Y Marcharon el Pueblo y sus Organizaciones

No podíamos esperar que los sectores pudientes ligados al poder tradicional en Colombia, ni sus diferentes gremios que han impulsado a través del tiempo toda la legislación regresiva que solo ha beneficiado a sus agremiados y a la elite del país, y negado los derechos y requerimientos de las mayorías, ni mucho menos que sus empresas de comunicación y propagandísticas,  dedicadas a defender los intereses de sus dueños y patrones, se expresaran en favor de la convocatoria realizada desde el gobierno nacional, precisamente para que la movilización ciudadana defendiera las reformas que buscan mejorar las condiciones de vida y la paz social en la nación colombiana.

Las cifras brindadas por los noticieros, no pasan un examen sencillo donde se apliquen las matemáticas básicas de sumar, restar, multiplicar y dividir. A quien haya escuchado las mismas con un poco de atención, se habrá dado cuenta rápidamente que las cifras de la cantidad de asistentes a las marchas, no cuadraban. La mentira reiterada para negar la importancia de la convocatoria y el respaldo dado por la población a la misma, muestran una vez más, al servicio de qué intereses políticos y económicos, laboran estas empresas periodísticas.

Por igual es visible que los llamados del presidente Gustavo Petro Urrego, tienen mayor resonancia en la capital, al fin y al cabo, ella concentra alrededor del 20% de la población colombiana y en ella, históricamente se han venido dando manifestaciones socio-políticas muy particulares, referentes para el movimiento social y político colombiano. Eso ya, los llamados politólogos, sociólogos y demás analistas sabrán interpretar dichas expresiones. El resultado de esto son manifestaciones multitudinarias en la Bogotá cosmopolita que reflejan en todo caso el apoyo mayoritario que sigue teniendo el gobierno del cambio.

La participación masiva o no, de los sectores sociales en las manifestaciones y/o movilizaciones que se dan en la geografía colombiana, siempre será el reflejo de que tanto la población de cada región está interesada en manifestarse a favor o contra de lo que afecta o impacta nuestros territorios y por ende el bienestar social de sus gentes. El resultado de esta última convocatoria presidencial para la movilización social, ha sido un respaldo contundente para que el país siga avanzando en la transformación social, económica y ambiental. Es decir, para que las reformas prometidas y esperadas se realicen y apliquen lo más pronto posible.

Esto lo debemos separar de los posibles resultados que se presentarán en las próximas elecciones regionales y locales. En ellas esta en juego el propio poder local que incide en las relaciones de quienes habitamos cada uno de los territorios. El poder tradicional, politiquero, corrupto y hasta mafioso, se la está jugando a fondo y con grandes cantidades de dineros, para no solo no perder ese poder político-administrativo, sino para impedir que los avances logrados por el actual gobierno nacional no lleguen a sus pobladores.

En todo caso, podemos estar entusiasmados(as) y convencidos(as), conjuntamente con la diversidad de sectores sociales, que, a pesar de todos los altibajos, seguiremos avanzando en la consolidación de las propuestas por un mejor estar de la sociedad en nuestro planeta y en cada uno de nuestros lugares que habitamos. Hoy la presencia de las organizaciones progresistas, alternativas y de izquierda en las corporaciones públicas es mínima en gran parte del territorio colombiano y en muchas partes es nula aún.

Pero con la presencia activa del Pacto Histórico y su ímpetu en cada rincón de Colombia, es seguro que su presencia se sentirá y el viejo poder se seguirá resquebrajando paulatinamente. Solo tenemos que acelerar este proceso con nuestro compromiso social y político y con nuestra decisión de votar bien y a conciencia en estas próximas elecciones.

John Elvis Vera Suarez