Mientras el candidato del Pacto Histórico quedó de cuarto entre 4. Muy buen candidato a mi parecer, comprometido con las luchas campesinas, indígenas y sociales en el Putumaya desde hace al menos 40 años. Pero en condiciones no favorables, entre otras cosas por el sentimiento de abandono de la población putumayense respecto al gobierno nacional. Si bien, deben realizar una honesta autocritica sobre lo acontecido para continuar el largo camino de construcción del movimiento social y político que conduzca a una sociedad justa, democrática, diversa y en armonía con la naturaleza, la verdad es que desde la dirigencia nacional del progresismo y la izquierda que está alrededor del Pacto Histórico, fue muy poca y casi nula la atención que se le prestó al proceso electoral en el Putumayo. Solo algunos congresistas a ultima hora, ante un llamado que se les realizó, para que manifestaran públicamente su apoyo, realizaron unos cortos videos al respecto, lo cierto es que el candidato del Pacto y su equipo electoral, estuvieron en todo momento en franca desigualdad ante la capacidad económica y las maquinarias de los contrincantes, visibles expresiones de la derecha politiquera que siempre ha manejado y lo seguirá haciendo, la cosa pública en este Departamento Andino-Amazónico.
Los 86.542 votos con el 70.95% de la votación, alcanzada por el candidato Gustavo Petro Urrego, en las elecciones de 2022, parece ser que se esfumaron. Claro está que no faltan las contradicciones en el seno del pueblo putumayense. Las falencias organizativas en el territorio, los errores que no perdonan y como decía, el enorme poder electoral de las maquinarias de siempre, pero lo cierto es que la autocrítica no solo debe ser de quienes hacen la cotidianidad del día a día en la fronteriza región con inmensas dificultades, sino que la dirigencia nacional debe salirse de la comodidad capitalina y centralista. Y es que, en estos dos años largos del gobierno del cambio, de significativos logros para beneficio de las poblaciones en otras regiones de país, es muy poco lo que se ha realizado en beneficio de las comunidades amazónicas olvidadas por el poder central desde siempre, y no me refiero solamente a los pueblos originarios allí asentados por milenios. El aumento de la abstención debe tener sus razones y nos quedan debiendo una buena explicación, ojalá lo más objetiva y precisa.
La reforma agraria tan requerida en todos los rincones de nuestra patria y también en la región del sur amazónico colombiano, con centenares de familias campesinas y/o colonas solicitando tierras para trabajarlas y grandes hacendados ofreciendo sus extensas propiedades. (Leguízamo sigue a la espera. (Presidente, que se cumplan sus promesas) 15 de abril 2024. John Elvis Vera Suarez. Revista Sur). Los proyectos productivos sustentables anunciados. La sustitución o más bien la conversión de los llamados cultivos ilícitos, que está en mora. Las obras de infraestructura prometidos o que aún no se terminan. El dialogo tan reclamado con la sociedad civil regional y local. Las visitas esperadas pero aplazadas. La falta de una comunicación más fluida con cada una de las comunidades esparcidas por tan extenso territorio. Las peticiones que no se atienden debidamente. Las cartas que no tienen respuestas oportunas. En fin, son una innumerable lista de quejas mayores y menores, que deben ser atendidas oportuna y eficazmente. Y si a lo anterior le agregamos el inacabable conflicto armado, que se ha convertido en la expresión guerrerista y opresora del narcotráfico y que el pueblo putumayense padece y soporta, pues la cosa se vuelve más compleja y por lo tanto urge soluciones con las cuales las comunidades y sociedad civil en general se sientan beneficiadas.
Es necesario que el Señor Presidente reordene su equipo de trabajo, incluyendo las instituciones con presencia directa en las regiones. Que cada paso que se dé, que cada acción que se realice, sea de amplia divulgación para que toda la ciudadanía colombiana se entere, aunque se viva lejos de los centros que siguen gobernando tan extenso y diverso país. Sabemos y somos conscientes del inmenso esfuerzo que realiza el presidente Gustavo Petro Urrego, para que el Plan Nacional de Desarrollo, se lleve a cabo de manera integral a pesar de todos los obstáculos que coloca el establecimiento que está para que nada cambie, pero por igual sino queremos que vuelva a gobernar la derecha corrupta y criminal, se deben redoblar los esfuerzos para que la esperanza no se pierda.
En este año y medio corto que aun queda del actual periodo presidencial, es necesario atender con diligencia cada rincón del país y en especial aquellas regiones con más de “cien años de soledad”. Que en la exuberante amazonia no se tengan que seguir replicando las famosas palabras del Opita José Eustasio Rivera Salas en su magistral “Vorágine”: “Antes de que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón por el azar y me ganó la Violencia”. (¿Y el Plan Plurianual de Inversión Putumayo? 20 de mayo, 2024. Revista Sur. John Elvis Vera Suarez).
Para terminar ¿Cuándo cambiarán la Cónsul en Lago Agrio (Ecuador), uribista del Centro Democrático, y que poco o nada le sirve a la comunidad colombiana residente en dicha región fronteriza? Deberían nombrar algún(a) putumayense comprometido(a) con el gobierno del cambio y al servicio de la Comunidad.
John Elvis Vera Suárez
Foto tomada de: Semana.com
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