Con el triunfo de Gustavo Petro a la presidencia de la República y como parte de su programa de gobierno, el hoy presidente asumió el compromiso ante los electores de presentar una reforma política integral que se consignó en el programa que el candidato radico ante la Registraduría al momento de inscribir su candidatura. Cumpliendo con su promesa de campaña el gobierno presentó un proyecto limitado de reforma, pero al mismo tiempo se presentaron otros tres proyectos uno de iniciativa del presidente del Senado Roy Barreras, uno de la senadora María José Pizarro y uno más del Partido Comunes. Pero al mismo tiempo los senadores Humberto de la Calle y Ariel Ávila presentaron un proyecto que a mi juicio apuntaba a uno de los problemas centrales: la inexistencia en Colombia de un órgano judicial independiente, un Tribunal Electoral, que resuelva los delitos en que puedan incurrir los partidos y candidatos en los procesos electorales en un entorno opaco que permiten las normas al financiamiento ilegal de las campañas así como los nexos entre candidatos y partidos con organizaciones criminales como ha sucedido frecuentemente en Colombia. Dos procesos son recordados por el impacto que tuvieron, el primero llamado proceso 8000 por la infiltración de dineros del cartel de Cali a la campaña del presidente Ernesto Samper Pizano en el año 1994 y el llamado proceso de la parapolítica, que arrancó en el año 2006, y culminó con el enjuiciamiento y condena de al menos 61 parlamentarios mayoritariamente del entorno político del presidente Álvaro Uribe Vélez. Estas investigaciones criminales las realizó principalmente la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y subsidiariamente la sección quinta del Consejo de Estado, que tramita los fraudes electorales y los procesos de pérdida de investidura.
Ese proyecto además incluía la reforma al Consejo Nacional Electoral, CNE, que es el órgano administrativo y que por su forma de elección es un órgano elegido por el Congreso y totalmente dependiente de los partidos que lo eligen supuestamente para controlarlos. El ratón cuidando el queso. Esta iniciativa se hundió en la Comisión primera del Senado sin una decidida intervención del gobierno para su trámite como se dijo luego por varios parlamentarios de la Coalición de Gobierno. Este hundimiento se dio además por el lobbying que desplegó el Consejo de Estado que ha sido uno de los mayores opositores pese a las fórmulas transaccionales que le darían presencia en el nuevo Tribunal Electoral. De modo que este intento fracasó y con él la posibilidad de conformar unos organismos electorales independientes. También a ello contribuyo el cuestionado Registrador Alexander Vega. Seguiremos entonces sin una verdadera justicia electoral.
Los otros proyectos se acumularon y en realidad apuntan de manera muy limitada a la reforma política que el país reclama. El aspecto más importante de la reforma aprobada por la plenaria del Senado de la República es la aprobación de las listas cerradas y bloqueadas, por un lapso de 8 años; el establecimiento genérico de la democracia interna para la escogencia de los candidatos; las listas paritarias o cremallera y el financiamiento que en adelante se entregaría no a los candidatos como se hace hoy sino a los Partidos Políticos. Estos son los contenidos más importantes aprobados en el segundo debate de la reforma política. Estos limitados cambios a mi juicio apuntan en la dirección acertada de fortalecimiento de los partidos que es una necesidad imperiosa.
Respecto a la limitación de los períodos, se aprobó limitar a tres períodos a quienes sean elegidos en Corporaciones Públicas y se levantó la prohibición que actualmente rige para que los parlamentarios en ejercicio puedan ocupar cargos en el poder ejecutivo, es decir, pasar del Congreso al gobierno. Esta última medida es a mi juicio un retroceso que atenta contra la división e independencia de los poderes.
Los otros cambios aprobados o negados son problemáticos. Por ejemplo, el que establece que se dará reconocimiento y personería jurídica a agrupamientos políticos que reúnan 80 mil firmas de apoyo pretextando que hay que facilitar la organización política para ampliar el pluralismo. Hoy hay 25 partidos políticos legalmente reconocidos que es un número bastante amplio luego el argumento de ampliar el pluralismo en esta realidad no es claro. La plenaria del Senado hundió el voto obligatorio y aprobó rebajar la edad para ser senador a 25 años hoy esta en 30 años y para ser representante a la Cámara se rebajo a 18 años actualmente esta en 25 años. Negó además el financiamiento totalmente estatal para las campañas políticas dejando este financiamiento casi como esta adicionando la palabra predominantemente estatal que es un canto a la bandera, como se dijo atrás el único cambio significativo es que los dineros públicos o privados entrarán a las tesorerías de los partidos pues con la aprobación de las listas cerradas y bloqueadas las campañas se harán como lo hizo en la pasada campaña al Congreso el Pacto Histórico, es decir, es el partido el que hace la campaña y la financia. Luego es el partido el que recibirá los recursos por los votos obtenidos. A mi juicio es un aspecto progresivo de la reforma limitada que se esta tramitando.
Pedro Santana Rodríguez, Director Revista Sur
Foto tomada de: Semana.com
Lucy Urzola says
Como ud aclara, no hay independencia política en los órganos judiciales. Simples retoques que no van a la esencia del problema y la corrupción campea.
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Mario Acevedo says
Hay mucho por hacer, pero el estado no puede entremeterse en asuntos de la íntimidad partidaria, son los partidos los que deben comprometerse consigo mismos, su militancia y el público sobre el que incide.
Gonzalo peña says
Se hace necesaria una asamblea constituyente, para poder impulsar las reformas que el congreso nunca va a hacer. La
Edgar Montenegro says
¿Y de una real descentralización que? Algunas recordamos que fue el preámbulo de la CN91. Dos décadas de alza de los movimientos cívico – populares y la ocasión del protagonismo político de las guerrillas con la iniciativa constituyente lo que nos trajo dónde vamos. La pesadilla de los partidos que dividen “por arriba” lo que la sabiduría popular une por la base sigue siendo el caldo de cultivo del oportunismo individual y de grupos pero a nombre de todos y todo.