de la Corte Suprema, sindicalistas, defensores y defensoras de los Derechos Humanos; aquel fue uno de los mayores escándalos de abuso de poder. El hombre llegó hasta dar la orden de espiar a su amante. Por esta razón y por presunto lavado de dineros del narcotráfico y malversación de fondos públicos, Martinelli fue extraditado a los EE.UU.
En España, Pegasus protagonizó el escándalo “Catalangate”, de espionaje a políticos, partidos y movimientos independentistas catalanes; por lo menos 65 dirigentes y lideresas independentistas fueron hackeados entre 2017 y 2020, incluidos el actual presidente de Cataluña, Pere Aragonés y el expresidente Carles Puigdemont, así como abogados, periodistas y activistas del independentismo de la Generalitat. La operación estuvo a cargo del CNI (Centro Nacional de Inteligencia). En 2022, el gobierno español informó que en 2021 los teléfonos del presidente del gobierno, Pedro Sánchez y su ministra de defensa, Margarita Robles fueron infectados con Pegasus. El escándalo generó una crisis política entre el Estado central y el independentismo catalán. Además, ha profundizado la preocupación internacional por el uso y el abuso de esta peligrosa e indetectable herramienta de espionaje.
El portal norteamericano Geopolitics Today, denunció que en un complot orquestado por el expresidente de Colombia, Iván Duque y la opositora venezolana, María Corina Machado, los sectores de extrema derecha, habrían utilizado el software para infiltrarse en los sistemas venezolanos y desarticular el gobierno desde adentro, sin necesidad de intervención militar; pero, no advirtieron que su centro de operaciones en Bogotá los llevaría al fracaso, gracias a las investigaciones de la DNI de Colombia que desenmascaró la operación. El complot, incluía un plan de espionaje y ciber ataques a gran escala, para sembrar caos en Venezuela golpeando la infra estructura crítica del país. El plan estaba financiado por poderosos carteles de la región y tenía como objetivo crear las condiciones para un golpe de Estado.
¿Por qué aterrizó Pegasus en Colombia?
El periodista investigador, Alfredo Serrano, en el programa, “Periodismo sin corrección”, del Tercer Canal, con fundamento en su juiciosa investigación, lanzó su hipótesis sobre la travesía recorrida por Pegasus para llegar a Colombia y sobre el uso que le dio el gobierno de Duque. De su extensa exposición, se deduce que, una empresa londinense N. Alpina Capital, compró a Pegasus por US$1.000 millones a NSO-GROUP, dicha empresa, a través de una intermediaria llamada Gideon C. Sistems, lo vende a la empresa Riva Networks inc., la cual, fue autorizada en 2018, mediante carta dirigida al gobierno de Israel, por el Departamento de Justicia gringo, en la primera presidencia de Donald Trump, para vender el spyware a la empresa de fachada del FBI, Cleopatra Holding. De manera que, el gobierno norteamericano, a través del FBI, compró la licencia para acceder y usar el arma de ciber – piratería durante dos años; así logró la agencia de espionaje, el control de Pegasus.
Lo que siguió fue una serie de escándalos, por las revelaciones del New York Time sobre los abusos que ya se venían dando con el uso de la plataforma por parte de numerosos gobiernos de extrema derecha, que derivaron en todo tipo de violaciones a los derechos, incluido el asesinato de periodistas y defensores de los Derechos humanos. “Entonces, en 2018, NSO Group se había visto atrapada por años de escándalos por las revelaciones de los abusos cometidos con el uso de esta plataforma por parte de numerosos gobiernos, violaciones de los derechos humanos, persecución a lideres y lideresas políticos y sociales, chuzadas a periodistas, incluido el asesinato de un periodista del Washington Post en Arabia saudita” (Alfredo Serrano).
Por esta razón, y por los escándalos de gobiernos de extrema derecha que hicieron uso de Pegasus para perseguir a sus opositores, la Casa Blanca, en el mes de marzo de 2021, colocó a NSO GROUP en una lista negra del departamento de Comercio. El new York Times reveló que el software se adquirió mediante un contrato secreto que violó la política pública de la administración Biden. Al termino de uso del cyber-spy, se supone, que debió regresar a manos de NSO GROUP, dado que la política de Biden fue prohibir el uso de Pegasus en el territorio norteamericano.
El recóndito contrato finalizó hacia mediados del mes de noviembre de 2021, pero, “todavía parece estar activo” (Alfredo Serrano) porque Pegasus fue entregado, a través de la empresa privada de fachada Cleopatra Holding, al FBI, cuando en Estados Unidos ya se había prohibido su uso; pero, como las agencias gringas no podían renovar el contrato, entonces le propusieron al gobierno de Iván Duque que comprara el uso de la plataforma con dinero aportado por los Estados Unidos, quien aceptó actuar de testaferro para que el FBI renovara con NSO-GROUP el contrato de uso de su herramienta de piratería. Así fue como, Colombia compró Pegasus y Estados Unidos puso la plata; el nuevo contrato secreto se firmó el 21 de noviembre de 2021, con la empresa privada de fachada Cleopatra Holding. No por azar, esta fecha coincide con el viaje de visita oficial de Duque y su comitiva a Israel por los días 7 y 8 de noviembre de 2021, justo cuando estaba terminando el contrato de uso de Pegasus, que no podía ser renovado oficialmente por los Estados Unidos.
Las agencias de espionaje, en retribución, le dieron licencia a Duque para “que chuzara a raimundo y todo el mundo” (Alfredo Serrano). Corroboran esta afirmación las denuncias del presidente Gustavo Petro sobre la compra y pago en efectivo del virus espía Pegasus a la empresa israelí NSO-GROUP y los hechos incontrovertibles de la llegada de los dueños y expertos a Colombia en dos vuelos privados y el transporte de los US$11 millones en efectivo a Israel; así como, su depósito en un banco israelí a la cuenta de la propietaria del Cyber-Spy.
De ser comprobada la hipótesis del periodista Serrano, echa por tierra las afirmaciones hechas por altos funcionarios de la Casa Blanca, al embajador García Peña, en las que aseguran que le dieron los millones a Colombia para la compra de el software, para perseguir el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo, que el subpresidente Duque no sabía de dicha compra y que suspendieron el uso de Pegasus cuando se enteraron de que lo estaban utilizando para perseguir luchadores sociales del estallido de 2021 y chuzar la campaña de Petro; lo cual es a ojos vistas una farsa porque, como demostramos arriba ya había sido utilizado por otros gobiernos de extrema derecha para perseguir opositores, periodistas y lideres y lideresas de los derechos humanos. Además, la compensación a Duque por hacer de testaferro en la compra del Malware, fue la licencia para chuzar sin costo a por lo menos 700 teléfonos.
Tampoco se ha confirmado que los dineros de la compra fueron lícitos, simplemente porque los aportaron los norteamericanos, la historia registra que Ronald Regan permitió a los carteles de la droga colombianos ingresar toneladas de cocaína a los EE.UU, a cambio de millones de dólares para financiar la contra en Nicaragua, nadie puede afirmar a ciencia cierta que esos dineros son lícitos, porque probablemente son millones de dólares, como afirmó Petro en su denuncia, que corresponden a las incautaciones a narcotraficantes.
En conclusión, estos casos muestran que, a pesar de que NSO-Group argumenta que Pegasus solo sería vendido a gobiernos para combatir el terrorismo, el crimen y el narcotráfico, este “Cyber Spy” ha sido utilizado por regímenes de ultra derecha y autoritarios, para desatar la guerra sucia, política, judicial y de exterminio de políticos, activistas de los derechos humanos, periodistas y luchadores sociales, seguramente echados al mismo saco de la lucha contra el terrorismo para justificar su aniquilamiento físico y político. Amnistía internacional y Citizen Lab, revelaron que por lo menos 50.000 teléfonos móviles en todo el mundo han sido hackeados con el letal virus del software Pegasus.
Las investigaciones que adelanta la fiscalía para encontrar la verdad sobre la compra y uso de Pegasus, deben resolver preguntas sobre si la compra se hizo a nombre del Estado colombiano, ¿por qué se hizo con millones de dólares en efectivo, y no por canales oficiales del comercio internacional, justamente del amo del capital financiero mundial?, o, por lo menos. ¿si se hizo a nombre de Colombia, por qué no existe registro alguno en las cuentas regulares de la Nación? ¿Quién se quedó con la coima de US$2 millones, si desembolsaron US$13 millones y pagaron 11? ¿Qué hicieron con Pegasus en Colombia, a quienes y cuantas personas, movimientos y organizaciones chuzaron en Colombia? Y las mas cruciales, ¿Fueron chuzados y chuzadas los y las jóvenes líderes y lideresas del estallido social de 2021 y si, igualmente, chuzaron la campaña de Gustavo Petro y el Pacto histórico?; en resumen, ¿Cuántos delitos y crímenes se cometieron con esa tenebrosa arma sionista de ciber espionaje? Que la fiscalía investigue y se haga justicia, que caiga quien tenga que caer.
José Arnulfo Bayona, Miembro de la Red Socialista de Colombia
Foto tomada de: Pulzo
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